Nicaragua: la caridad cristiana, apuñalada

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La figura jurídica que usó el Ministerio de Gobernación para liquidar a Cáritas de Nicaragua fue la de “disolución voluntaria”. Así se dice en la resolución publicada en La Gaceta del martes 7 de marzo, según la cual, “una Asamblea General Extraordinaria de miembros de Cáritas Nicaragua acordaron la disolución voluntaria y liquidación de dicho organismo por decisión unánime…”

A partir de eso se podría suponer que a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua —que es o era la autoridad responsable de Cáritas—, se les ocurrió por aburrimiento, cansancio o cualquier otro motivo baladí, liquidar la institución fundamental para la práctica de la caridad cristiana católica que era denominada, “el brazo social de la Iglesia”.

Pero la verdad es que Cáritas fue disuelta porque debido al acoso del régimen ya no podía seguir funcionando. Probablemente esta situación no será explicada por la Conferencia Episcopal, porque es evidente que la estrategia de la Iglesia católica es guardar silencio y apelar a la oración, ante la ofensiva del régimen contra la sagrada institución eclesial.

Pero ya en julio de 2019 el obispo de Jinotega, monseñor Carlos Herrera, quien en ese entonces era el presidente de Cáritas de Nicaragua, había dicho a la revista Confidencial que el Ministerio de Gobernación tenía congelada y en supuesta “revisión” la documentación administrativa de la institución, impidiendo de esa manera que pudiera funcionar.

“Este problema lo tenemos desde el año pasado (2018)”, declaró monseñor Herrera. Agregó que no entendía por qué la autoridad de Gobernación no les entregaba la autorización para seguir operando. Pero la misma Cáritas ya había informado que desde 2018 el régimen le impuso un bloqueo aduanero, impidiendo la recepción de las donaciones del exterior que eran la base de sus operaciones de caridad, porque la Iglesia carece de recursos propios para atender esos fines.

 Cáritas de Nicaragua nació en 1960 como una institución de caridad social y humanitaria de la Iglesia católica y fue formalizada jurídicamente como un organismo sin fines de lucro, no gubernamental e independiente. La integraron ocho Cáritas diocesanas establecidas en diferentes departamentos y regiones del país. Y trabajaba en coordinación y cooperación con otras instituciones nacionales e internacionales, de caridad y solidaridad social, en cuatro áreas estratégicas: Fortalecimiento Institucional, Justicia y Paz, Seguridad Alimentaria y Prevención y Emergencia.

 Cáritas de Nicaragua era una de las 165 instituciones de esa naturaleza y fines que forman parte de Caritas Internationalis, fundada en la ciudad de Colonia, Alemania, el 9 de noviembre de 1897. Fue creada como “una asociación de caridad para la Alemania católica”, pero poco a poco se fue extendiendo por todo el mundo prodigando ayuda y consuelo material a la gente más necesitada; llevando de esa manera al terreno de la vida social el principio esencial de la caridad cristiana.

En efecto, según el Catecismo de la Iglesia católica “la caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios… La caridad es superior a todas las virtudes. Es la primera de todas las virtudes…”

Al respecto el papa Francisco expresó el 14 de noviembre de 2021, al rezar en la Plaza de San Pedro del Vaticano la oración del Ángelus, que “el corazón de la Palabra de Dios es la caridad”. De manera que se puede decir, que con la liquidación de Cáritas —que era la ejecutora de la virtud teologal de la caridad cristiana—, se le ha dado una puñalada al corazón de Dios.

EDITORIAL.

MANAGUA, NICARAGUA.

JUEVES 9 DE MARZO DE 2023.

LA PRENSA.

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