¿Por qué Jesús es el amigo que alarga la vida?

Psic. Octavio Escobar
Psic. Octavio Escobar

Los seres humanos nos hemos adaptado durante miles de años de evolución a estar en compañía de otros para protegernos de depredadores, buscar alimento, construir refugio, cuidarnos de enfermedades y defendernos de amenazas. Esta situación de conveniencia y mutualismo nos ha llevado a construir grandes centros urbanos en los que, gracias a esta cercanía, hemos podido crecer como sociedad. 

Sin embargo, estar rodeado de muchas personas no necesariamente es garantía de compañía. De hecho, en las sociedades antiguas, quienes no podían adaptarse rápidamente en una sociedad eran dejados de lado a su suerte. Fue así como, leprosos, enfermos, viudas, niños e incluso quienes rompían la ley, murieron a causa de la mirada individualista de la sociedad que tiende a auto preservar a los más aptos. 

Con la llegada de Jesús a la tierra, esta forma de pensar cambió radicalmente y revolucionó la sociedad que conocemos hoy. La caridad tomó una preponderancia sin precedentes y la ley del ojo por ojo y diente por diente, poco a poco se acercó más a la de poner la otra mejilla. Sin embargo nuestra humanidad nos sigue manteniendo en aquel lugar egoísta en el que solo cuidamos de nosotros mismos y dejamos de lado a los menos aptos. 

Es por eso que tener amigos es tan importante. Porque histórica y socialmente hablando, es incrementalmente benéfico tener personas a nuestro alrededor con quienes comerciar, dividir labores y especializarnos, para ser más eficientes y vivir mejor. De la misma forma, tener amigos nos permite crecer emocionalmente ya que contamos con una contención que no tendríamos si estuviéramos solos. 

¿Qué hacer cuando nos sentimos solos o nuestros amigos nos traicionan?

Si bien tener amigos es importante, en muchas ocasiones no podemos destinar tiempo a socializar o fraternizar con otros. Ya sea porque vivimos demasiado ocupados o en lugares donde no podemos conocer gente, es importante comprender que el vacío emocional de la soledad únicamente puede ser llenado por el amor de Dios.

Seguramente muchos dirán que debemos aprender a estar solos y qué es señal de madurez aceptar la soledad. Sin embargo, al aceptar esto, estamos negando miles de años de evolución en los que el abandono significaba peligro de muerte. Por eso, es importante comprender que sentirnos solos “está bien”. Que nuestra mente está intentando protegernos para que podamos sobrevivir y que no sabemos buscar amistad o pareja en los lugares equivocados. 

Por el contrario, para sobrevivir de manera adecuada, debemos ordenar nuestras emociones para que no nos dominen y caigamos a merced de personas que se aprovechen de nuestras carencias. Por eso el amor de Jesús es la clave de la libertad.

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Psicólogo Clínico de Colombia