Daniel Ortega, dictador nicaragüense desde hace más de 20 años en el poder junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, disfruta desde hace unos años de los beneficios de la diplomacia del Vaticano.
1.- En 1986 secuestró a Mons. Pablo Vega, obispo de Juigalpa. Después de un juicio relámpago lo hizo deportar en pocas horas a la vecina Honduras.
2.- En 2019 Ortega ejerció todo tipo de presiones y amparos sobre el Vaticano en el caso de Mons.Silvio Báez, Auxiliar de Managua, importante defensor de los derechos humanos, al punto que fue expatriado con el apoyo del Papa Francisco, una historia sin explicar. La versión oficial de la Santa Sede decía que el Papa le otorgaría una importante misión al Vaticano, Nunca se le otorgó la supuesta misión especial por parte de Roma y, por tanto, el prelado partió voluntariamente de Estados Unidos.
3.- Hace un año, Daniel Ortega ordenó sin motivo y en pocas horas la expulsión del Nuncio, Mons. Waldemar Stanisław Sommertag, quien también fue muy benévolo con la dictadura, hizo algunas gestiones entre el gobierno y el episcopado, sin embargo fue siempre tenazmente solicitado por los obispos.
4.- Ahora con la detención, el jugo sumario y la sentencia a más de 26 años de Mons.Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí, la dictadura nicaragüense radicaliza su represión contra la Iglesia Católica.
El sábado por la noche, Ortega sumó un gesto más humillante a su serie de bofetadas a la iglesia: presentar al Álvarez obispo con el uniforme de reo.
El macabro ‘toque’ no fue falso, fruto de su desequilibrio mental: enviar una fotografía del prelado junto a sus dos familiares, en un salón especialmente decorado para que pareciera más elegante. La escenografía corresponde a la versión divulgada por el gobierno nicaragüense en los círculos diplomáticos desde hace unos meses, a saber, que el obispo bajo arresto domiciliario siempre ha estado vivo en las lujosas casas de sus amigos adinerados, y ahora en prisión vive en ambiente hotelero. Totalmente falso.
Otras bofetadas asestada a la iglesia y sobre las que el Santo Padre no ha hecho referencias públicas, como tampoco por los soiguientes hecho:
- Sacerdotes detenidos y juzgados por varios cargos falsos y en la práctica sentenciados sin juicio o con jueces designados por el gobierno
- Decenas y decenas de personas deportadas, en ocasiones sin documentos personales
- Congregaciones religiosas expulsadas del país en cargamento como “sospechoso de tráfico de armas de destrucción masiva”
- Círculo de décadas de medios de comunicación católicos (estaciones de radio, periódicos, diarios, publicaciones de instituciones académicas)
- En los primeros días de febrero, el total de universidades y centros de educación superior ilegales ascendía a 14 (incluidas las universidades católicas)
- Campañas de prensa contra particulares, obispos incluidos, con el fin de desacreditarlos moralmente incluidos
- Martillando técnicas de comunicación para difamar al Papa, miembros de la jerarquía vaticana y los episcopados con calumnias e insultos
- Quedan prohibidas todas las expresiones públicas de la fe católica: celebraciones eucarísticas fuera de la iglesia, procesiones religiosas, especialmente las fiestas patronales, etc.
- Consultar con la policía municipal o paramilitares sandinistas de los ingresos a casas particulares y lugares de culto (especialmente de obispos, párrocos y laicos conocidos por su influencia religiosa).
Mientras tanto, la libertad religiosa en Nicaragua no parece preocupar a muchos en la Iglesia Católica.
Por LUIS BADILLA.
CIUDAD DEL VATICANO.
LUNES 27 DE MARZO DE 2023.
