MENSAJE A LA COMUNIDAD
4 de septiembre de 2022
RENUNCIAR PARA PODER AVANZAR
Para todos los mexicanos, la llegada del mes de septiembre nos abre a la posibilidad de reconocer el esfuerzo de quienes han caminado por estas tierras antes que nosotros y nos han hecho mucho bien.
Es necesario que aprendamos a renunciar a toda forma de egoísmo e indiferencia que tanto nos daña y hace daño a nuestro país; que renunciemos a permanecer como meros espectadores de los acontecimientos que marcan de manera singular la vida de nuestra patria; que renunciemos a toda complicidad en la práctica de la corrupción y del abuso, dentro y fuera de las instituciones.
Es urgente que todos los mexicanos no nos quedemos pensando solo en quiénes serán los culpables de las desgracias que suceden en nuestro entorno, y que nos dispongamos con firmeza y esperanza a combatir todo aquello que sea un obstáculo en el camino, para lograr el avance que tanto anhelamos y que motivó a nuestros antepasados a luchar por tener un lugar digno en donde vivir y con libertad.
Pidamos que este mes, lleno de festividades cívicas, nos fortalezcamos en el compromiso de vida en comunidad, para que los actos violentos que continúan estremeciendo a la sociedad desaparezcan, para que asumamos responsablemente los principios básicos de convivencia humana que nos ayudarán a sembrar en el corazón de nuestros hijos, y de nuestros hermanos nos rodean; que la paz y la sensibilización nos haga a todos siempre, mejores hermanos.
En este marco de actividades, les comparto que, Dios mediante, del 5 al 9 de este mes, 80 obispos mexicanos, aproximadamente, nos reuniremos en una casa de retiro en Santiago, N.L., para tener una semana de estudio. Esta reunión de formación permanente se sumará a las reuniones que se han realizado en todo el país entorno al próximo Sínodo de Obispos del 2023 sobre la sinodalidad. Les pido que nos tengan presentes en sus oraciones para que todo lo que ahí reflexionemos, la mirada que tengamos de nuestro país, la mirada que tengamos de nuestra iglesia sea para un mayor esfuerzo pastoral.
Asimismo, les informo la alegría de haber ordenado el día de ayer a 6 nuevos diáconos, alumnos de nuestro Seminario de Monterrey, que se preparan para el sacerdocio.
Finalmente, quiero comunicarles que, en preparación a las próximas fiestas en honor de la Virgen de Guadalupe en su Basílica de la colonia Independencia, y habiendo consultado a los fieles del consejo parroquial, así como a los sacerdotes y expertos en arte religioso, hemos visto oportuno restaurar la imagen que preside el altar mayor, la cual se realizará durante el mes de septiembre, aprovechando que este año se cumplen 100 años de que fue pintada por el artista mexicano Rafael Aguirre, allá en el año 1922, a iniciativa del Siervo de Dios el Pbro. Raymundo Jardón. Mientras tanto se pondrá otra imagen para continuar con su veneración. Agradecemos al Venerable Padre Raymundo Jardón, su amor a la Virgen de Guadalupe.
Es importante aclarar que las reparaciones de la imagen y del marco que la custodia, se harán en los recintos mismos de la Basílica, la cual cumple 40 años de haber sido erigida como tal por el Papa San Juan Pablo II en 1982.
De la misma manera, y queriendo ofrecer a nuestra Madre una digna ornamentación en su fiesta, restauraremos también su corona y las rosas que adornan su entorno. Dicha restauración será realizada por especialistas en la materia: el cuadro y la pintura por el restaurador Alberto Compiani; la reparación de la corona por el orfebre tapatío Ricardo Curzaley; las 75 rosas por el restaurador René Rangel, las cuales serán restauradas gracias al apoyo del mismo número de parroquias que generosamente han colaborado para esta causa: 75 parroquias de la Arquidiócesis cada uno cooperará para restaurar una rosa.
Igualmente les participo que se ha hecho una solicitud para que el Santo Padre, el Papa Francisco, conceda la coronación pontificia de esta venerada imagen, ya que la corona actual fue colocada por el Siervo de Dios Mons. Guillermo Trischler y Córdova, VII Arzobispo de Monterrey, en el año 1945, en el marco de las celebraciones por el 50 aniversario de la coronación pontificia de la imagen original en el Tepeyac.
Para nuestra Arquidiócesis estos acontecimientos han motivado esta restauración, por lo que les pido a unirse a nuestra intención, en honrar, de esta forma, a Nuestra Señora de Guadalupe, Reina de México y de las Américas. Y aquel que quiera colaborar económicamente, lo haga directamente en la Basílica.
También, por último, quiero invitarles a vivir este tiempo de oración y de toma de consciencia de la belleza de la creación; durante esta semana del 01 al 04 de septiembre, estuvimos celebrando el tiempo de la creación, pero éste ni termina ahí, necesitamos continuamente tomar consciencia de que debemos respetar, procurar y mejorar el medio ambiente para que México y el mundo entero tengamos una vida digna.
Muchas gracias. Que tengan un buen domingo.
Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey