Mons. Héctor Aguer comenta en su artículo «La familia: esposa, esposo, hijos. A propósito de una declaración papal» la polémica por la reciente emisión del documental Francesco en la que se recoge un montaje manipulado con declaraciones del papa Francisco sobre la posible legalización de las uniones homosexuales.
El prelado argentino recuerda cuál era la postura del Pontífice cuando era cardenal:
«Siendo arzobispo de Buenos Aires, el entonces Cardenal Bergoglio, en una Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, propuso aprobar la licitud de las uniones civiles de personas homosexuales por parte del Estado, como una posible alternativa a lo que se llamó -y llama- «matrimonio igualitario». El plenario de los obispos argentinos rechazó aquella propuesta con un voto adverso».
Don Héctor pasa a continuación a explicar por qué, partiendo de la doctrina bíblica, tradicional, y por tanto católica, no se puede aprobar de ninguna de las maneras ningún tipo de reconocimiento legal a las uniones homosexuales.
Igualmente recuerda que la Iglesia propone a los cristianos que «experimentan esa inclinación antinatural, un camino de superación espiritual orientado hacia la consecución de la castidad, mediante la práctica de «virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior», la oración y la gracia sacramental; más aún, se afirma que pueden y deben «acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana».
Sin embargo, dicha doctrina parece desechada porque «la así llamada «revolución sexual» ha influído perversamente en la mentalidad de las nuevas generaciones; muchos pastores de la Iglesia no paran mientes en el valor y la importancia de la antropología cristiana, y no se empeñan en su difusión».
Las declaraciones a la prensa no son Magisterio
El arzobispo emérito de La Plata valora de la siguiente manera la naturaleza de las palabras del Papa:
Con el respeto y el afecto que profeso al Vicario de Cristo, me arriesgo a pensar que las expresiones vertidas sobre el tema indicado en el filme Francesco no tienen carácter magisterial.
y
…tratándose en este caso de un asunto sobre el cual existe doctrina católica cierta, si el Santo Padre tuviera la intención de introducir un cambio, lo razonable es sostener que lo manifestaría expresamente con autoridad y buenos argumentos. La papolatría no es un comportamiento sano para los católicos.
Tras explicar la doctrina sobre la verdadera naturaleza de la institución familiar,con citas del Concilio Vaticano II, Mons. Aguer constata que «en la perspectiva conciliar es impensable la aprobación de una unión civil de personas del mismo sexo, y mucho menos concebible que pudiera considerarse «familia»… Quizá alguien considere que el Vaticano II, después de más de medio siglo, está desfasado de la realidad actual. ¡Pues que lo diga abiertamente!»
La destrucción de la familia
Don Héctor analiza igualmente cómo ha sido tratada la institución familiar en la era moderna:
«Las revoluciones modernas y los totalitarismos del siglo XX, nazismo y comunismo, han sometido la familia a la potestad del Estado; sin embargo, han sido las democracias desarrolladas en el período que siguió a la Segunda Guerra Mundial, las que avanzaron más hondamente en el proceso de alteración de la naturaleza del orden familiar. Un dato poco conocido: la disolución de los vínculos matrimoniales y de la comunidad familiar sancionada por la doctrina revolucionaria soviética, debió ser corregida en 1936 por una legislación destinada a frenar abusos corrosivos para la sociedad. En realidad, hasta hace muy poco era impensable en los ámbitos católicos una argumentación en favor de la unión de personas del mismo sexo, y mucho menos que pudiera considerársele familia».
Y recuerda que:
La Iglesia ha intervenido siempre para reivindicar ante las alteraciones históricas la realidad auténtica de la institución familiar, persuadida de la importancia pedagógica y pastoral de las correcciones que proclamaba como necesarias para obedecer al designio de Dios. Lo que está en juego es esta alternativa: la vida en la gracia o en el pecado, y por consiguiente la salvación eterna.
El arzobispo argentino concluye su artículo mostrando su dolor por el daño que se causa a los fieles homosexuales:
«Es muy doloroso pensar en el perjuicio espiritual que sufrirán los fieles que padecen a causa de su inclinación desordenada si la Iglesia auspiciara el reconocimiento de las uniones civiles, sancionadas por el Estado como un derecho a tener una familia; así se pondría obstáculo al posible proceso de sanación descrito en el Catecismo. Porque le debe a esas personas la misericordia de la verdad».
Y exhorta a todos los católicos fieles a Cristo a rezar y difundir la sana doctrina:
«¿Qué pueden hacer hoy los católicos fieles?. Ante todo orar, invocando la intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, y de San José, su Patrono. Pero, además, difundir incansablemente, con exactitud y serenidad la enseñanza, que es invariable, acopiada por la Gran tradición eclesial, para disipar con su luz la confusión; porque de eso se trata, de decir sí a lo que es sí, y no a lo que es no, y de ese modo desbaratar los planes del Padre de la mentira (cf. Jn 8, 44)».
