Conociendo el Corán: el estatus islámico de la mujer

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Como muchos católicos, sin conocer en absoluto las demás “religiones”, repiten la aburrida y democrática cantinela del “respeto a todas las creencias” y consideran que el ideal de la Christianitas es un “régimen obsoleto”, vamos a compartir algunos pasajes justísimos del Corán, que los demócratas piden respetar como nosotros respetamos la Sagrada Biblia.

Compartimos con los lectores algunos extractos del Corán, que serán novedosos para la mayoría ya que casi nadie lo leyó, ni siquiera la inmensa mayoría de los mahometanos.

Algunos dirán que el Corán es muy bueno, salvo algunos pasajes que deben ser modificados, a lo cual respondemos que ni el más liberal de los islámicos aceptará la más mínima renovación del texto coránico puesto que para ellos fue revelado por Alá.

Sin más proemios, compartimos algunas joyas del Corán sobre las mujeres tomadas de la Sura 4 (Versión castellana de Julio Cortés, Biblioteca Islámica «Fátimah Az-Zahra»), a los cuales agregaremos alguna breve glosa.

“3. Si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entonces, casaos con las mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero, si teméis no obrar con justicia, entonces con una sola o con vuestras esclavas. Así, evitaréis mejor el obrar mal”.

Noten este pasaje: canoniza la poligamia y el secuestro y fornicación de esclavas.

“15. Llamad a cuatro testigos de vosotros contra aquéllas de vuestras mujeres que cometan deshonestidad. Si atestiguan, recluidlas en casa hasta que mueran o hasta que Alá les procure una salida”.

Tomemos nota: la mujer deshonesta (¿incluida la esclava secuestrada que se escapa con su esposo?), en principio debe ser asesinada.

“24. Y las mujeres casadas, a menos que sean esclavas vuestras. ¡Mandato de Alá! Os están permitidas todas las otras mujeres (…)”.

Este pasaje confirma que el islam canoniza el secuestro, la esclavización y violación serial de las esposas de ciertos hombres. Muy justo.

“34. (…) ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! (…)”.

Este pasaje canoniza la violencia física contra la esposa. Es interesante destacar que el texto coránico no sólo permite que se castigue a la esposa “rebelde” sino que basta que el marido tema que esta pueda llegar a serlo (por más que ella sea una santa) para que merezca ser violentada.

Evidentemente la justicia y el islam son incompatibles. Abramos las fronteras y llenemos nuestros vecindarios de islámicos, que es algo muy conveniente.

Con información de InfoCatólica/Padre Federico

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