Represión a la Misa tradicional: Una modesta proposición al cardenal Blase Cupich

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Leyendo la brutal política de represión de la Misa Tradicional por parte del arzobispo de Chicago, podría uno suponer un encendido amor en el cardenal Blase Cupich hacia el Novus Ordo Missae en su forma más pura y primigenia. Nada más lejos de la realidad.

 

Visto la extraordinaria pasión que sacude a nuestra jerarquía, y muy especialmente a la más estimada y favorecida por Roma, hacia toda forma de adoración heterodoxa, hacia cualquier ritual de “otras formas de entender a Dios”, uno está tentado de proponer a Su Eminencia Blase Cupich, arzobispo de Chicago, que haga el esfuerzo de imaginación de ver en la Misa de San Pío V, la Misa de los Siglos, un exótico acto de adoración y que lo permita y fomente como hace con casi cualquier experimento litúrgico y sincrético.

Es sintomático de todo este asunto que en la misma archidiócesis que gobierna este prelado tan implacable con la forma de la Misa que ha sido la común durante siglos en toda la cristiandad católica y casi contemporáneamente con su infame decreto, en la parroquia de Santa Sabina, en la Misa del Gallo, se celebró con palabras de consagración inventadas, una liturgia al estilo chamán, un cáliz de madera, una mini canoa para las hostias y un viejo saxofonista. He mirado, y nada de esto lo permite el Misal de San Pablo VI.

Pero este último abuso, que parece desmentir las protestas de unidad del cardenal tanto como su amor por el Rito Nuevo, está lejos de ser excepcional en el territorio eclesial que gobierna Cupich. En la misma noche, en la misma ciudad, se celebró otra Misa del Gallo con haces de luz de colores y una coreografía al mejor (o peor) estilo de Broadway, esta televisada.

Eso, por no hablar de la afición de nuestro cardenal por incorporar al Santo Sacrificio elementos de otras religiones, en el mejor homenaje a esa “hermandad de las religiones” que invoca el Santo Padre en ‘Fratelli Tutti’. Así, en enero de 2020, Cupich presidió un ritual de despertar del León Chino antes de la Eucaristía, sin duda rememorando la ocasión en que, en 2016, acogió a este mismo león chino en plena Misa. Para no hacer de menos a los hindúes, en febrero de 2020, incorporó a una Eucaristía que celebraba en Roma un ritual Arati.

Aunque la querencia por la que es más conocido en su tierra en este sentido es hacia el lobby LGTBI, para cuyos miembros de persuasión católica ha organizado o permitido incontables celebraciones explícitamente temáticas, adornadas con profusión de arcoiris.

Es cierto que después del ritual de adoración (con postración total) de ídolos amazónicos en los jardines vaticanos en presencia del Papa es ya difícil negarse a ese tipo de incorporaciones sincretistas, ya saben, ese día de la Festividad de San Francisco que inauguraba el pintoresco y finalmente descafeinado Sínodo de la Amazonia.

Es sorprendente que unos pastores tan sensibles y apreciativos a formas de culto tan ajenas a nuestra fe y alejadas de nuestra liturgia sean incapaces de permitir a los fieles adeptos de la Misa Tradicional un modesto lugar bajo el sol para sus exóticos rituales.

Cupich prohíbe la Misa Tradicional en las fechas más importantes para los católicos

 

Por CARLOS ESTEBAN.

Infovaticana.

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