«Padre Pistolas» se defiende, firmas de decreto de suspensión serían falsas; soy «niño bueno», afirma

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

Tras la difusión de un decreto de revocación de licencias ministeriales del arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, en contra el padre José Alfredo Gallegos Lara, mejor conocido como el Padre Pistolas, se ha levantado la polémica en torno a las causas de la restricción del ministerio del sacerdote nacido en Tarimoro, Guanajuato hace 71 años.

En respuesta, hizo una defensa de su caso, calificando de falso el decreto del arzobispo Garfias. En el video publicado en redes en septiembre, Pistolas acusa a otro sacerdote, de nombre Filemón, de levantarle injurias, falsificar la firma del arzobispo Garfias y de engañar a los obispos auxiliares de la arquidiócesis de Morelia. “Soy niño bueno”, afirma.

La suspensión estaría motivada por realizar sacramentos sin el permiso de los párrocos locales, evadir aranceles y su peculiar estilo. Según el acusado, son los fieles quienes solicitan sus servicios; sin embargo, apuntó hacia otros párrocos acusándolos de rateros al estar persiguiendo los beneficios del dinero y de acosar a las feligreses especialmente en el sacramento de la confesión.

Arquidiócesis de Morelia. Suspensión

Gallegos Lara habría amagado tomar el atrio de catedral de Morelia ante las irregularidades y tropelías de específicos sacerdotes arquidiocesanos llegando a “una tregua”; no obstante, dice que las firmas del decreto por el que se ordena la suspensión son falsas.

En el mismo video, se difundió un escrito por el que se defienden las cualidades del sacerdote. “Sin tapujos, habla de una Iglesia pobre… Que se sepa, no ha cometido un delito grave que merezca castigo o sanción…” dice la relatoría de la labor ministerial, polémico por sus poco ortodoxas prédicas en las que el lenguaje común y corriente, soez y descortés, no empata con el estilo de la mayoría de los predicadores.

Ordenado en 1977, es un gigante de dos metros cuyo gusto por el mezcal y lo ranchero no le hace negar sus raíces. Ha lidiado con los grupos criminales más violentos del Bajío mexicano. Presume de curandero y taumaturgo, incluso, haber levantado de la muerte a cinco personas. Sus pláticas sobre salud son ampliamente difundidas en su canal de youtube en las que mezcla la herbolaria, con los mensajes morales y regaños ante los vicios y defectos de las personas con el lenguaje que ha molestado a muchos.

Apreciado en Chucándiro, sus feligreses reconocen la notable obra social del Padre Pistolas quien tuvo influencia espiritual del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo a quien considera, además, su pariente. Cargando siempre al cinturón en revólver calibre 45, “similar al del general Patton”, no evade el que también lo ha usado para defensa personal ante el clima de violencia en esa parte del país.

El Padre Pistolas se ha valido de las redes sociales para difundir su predicación y gran labor social y comunitaria. En el último de ellos, presenta una flota de camiones de labor nuevos y de maquinaria pesada, todos rotulados con un revolver calibre 45 y el apodo que lo ha hecho famoso: “Un arma de bondad, el padre Pistolas”. Con ello, está por iniciar la construcción y restauración de nuevos caminos desatendidos por las autoridades locales, reactivando la economía del lugar puesto que, con las obras, dará empleo a decenas de personas.

Por lo pronto, la suspensión del arzobispado de Morelia parece no afectar al sacerdote comprometido ahora con esa labor social. Celebrará 45 años de ministerio y la fiesta será en grande: “Los invito para el 23 de octubre, es domingo, tengo ya diez puercos para matarlos y 10 garrafones de tequila y de mezcal, llegan mil motociclistas con viejas nalgonas y encueradas, porque todas están nalgonas y traen pantalón de cuero, esa no es ninguna novedad, no sean mal pensadas… mucha gente que llega y buenos mariachis” concluyendo así la invitación con la bendición.

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