* Abrieron el sepulcro ayer y «está en las mismas condiciones».
El cuerpo de Santa Teresa de Jesús, fundadora de la orden de las Carmelitas Descalzas y una de las figuras más emblemáticas de la mística cristiana, continúa siendo objeto de veneración y asombro más de cuatro siglos después de su muerte. Desde su fallecimiento en 1582, el cuerpo de la santa ha sido preservado en un estado que muchos consideran milagroso, despertando el interés tanto de fieles como de científicos.
A las puertas de la Basílica de la Anunciación, en cuyo interior se encuentra el sepulcro, el postulador general de la Orden del Carmelo Descalzo, Marco Chiesa, y prior de Alba de Tormes, Miguel Ángel González, han detallado cómo se han desarrollado los trabajos durante toda la mañana (del miércoles 28 de agosto), para concluir que el estado de conservación de la Santa es el mismo que el que está documentado, mediante una fotografía, en 1914.
Un equipo de médicos y científicos italianos estudiarán el cuerpo y las llamadas reliquias mayores, que incluyen desde el corazón hasta el brazo, para el «análisis, la conservación y la veneración de las mismas». Estos expertos seguirán las instrucciones del Dicasterio de las Causas de los Santos del Vaticano.
Según relata la diócesis de Ávila:
«En la jornada de hoy se ha abierto el sepulcro de Santa Teresa y hemos comprobado que está en las mismas condiciones que en la última apertura de 1914».
Es la afirmación más esperada en este 28 de agosto, y la pronunciaba el Postulador General de la Orden del Carmelo Descalzo, P. Marco Chiesa. Y es la primera conclusión a la que llegaban los expertos tras la apertura este 28 de agosto del sepulcro de la Santa de Ávila, cuyo cuerpo sigue incorrupto desde 1582.
Los carmelitas han detallado cómo ha sido el proceso de apertura y el traslado de la urna a la sala de trabajo que está en la zona de clausura del monasterio. El P. Miguel Ángel González explicaba cómo a primera hora de la mañana «la comunidad de Madres Carmelitas Descalzas junto con el Postulador General de la Orden, los miembros del tribunal eclesiástico y un reducido grupo de religiosos hemos trasladado con austeridad y solemnidad los relicarios al lugar habilitado para el estudio. Lo hemos hecho cantando el Te Deum con el corazón lleno de emoción».
El proceso para llegar hasta la urna de plata que tiene el cuerpo de Santa Teresa es harto complejo. Primero se ha tenido que retirar la losa de mármol que hay en el sepulcro. Después, en la sala habilitada para los estudios a los que se van a someter las reliquias mayores de la Santa, y ya solo con la presencia del equipo médico científico y los miembros del tribunal eclesiástico se ha abierto el sepulcro de plata. Sepulcro que, según indicaban, les ha llamado la atención su «excelente» fabricación y el «magnífico» estado de conservación en el que se encontraba, y que fue regalado en su día por el rey Fernando VI y su esposa Bárbara de Braganza.
Para comenzar con el estudio de las reliquias del corazón, el brazo y la mano de Santa Teresa, se ha contado con la colaboración de los orfebres salmantinos Ignacio Manzano Martín y Constantino Martín Jaén que estarán presentes en la primera y última jornada de trabajo. Y se han utilizado las famosas diez llaves del sepulcro: las tres que se conservan en Alba de Tormes, las tres que les ha prestado el Duque de Alba, y las tres que conserva en Roma el Padre General, además de la llave del rey. Tres de esas llaves son para abrir la reja exterior, tres son para abrir el sepulcro de mármol, y las otras cuatro son para abrir la urna de plata.
Antes de proceder al estudio del cuerpo, los presentes han rezado ante el cuerpo de la Doctora de la Iglesia, para después proceder a una primera inspección ocular, de la que se concluye que el cuerpo sigue incorrupto, tal y como se mostraba en 1914. Un aporte espiritual, el de este estudio, que se concreta en determinar el estado de Santa Teresa en el momento de su muerte. «Sabemos que los últimos años fueron difíciles para ella en caminar, en los dolores que ella misma describe. A veces, mirando un cuerpo, se descubre más de lo que la persona tenía. Analizando el pie en Roma, vimos la presencia de espinas calcáreas que hacen casi imposible caminar. Pero ella caminaba. Llegó Alba de Tormes y, luego, la muerte, pero su deseo era seguir y seguir adelante, a pesar de los defectos físicos», detallaba el P. Chiesa.
Asimismo, el postulador de la Orden recordó que las imágenes de 1914 son en blanco y negro, así que «es difícil hacer un parangón». No obstante, afirmó que «las partes descubiertas, que son el rostro y el pie, son iguales a las que eran en 1914». «No hay color, no hay color de la piel, porque la piel es momificada, pero se ve, sobre todo en la mitad de la cara. Se ve bien. Los doctores expertos, ven casi claramente el rostro de Teresa», destacó.
En relación al resultado de los estudios que se van a realizar, el postulador General ha aseverado que aún es pronto para dar detalles. «Desde la Orden se ve oportuno hacer este trabajo y serán los especialistas los que tras su exhaustivo trabajo nos indicarán conclusiones. Sabemos, por estudios similares, que podremos conocer datos de gran interés de Teresa y también recomendaciones para la conservación de las reliquias, pero eso será en otra etapa.», ha comentado el P. Marco Chiesa.
Agencias/InfoCatólica.