El actual arzobispo de La Plata, asesor muy cercano al entonces Cardenal Bergoglio y también cercano ahora como Papa, también lo confirma
Como informó la agencia ACI, también Mons. Víctor Manuel Fernández, actual Arzobispo de La Plata (Argentina) y asesor teológico del Papa Francisco, explicó que para el Papa Francisco los términos «convivencia civil» y «unión civil» son el mismo reconocimiento legal para «uniones muy estrechas entre personas del mismo sexo», que las defendió en la Conferencia Episcopal y perdió, como hoy relata Mons. Aguer.
La Conferencia Episcopal Argentina difundió en su cuenta oficial de Twitter la explicación de Mons. Fernández en medio de la polémica sobre lo que quiso decir el Papa Francisco al referirse a una «ley de convivencia civil» para las personas homosexuales en el documental «Francesco» del cineasta ruso Evgeny Afineevsky.
Compartimos la reflexión de Monseñor Víctor Manuel Fernández (@Tuchofernandez), Arzobispo de La Plata.#CEA ⬇https://t.co/RKERTG73Y1
— Conferencia Episcopal Argentina (@EpiscopadoArg) October 21, 2020
En su perfil de Facebook el 21 de octubre, Mons. Fernández dijo que «lo que ha dicho el Papa sobre este tema es lo que sostenía también cuando era el Arzobispo de Buenos Aires». El asesor teológico ha eliminado la publicación de Facebook, pero el texto aún se puede encontrar en el sitio web de la agencia Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).
Captura de pantalla de texto eliminado por Mons. Victor Manuel Fernández, asesor teológico del Papa Francisco.
Las palabras del Papa se recogen en un fragmento del documental que aborda, entre otros temas, el cuidado pastoral para aquellos que se identifican como LGBT.
Se ha sabido después que las declaraciones del Santo Padre fueron editadas para el documental. Desde entonces los periodistas han cuestionado la naturaleza precisa de las palabras del Pontífice sobre la unión civil de homosexuales.
El conflictivo fragmento decía que
“Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso”.
Según la revista de los jesuitas ‘America’ las palabras completas del Papa que fueron editadas fueron:
La respuesta del Santo Padre, según indica America, fue la siguiente:
«La gracia del Espíritu Santo existe ciertamente. Yo siempre defendí la doctrina. Y es curioso, en la ley de matrimonio homosexual, es una incongruencia hablar de matrimonio homosexual. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente».
En la versión original del documental, en inglés, la frase del Papa “ley de convivencia civil” fue subtitulada como “civil union law” (“ley de unión civil”), suscitando comentarios de que el Papa no se refería a las leyes específicas de uniones civiles para parejas del mismo sexo, sino a algo distinto, y que su sentido, por tanto, había sido “distorsionado” por los medios de prensa.
Mons. Fernández publicó su escrito bajo el título «Lo que sostiene el Papa Francisco sobre la unión civil de personas homosexuales».
En este texto reitera que para el Papa Francisco “la expresión ‘matrimonio’ tiene un sentido preciso y sólo se aplica a una unión estable entre un varón y una mujer abierta a comunicar vida. Esta unión es única, porque implica la diferencia entre el varón y la mujer que se unen en reciprocidad y se enriquecen en esa diferencia, naturalmente capaz de engendrar vida. Por lo tanto, hay una palabra, ‘matrimonio’, que sólo se aplica a esa realidad. Cualquier otra unión parecida requiere otra denominación”.
Sin embargo, explica, literalmente, que “Bergoglio (sic) siempre reconoció que, sin llamarle ‘matrimonio’, de hecho existen uniones muy estrechas entre personas del mismo sexo, que no implican de por sí relaciones sexuales, pero sí una alianza muy intensa y estable. Se conocen a fondo, comparten el mismo techo durante muchos años, se cuidan, se sacrifican el uno por el otro”.
“Entonces puede ocurrir que ellos prefieran que en un caso extremo o de enfermedad no se consulte a sus parientes, sino a esa persona que conoce a fondo sus intenciones. Y por lo mismo prefieren que sea esa persona quien herede todos sus bienes, etc. Esto puede estar contemplado en la ley y se llama ‘unión civil, o ‘ley de convivencia civil’, no matrimonio. Bergoglio siempre tuvo esta opinión, e incluso años atrás hubo una discusión en el Episcopado argentino, donde Bergoglio defendía esto, pero perdió. La mayoría decía que eso se iba a confundir con el matrimonio y preferían no innovar”.
Mons. Fernández es Doctor en Teología por la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), de la que fue rector entre 2009 y 2018.
En mayo de 2013, el Papa Francisco nombró a Mons. Fernández, hasta entonces sacerdote, como Arzobispo.
De acuerdo al sitio web de la Arquidiócesis de Madrid, la asesoría de Mons. Fernández “se deja ver claramente en los principales documentos magisteriales del Papa Francisco (Evangelii Gaudium, Amoris Laetitia, y Laudato Si)”. Ha participado además como Padre Sinodal en los dos Sínodos sobre la Familia convocados por el Santo Padre.
Con información de InfoCatólica