En el marco de la aprobación de las reformas constitucionales para la permanencia de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública que transcurre en las Cámaras del Congreso de la Unión, este 3 de octubre fue publicada la opinión del Observatorio de Ciudadanía Católica y Análisis Social “Militarismo en México en Tiempos de la 4T”.
El documento observa un repaso de lo que ha implicado la presencia y papel de las fuerzas armadas en la vida política de México. A través de un recorrido histórico, el documento destaca que el presidencialismo autoritario del siglo XX concentró un desmedido uso del poder en una sola persona, el presidente de la República, quien se valió de los recursos del erario que tuvo igualmente un efecto de control de los gobernadores de los Estados.
El autoritarismo presidencial sometió a las Cámaras del Congreso de la Unión, a las organizaciones y sectores políticos concentrados en el partido único, además del control de las elecciones que lo llevó a ser el jefe nato del Partido Revolucionario Institucional, el PRI.
“El poder presidencial era inmenso y sin ningún contrapeso”, era comandante supremo de las fuerzas armadas del país y, según el documento, este poder omnímodo no hizo posible la reelección gracias a una ley no escrita el “Constitucionalismo de las Fuerzas Armadas de la República, que son de origen revolucionario y sostienen el principio constitucional de la “no reelección”.
A decir del estudio del Observatorio Laico, el origen popular de las fuerzas armadas no permitirá que México vuelva a ser gobernado por un tirano, su lealtad, desde los tiempos del maderismo, impidió que México, después de la revolución, padeciera de las dictaduras “como ocurrió en toda América Latina en el siglo XX”.
Aunque el presidencialismo fue apoyado por las fuerzas armadas, las libertades garantizadas gracias al constitucionalismo permitieron la alternancia política de partidos en la presidencia de la República, incluida la llegada al poder del López Obrador el cual, según el estudio, impulsa un “cambio muy profundo en el constitucionalismo de las Fuerzas Armadas de la Nación, pues ha intentado que el Ejército y la Marina, así como la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, se adhieran a una supuesta nueva revolución denominada “Cuarta Transformación”.
Sin embargo, reconoce, hay una gran tensión en el país por la militarización de la seguridad pública pues López Obrador ha “convencido a los titulares de la SEDENA y la SEMAR de que se unan a esta nueva revolución popular iniciada desde la Presidencia de la República” para afianzar a la vieja “clase política nacionalista” por encima del neoliberalismo.
Esto ha llevado a los secretarios, general Luis Crescencio Sandoval y al almirante José Rafael Ojeda Durán, ha adherirse incondicionalmente a la cuarta transformación de López Obrador; sin embargo, “también se ha dejado entrever en diversos medios, que no todos los generales y almirantes están de acuerdo con ello, y prefieren mantener su tradición constitucionalista”.
El documento del observatorio es omiso en cuanto a las actividades de las fuerzas armadas en seguridad pública que ha vulnerado los derechos humanos en casos tan emblemáticos como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. No obstante, concluye diciendo que las reformas impulsadas por López Obrador para que la Guardia Nacional esté sectorizada en la Secretaría de la Defensa Nacional y se extiendan las actividades de seguridad pública de las fuerzas armadas hasta 2028, “además de no ser constitucionales, apuntan en el sentido político de que el Presidente López Obrador intentará controlar el proceso electoral 2024 a favor de su candidato y partido”, por lo que emite una última recomendación para que la ciudadanía siga de cerca esta evolución de la militarización porque el presidente ha dado a los “altos militares… acceso a muchos recursos mediante las obras públicas y el control de los puertos y aduanas, además de asignarles muchas obras y dinero a través del presupuesto federal”.
El Observatorio de laicos, cuyos estudios están alojados en el sitio de la Conferencia del Episcopado Mexicano, concluye con una fotografía del secretario de la Defensa Nacional, tomada el 20 de noviembre de 2021, en ocasión de la celebración por el 111 aniversario del inicio de la revolución en la que el militar llamó a los mexicanos a “estar unidos en el proyecto de nación que está en marcha”. Esa imagen sería “inusual en un secretario de la Defensa de México: traje bordado en oropeles, sobrecargado de medallas y bandas”, estampa de un general mexicano a la “usanza de los dictadores del Cono Sur”.
La reforma constitucional fue aprobada este martes 4 de octubre en un segundo intento que logró la mayoría calificada de los senadores. El proyecto legislativo pasó esta misma noche a la Cámara de Diputados en una inusual publicación en la Gaceta Parlamentaria para ser turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales para el dictamen correspondiente que podría ser avalado por la mayoría calificada de la Cámara baja que daría paso a una sesión para la aprobación del proyecto y ser pasado, de inmediato, para el aval de la mayoría absoluta de las legislaturas de los Estados de la Federación, es decir, la mitad más una, de los congresos locales.
