La Santa Sede confirmó ayer por la mañana que había llegado a un acuerdo con el gobierno de Nicaragua para trasladar desde el país centroamericano a doce sacerdotes, recién liberados de las cárceles de Daniel Ortega .
Los sacerdotes serán alojados en varias casas de la diócesis de Roma.
Es el resultado de una negociación llevada a cabo con las luces apagadas por la Secretaría de Estado, que confirma que cuando las cosas se hacen sin hablar demasiado, sin conceder entrevistas y sin conversar con amigos, conocidos y periodistas…se pueden obtener resultados tangibles. Y también entendemos el silencio del cardenal Leopoldo Brenes , arzobispo de Managua que en los últimos meses se ha mostrado muy callado ante un régimen que no ha tenido demasiados escrúpulos a la hora de arrestar y exiliar a miembros del clero.
Muchos se preguntaron por qué permaneció en silencio ante los constantes abusos y siguió predicando calma y prudencia. Ahora, tal vez, entendamos por qué.
El acuerdo alcanzado es, por supuesto, a la baja: los doce sólo obtienen su libertad si abandonan el país . No se trata de un indulto presidencial ni de la restauración del status quo antes de la escalada verbal y violenta del gobierno que expulsó a las monjas de la Madre Teresa de Calcuta, expulsó al nuncio, confiscó universidades católicas y privó de sus pensiones a sacerdotes ancianos.
De hecho, en la lista de los excarcelados falta el representante más famoso de las jerarquías: el arzobispo de Matagalpa, mons. Rolando Álvarez .
A él también, tras haber sido condenado a veintiséis años y cuatro meses de prisión el pasado invierno, le ofrecieron el camino del exilio (probablemente en Estados Unidos, el avión ya estaba listo en la pista del aeropuerto de la capital), pero se negó. rotundamente: el pastor está con el rebaño, incluso a costa de terminar en una prisión de máxima seguridad, dijo con orgullo .
Veremos en los próximos días y semanas si el acuerdo alcanzado con tanto esfuerzo es el primer paso hacia una negociación más amplia o si es sólo un consuelo de Ortega al Papa para que por un tiempo se apaguen las luces de la pequeña Nicaragua.
CIUDAD DEL VATICANO.
VIERNES 20 DE OCTUBRE DE 2023.