13 nuevos servidores de Cristo y de la Iglesia; trece diáconos permanentes, en Monterrey.

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Trece alumnos del Instituto Diaconal Arquidiocesano fueron ordenados diáconos en modalidad permanente, por manos de Mons. Juan Carlos Arcq Guzmán, la tarde del viernes 5 marzo en la Basílica de Nuestra Señora del Roble.

Los nuevos servidores recién ingresados al orden sagrado del diaconado son:
Diác. César Ángel Cantú Navarro
Diác. Fernando Cavazos Mendoza
Diác. Abraham Hernández Ortiz
Diác. Víctor Fernando Martínez Cavazos
Diác. Amador Mendoza Rivera
Diác. César Augusto Ramírez Severo
Diác. Cruz Rodríguez Sánchez
Diác. Carlos Romero Tovanche
Diác. Eduardo Sandoval Maldonado
Diác. Gumercindo Soto Alvarado
Diác. Cruz Gerardo Torres Campos
Diác. Marco Antonio Vargas Campos
Diác. Mario Vázquez Campos

Mons. Juan Carlos, en su homilía compartía: “𝐞𝐥 𝐝𝐢𝐚𝐜𝐨𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐜𝐫𝐢𝐟𝐢𝐜𝐢𝐨, 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐦𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐫𝐯𝐢𝐜𝐢𝐨, 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞𝐠𝐚, 𝐞𝐧 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨”

Con esta reflexión, Monseñor mencionaba que Dios, con esta vocación, los ha tomado, y los ha distinguido:

“Como el Padre al Hijo «este es mi Hijo muy amado»” sin embargo, le recuerda que la distinción “no es para tener privilegios, sino para servir y para entregar la vida. Nos toma sí, pero no para ponernos por encima, sino al servicio”.

“No la van a tener fácil, y no es que les augure dificultades, no, es que el hecho de seguir a Jesús y ser fiel al Evangelio y tratar de servir como Él sirvió, nunca será fácil, porque además no tendremos en esta vida la recompensa”

“La recompensa de un auténtico servidor no la obtenemos ahorita, la obtendremos después de la muerte”.

“Que Dios les bendiga, que Dios bendiga sus familias, que Dios bendiga a las comunidades que serán enviados, 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬, 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐨𝐛𝐞𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐚 𝐥𝐚 𝐯𝐨𝐥𝐮𝐧𝐭𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬, 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐝𝐨́𝐜𝐢𝐥𝐞𝐬 𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐯𝐚𝐲𝐚 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐬𝐮 𝐨𝐛𝐫𝐚”.

“Mucho ánimo, Dios les bendiga, les de fuerza y su espíritu nos llene de sus dones, para que puedan entregar su vida al servicio de Dios y de su pueblo”

Después se continuó con todo el rito correspondiente al ingreso del orden sagrado, en este caso, del diaconado.

Un momento muy emotivo fue cuando los trece nuevos diáconos, fueron revestidos por algún sacerdote y sus familias.

Más adelante, el diacono Abraham, quien también se consagró al celibato, en nombre de sus hermanos diáconos ofreció un breve mensaje:

“Solo podemos decir gracias, gracias a Dios por este llamado que nos hizo, y al cual hemos respondido en lo individual, pero sobre todo en comunión con cada de nuestras familias”

“Hoy en un claro acto de amor y misericordia de Dios, quien no se deja ganar en generosidad, nos comparte este tesoro que como dijo el apóstol San Pablo «llevamos en vasijas de barro» para que esta fuerza soberana de Dios y no nuestra”

“Definitivamente Dios nos ha moldeado y nosotros nos dejamos moldear con Él pero no con temor a un ser supremo que obliga a se dé cuál o tal forma sino con plena y absoluta confianza, Esperanza y libertad para que Él nos permita realizar su obra entre los demás hermanos y los más necesitados”

Mons. Heriberto Cavazos, obispo auxiliar de Monterrey, también compartió un breve mensaje de felicitación:

“Hoy la Iglesia de Monterrey se enriquece con ustedes hermanos servidores diáconos y también con el aporte de cada una de sus familias, de cada de sus comunidades y parroquias”

“Dios les bendiga, nuestra Madre del Roble les ayude a tener una mirada serena, realista, tranquila para que llenen de esperanza al pueblo de Dios”

Por último, el Padre Israel Pardo, nuevo subdirector del Instituto Diaconal Arquidiocesano, dio lectura a los destinos que les fueron encomendados a los trece nuevos diáconos.

Damos gracias a Dios por estos servidores para la Iglesia y los encomendamos a nuestras oraciones.

 

Por Debany Valdés
Monterrey, N.L.

pastoralsiglo21.

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