Como se ha puesto en evidencia en las últimas semanas, los poderosos que dominan el mundo en beneficio propio -el Poder Financiero internacional angloamericano y sus dispositivos políticos como el Club Bilderberg, la Comisión Trilateral, la Junta de Información Financiera, el Consejo de las Américas, el Banco de Pagos Internacionales (Basilea), etc.-, han aprovechado la crisis sanitaria mundial desencadenada por la irrupción del Covid-19 y que ha llevado al derrumbe de la economía productiva, pero dejando intacto el sistema financiero especulativo internacional.
En un breve pero sustancioso artículo publicado el 4 de abril de este año en el Wall Street Journal, Henry Kissinger trazó el marco estratégico político para sostener el Orden Mundial Liberal en vigencia, reorganizando la vida económica, social, política y cultural de los pueblos mediante la imposición de un sistema sanitario mundial que gobierne el mundo.
Las informaciones que han comenzado a divulgarse en las últimas semanas ponen en evidencia no sólo las responsabilidades políticas y las conductas criminales de encubrimiento por parte del gobierno de la República Popular de China y de la Organización Mundial de la Salud en el origen de la “pandemia”, como también la creación artificial del nuevo virus en un establecimiento militar.
También se ha puesto en evidencia el aprovechamiento político y comercial que ha hecho el gobierno de la República Popular de China para extender sus tentáculos a lo largo del planeta, con la complicidad de la OMS y del “vocero” sanitario, Bill Gates, ejerciendo de hecho la “presidencia” de un único gobierno mundial y prolongando la vigencia del confinamiento domiciliario (similar al de un sistema carcelario), el distanciamiento social, el cambio de relaciones y costumbres y la “necesidad” de implantar la vacunación universal.
Frente a este panorama, ha comenzado a organizarse en Europa, principalmente en Alemania y en Italia, la resistencia contra esta ofensiva imperialista contra la vida de los pueblos. Según su inicial impulsora, la terapeuta del arte Amrita Tejas, italiana de nacimiento pero que reside actualmente en Stuttgart (Alemania), la crisis del coronavirus ha sido particularmente más difícil, violenta e incluso más peligrosa que en Alemania: “Italia ha sido deliberadamente elegida y planificada como campo de investigación social y sanitaria”, a través de un proceso en el “la verdad se ha transformado en mentira, la Constitución ha sido totalmente desactivada y la cultura -con todas sus artes- silenciada tanto en Italia como en los demás países de Europa”. Como si hubiera un protocolo igual para todo el mundo, todos han sido separados, paradójicamente en forma globalizada.
Esta resistencia ha comenzado a tomar forma a través de la promoción de un movimiento llamado “International Solidarity Of Free Information & Art” (ISOFIA) [Solidaridad Internacional de la Libre Información y el Arte], que ha dado a conocer un “Llamamiento a todas las personas conscientes, científicos e investigadores de la verdad], convocando a “los más importantes científicos libres y valientes y a las personas más conscientes y competentes de Italia con colegas internacionales”, con la finalidad de “intercambiar libremente informaciones sobre los peligros de estos tiempos, fortalecerse como comunidad y científica libre de conflictos e intereses, considerar las propias diferencias nacionales y buscar soluciones internacionales comunes”.
En Italia han adherido a esta iniciativa el doctor Stefano Montanari, la doctora Antonietta Gatti, la profesora Giuliana Conforto, el doctor Pascuale Bacco, el magistrado Angelo Giorgianni, el doctor Giulio Tarro y otros.
Los 3 últimos mencionados ya presentaron una denuncia en el Tribunal de la Haya contra las medidas adoptadas por el gobierno italiano frente a la pandemia.
En definitiva, es una iniciativa que convoca a “científicos, sociólogos, economistas, filósofos, artistas y a todos los guardianes de la verdad” para defender la libertad de información, la democracia, la verdad, la salud de los pueblos y el respeto del ser humano a nivel internacional, uniéndose “no globalmente, sino fraternal y pacíficamente con decisión y valentía”.
Además de Italia, ya se han sumado a esta iniciativa personalidades de Alemania, España, Francia, Polonia, Suiza, Israel y Argentina