Se suponía que era él, Dom Bernhard Eckerstorfer, el sucesor del cardenal Christoph Schönborn en Viena.
Honrado por el Papa Francisco con una bonificación de cinco años de prórroga, el cardenal de origen checo, que recientemente cumplió ochenta años, tuvo que abandonar finalmente la sede episcopal de la capital austriaca.
En la primera posición para la sucesión, tanto el periódico católico Die Tagespost como el principal periódico vienés Die Presse nombraron al Rector Magnífico de la Universidad Pontificia de San Anselmo y monje de la Abadía de Kremsmünster (Austria) a partir del año 2020.
Todo parecía listo para el pasaje, para la sucesión…pero algo debe haberse atascado.
De hecho, el 22 de enero, la Oficina de Prensa del Vaticano anunció la aceptación de la dimisión de Schönborn y anunció el nombramiento de un Administrador Apostólico, en la persona del Vicario Episcopal de Unter dem Wienerwald, Don Josef Grünwidl.
Apenas tres días después, la comunidad benedictina de la abadía de Kremsmünster anunció la elección de su nuevo abad: el propio Dom Bernhard Eckerstorfer, quien se vio así perdiendo tanto la sede «prometida» de Viena como el cargo de rector de Sant’ Anselmo, en de acuerdo con los Estatutos de la Universidad.
¿Qué pudo haber pasado?
Nuestras fuentes sugieren que nos remontemos al año 2020 , cuando el ya citado Eckerstorfer, rector desde hace apenas unos meses, nombró a su compatriota el padre Laurentius Eschlböck co-coordinador del programa « Dimensiones culturales de la espiritualidad cristiana » por parte de San Anselmo.
Diucho programa cuenta con la colaboración de la Universidad Pontificia con el Centro Benedictino de Estudios Litúrgicos de la Universidad de Radboud en Nijmegen (Holanda) y la Abadía de Mont-César (o Keizersberg) en Lovaina. El coordinador de la rama holandesa fue el benedictino Thomas Quartier, profesor de la Universidad de Radboud y monje de la abadía de San Willibrord en Doetinchem, enviado repentinamente a Mont-César en 2020. ¿A qué se debe este traslado?
El 25 de noviembre del año pasado, el periódico independiente Vox de la Universidad de Radboud denunció los abusos que Dom Quartier había cometido hacia un novato; abusos reconocidos por el propio Abad de su monasterio de origen, que habrían violado «los límites morales, psicológicos, emocionales e incluso sexuales», aunque, asegura el Abad, no se trataría de verdaderos actos sexuales (¡sic!).
Los hechos se remontan a 2018 y ya en 2020 el asunto debió ser conocido por los superiores, quienes dispusieron el traslado del problemático monje a Lovaina.
Sin embargo, a pesar de la fuerte acusación, a Quartier se le permitió recibir la ordenación diaconal, pero no la ordenación presbiteral, que finalmente fue bloqueada en 2023 por el obispo, el cardenal Jozef De Kesel, que no quiso discutir, ya que la noticia estaba surgiendo de las catacumbas.
Precisamente en 2020, Dom Eckerstorfer decidió, como hemos visto, consolidar la colaboración con Quartier y con la Abadía de Mont-César; una abadía que mientras tanto, a finales de noviembre de 2024, fue cerrada por los líderes de la congregación sulacense-cassinesa y los pocos monjes que quedaban fueron destinados a buscar colocación en otros monasterios.
De hecho, la justicia civil de Lovaina decidió abrir una investigación tras la denuncia de un hombre que había decidido evaluar su vocación en el monasterio de la ciudad universitaria y que parece haber sido agredido sexualmente por un monje.
Es probable que la implicación de Eckerstorfer en el asunto le costara su cuartel general en Viena y que sus hermanos intervinieran para reparar los daños y hacer que el torpedo fuera menos evidente.
Mientras tanto, el padre Laurentius Eschlböck, a quien Eckerstorfer había nombrado co-coordinador del proyecto junto con Quartier, y que éste también quería como vicerrector de Sant’Anselmo y futuro decano, asumió automáticamente el cargo de prorrector en Sant’Anselmo de Teología.
Una vez más, historias de hombres consagrados “cruzando fronteras sexuales” con otros hombres. Esto, a pesar de que se nos dice una y otra vez que la homosexualidad no tiene nada que ver con eso.
Por Luisella Scrosati.
MIÉRCOLES 29 DE ENERO DE 2025.
CIUDAD DEL VATICANO.
LANUOVABQ.