Los fiscales de Cerdeña concluyeron en enero una investigación sobre Antonio Becciu, hermano del cardenal Angelo Becciu, por malversación de fondos caritativos de la Iglesia.
Se espera que el hermano Becciu y otras personas sean acusadas, entre ellas la esposa de Antonio Becciu y el director local de Cáritas, Don Mario Curzu, e incluso Monseñor Corrado Melis, obispo de Ozieri.
Los fiscales alegan que el grupo malversó más de 2 millones de euros entre 2013 y 2023.
Según los fiscales, los fondos procedentes del impuesto italiano 8xmille, que pasaban por la Conferencia Episcopal Italiana, se canalizaron hacia cuentas benéficas controladas por Antonio Becciu y Don Curzu. El dinero se utilizó para financiar intereses privados y aventuras empresariales.
La policía encontró «albaranes falsificados» en la organización benéfica del hermano para supuestamente 20 toneladas de pan que debían distribuirse entre «los pobres».
El cardenal Becciu declaró durante su propio juicio que había autorizado un préstamo inicial de 100.000 euros a la organización benéfica de su hermano, que posteriormente se convirtió en una donación de 50.000 euros de la Conferencia Episcopal Italiana.
El derecho canónico, que hoy en día sólo se aplica cuando conviene a quienes ostentan el poder, prohíbe la transferencia de propiedades eclesiásticas a familiares. Los abogados de Becciu y Curzu dijeron que montarían una defensa enérgica.
FaroDiRoma.it (13 de marzo) insiste en que «todo está en orden» y que la correcta gestión de los fondos por parte de la diócesis de Ozieri quedó ampliamente documentada en el juicio del Vaticano al cardenal Becciu.
La experiencia demuestra que este tipo de juicios en Italia terminan con una sonora condena, sólo para ser anulada años más tarde por el Tribunal de Apelación.
ROMA, ITALIA.
MIÉRCOLES 13 DE MARZO DE 2024.
ESNEWS.