Sobre el Padre Nuestro

Pbro. Crispín Hernández Mateos
Pbro. Crispín Hernández Mateos

Las lecturas de este Domingo hablan del bautismo, la oración y la perseverancia. El primero viene de lo Alto, la segunda es un diálogo necesario entre los hombres y Dios y, la tercera es una actitud propia del hombre.  Veamos.

1.- «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».

  • “Padre, santificado sea tu nombre.” Jesús, al crear una comunidad de hermanos, los invita a llamar a Dios como Padre. Además, necesitamos honrar su nombre, haciendo las cosas que a Él le agradan.
  • “Venga tu reino.” Es importante pedir y desear que Dios reine en su propio pueblo: el reino de Dios es un reino de verdad y de la vida, de la santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz. ¿Cómo se vive este reinado en tu comunidad?
  • “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.” La voluntad de Dios es santa, la voluntad de Dios es que “todos seamos uno” (cf. Jn 17,21), que “nos amemos unos a otros” (cf. Jn 13,34), “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (Cf. 1ª Tim 2,4), que “hagamos lo mismo que el buen samaritano” (cf. Lc 10,37). Tu ¿cumples la voluntad del Padre?

2. «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá»

  • “Todo el que pide recibe.” Pidamos cosas santas, cosas buenas, cosas que nos duren para siempre, bendiciones que nos libren del mal. No pidamos dinero, ni cosas materiales.
  • “El que busca encuentra.” Busquemos las cosas del cielo, busquemos la verdad, la justicia y el bien común. Busquemos el perdón y la misericordia de Dios. No busquemos resolver las cosas por nosotros mismos.
  • “Al que llama se le abre.” Llamemos a la puerta del Sagrado Corazón de Jesús, a la puerta del Santísimo sacramento, a la puerta del Cielo. No llamemos a la puerta del mal ni de la mentira ni la violencia.

3. «¿Cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?»

  • En el bautismo recibimos este Espíritu prometido por el Padre y que Jesús indica que será quién nos guiará hasta la verdad plena. Por eso dice san Pablo en la segunda lectura: “Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo y habéis resucitado con él” (Col. 2,12)
  • Por el bautismo pasamos de la muerte a la vida. Resucitar es una obra única del amor del Padre, donde Cristo vuelve a tomar la vida, pero de una manera gloriosa, diferente a la vida terrena. “Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe” (1ª Cor 15,14)
  • Dios concede el don del Espíritu Santo a la Iglesia el día de Pentecostés, pues estando reunidos los Apóstoles y los discípulos a puerta cerrada, irrumpió sobre ellos el Espíritu Santo y se fue posando sobre cada uno de ellos e infundiéndoles un carisma para bien de todos y de la Iglesia (Cf. Hec 1,1-4). Por eso Pentecostés es la fiesta del Espíritu Santo. ¿Cómo vives este don?

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