Reunión del Papa con participantes del Congreso ‘Los italianos en Europa y la misiòn cristiana’

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Discurso del Papa Francisco a los participantes en el congreso: “Los italianos en Europa y la misión cristiana”, organizado por la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana. Al integrar a inmigrantes italianos en Europa se puede “respirar el aire de una diversidad que regenera la unidad y pueden alimentar el rostro de la catolicidad

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

En su discurso a los 200 participantes en el congreso, el Papa, reflexionando sobre el tema que está guiando los trabajos del encuentro, observa por “por un lado, la preocupación pastoral que siempre nos empuja a conocer la realidad, en este caso la movilidad italiana; y, por otro, el deseo misionero de que esto sea fermento, levadura de nueva evangelización en Europa”, de allí que el Pontífice comparta tres reflexiones que, como les dijo, espera les ayuden en el presente y en el futuro.

Movilidad-migración

En esta primera reflexión, el Papa habló de esa parte del nosotros, de los italianos en Italia, que se moviliza en busca de nuevos futuros. Francisco recuerda que, a menudo, se ven a los inmigrantes como “los otros” de nosotros, como los extraños. Sin embargo, se descubre, afirmó, según los datos que hablan del fenómeno, que los emigrantes, “son una parte importante de nosotros”, los emigrantes italianos son “personas cercanas a nosotros: nuestras familias, nuestros jóvenes estudiantes, licenciados, desempleados, nuestros empresarios. La migración italiana revela -como escribió el gran obispo Geremia Bonomelli, fundador de la Obra de Asistencia a los Emigrantes en Europa y Oriente Medio- una «Italia hija», en movimiento en Europa, sobre todo, y en el mundo”.

Europa

La segunda reflexión se refiere a Europa. La emigración italiana a los otros países europeos, refleja, señaló el Pontífice, que Europa es una casa común, que incluso la Iglesia debe considerar. La migración italiana y de otros países, está renovando el rostro de las ciudades europeas, dijo, y “alimentando «el sueño de una Europa unida, capaz de reconocer las raíces comunes y de alegrarse de la diversidad que la habita», un hermoso mosaico”, afirmó Francisco que no debe ser “marcado o corrompido por los prejuicios o el odio velado en la respetabilidad”. Es el momento en que Europa debe, con su vocación a la solidaridad en la subsidiariedad, revitalizar en el mundo actual.

Testimonio de fe en emigrantes

La tercera reflexión del Papa a los participantes en el congreso es la importancia del testimonio de fe de las comunidades de emigrantes italianos en los países europeos, que con su “arraigada religiosidad popular han comunicado la alegría del Evangelio, han hecho visible la belleza de ser comunidades abiertas y acogedoras, han compartido los caminos de las comunidades cristianas locales. Un estilo de comunión y de misión ha caracterizado su historia, y espero que también marque su futuro”, afirmó.

Asimismo, Francisco mencionó la importancia de la memoria de las familias italianas. Abuelos que emigraron con su arraigada religiosidad siendo “generadores” en la vida cristiana. Herencia que hay que preservarla, cuidarla y revitalizar así el anuncio y el testimonio de la fe. Por medio del diálogo entre abuelos y nietos, dijo el Papa y añade:

“De hecho, los jóvenes italianos que se mueven hoy por Europa son muy diferentes de sus abuelos, en cuanto a la fe, y sin embargo están generalmente muy apegados a ellos. Y es crucial que sigan apegados a sus raíces: en un momento en que se encuentran viviendo en otros contextos europeos, la savia que extraen de sus raíces, de sus abuelos, una savia de valores humanos y espirituales, es valiosa”.

Si existe el diálogo entre generaciones, dijo por último el Pontífice, se podrá aprender de las expresiones de la piedad popular, sobre todo manifestó, en lo que respecta a la nueva evangelización. El Santo Padre señaló además que, si se ayuda a integrarse a los inmigrantes, éstos representan una “bendición para y en la Iglesia, una riqueza y un nuevo regalo que invita a una sociedad a crecer». Y agregó:

“Si se integran, pueden ayudar a respirar el aire de una diversidad que regenera la unidad; pueden alimentar el rostro de la catolicidad; pueden dar testimonio de la apostolicidad de la Iglesia; pueden generar historias de santidad. No olvidemos, por ejemplo, que Santa Francesca Saverio Cabrini, religiosa lombarda emigrada entre emigrantes, fue la primera santa ciudadana de los Estados Unidos de América”.

Las migraciones han acompañado y pueden apoyar, afirmó, por último, mediante el encuentro, la relación y la amistad, el camino ecuménico en los distintos países europeos donde los fieles pertenecen mayoritariamente a comunidades reformadas u ortodoxas. Al respecto, el Papa expresó que el trabajo pastoral de la Fundación Migrantes, y el camino sinodal de las Iglesias en Italia, “propone considerar a los migrantes como un recurso importante para la renovación y la misión de las Iglesias en Europa. Especialmente el mundo de los jóvenes en migración, a menudo desorientados y solos, debería ver una Iglesia con sus Pastores atentos, caminando con ellos y entre ellos”.

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