Durante 3 días y organizados por etapas los presbíteros de la Arquidiócesis de Xalapa planearon su formación.
Los días 15,16 y 17 de junio de 2021, en la casa de la iglesia de Xalapa, el presbiterio de la arquidiócesis junto con su arzobispo, se reunieron para concluir el plan de formación sacerdotal que orientará las actividades de formación permanente para los cinco años siguientes. pic.twitter.com/WnjfPl3E62
— José Manuel Suazo Re (@jomsua) June 17, 2021
Como parte de la tarea esencial de la Pastoral Presbiteral, se reanuda el compromiso de la elaboración del Plan de trabajo para los sacerdotes de la Arquidiócesis de Xalapa, que iluminará y guiará el caminar en la formación permanente de los presbíteros durante los siguientes cinco años.
En la Casa de la Iglesia de Xalapa, los días 15, 16 y 17 de junio, y guardando todos los cuidados sanitarios, se reunieron los sacerdotes de la Arquidiócesis, para realizar el plan de trabajo de la Pastoral Presbiteral para el próximo quinquenio. El primer día estuvieron reunidos dos etapas, la de los neo sacerdotes (de 0 a 8 años de Ordenación Sacerdotal) y los sacerdotes jóvenes (de 36 a 45 años de edad). El segundo día tocó el turno de la etapa de los sacerdotes maduros (de 46 a 55 años de edad). Y el último día se reunieron los sacerdotes mayores (de 56 a 65 años de edad) y los llamados provectos (de 66 años en adelante).
Este jueves 17 de junio, se concluyó el plan de trabajo de la Pastoral Presbiteral con la participación de la mayoría de los sacerdotes de la Arquidiócesis. Después de haber avanzado en las necesidades (de cada etapa), de haber elaborado los objetivos de cada área de la formación (humana, espiritual, intelectual y pastoral), los presbíteros se dieron a la tarea de terminar los siguientes apartados del proyecto que fueron: las actividades, los recursos, los responsables, la estructura, el cronograma y la evaluación.
Pedimos a Dios que acompañe e ilumine con su Espíritu el Plan elaborado por los sacerdotes de nuestra Arquidiócesis, de tal manera que, a ejemplo de Jesús, el Buen Pastor, crezcan en el servicio de “lavarse los pies unos a otros” y que su testimonio sea una motivación para todas nuestras comunidades para vivir más de cerca la fraternidad y la eclesialidad.