Los obispos de los departamentos de Puno y Cusco, en el altiplano montañoso del sur del Perú, han publicado su propio comunicado respecto a la ola de violencia que atraviesa el país, con bloqueos en carreteras que han dejado desabastecidas varias zonas y que sufren especialmente los más pobres de sus diócesis.
“Hacemos un llamado a las autoridades de turno del Poder Ejecutivo y especialmente con mayor atención, al Poder Legislativo, a tener presente los pedidos de nuestros pueblos de manera respetuosa y humilde, que clama por ser escuchado”, señala un comunicado conjunto de las diócesis de Puno, Sicuani, Huancané y Juli.
“Tenemos la plena confianza de que, si esto es así, se pueda en ese acto, retomar la paz y tranquilidad de nuestra nación”, agrega el mensaje difundido el 23 de enero, que firman el obispo de Puno, Jorge Carrión; el obispo de Sicuani y administrador de Ayaviri, Pedro Bustamante; el obispo de Huancané, Giovanni Cefai, y el obispo de Juli, Ciro Quispe.
Los obispos piensan que así se podrá “impedir mayores acontecimientos que puedan generar pérdidas humanas, evitar personas heridas, agresiones a las entidades públicas y privadas”.
Protestas con más de 60 muertos
La violencia se disparó en Perú después de que las autoridades arrestaran al presidente Pedro Castillo, que fracasó en su intento de ejecutar un golpe de Estado cuando disolvió el Congreso el 7 de diciembre de 2022.
Manifestantes cercanos a su partido bloquearon carreteras, asaltaron comisarías y universidades y organizaron protestas violentas que han dejado al menos 60 muertos en el país.
La violencia se intensificó en los últimos días, especialmente durante la marcha llamada la “toma de Lima”, que el 19 de enero movilizó a miles de manifestantes desde diversas regiones del país hacia la capital.
Si bien al principio las protestas las protagonizaban afines a Pedro Castillo, con los días se han ido movilizando más personas que piden, básicamente, cambios estructurales para lograr más estabilidad en el país.
Entre los manifestantes hay diversas reivindicaciones. Unos piden cerrar el Congreso, que dimita Dina Boluarte y que se convoquen elecciones. Otros piden una Asamblea Constituyente para cambiar la actual Constitución, que data de 1993.
Lo que piden los obispos del sur
Los obispos del altiplano recuerdan que ante todo “la vida que Dios nos dio es sagrada y es de carácter inviolable, porque Dios nos la dio como don a cada uno de nosotros”.
Señalan que los bloqueos y movilizaciones han golpeado a la capacidad de muchos peruanos de sustentarse, causando que “muchos hermanos y hermanas nuestras carezcan de alimentos de primera necesidad y poco abastecimiento”.
La Iglesia ayuda a los necesitados «de una manera silenciosa y en solidaridad, con llevar ayuda solidaria mediante alimentos y víveres no perecibles a las diversas comunidades, mediante nuestras Cáritas”, anuncian estos obispos.
La Iglesia, recuerdan, ya hizo un gran esfuerzo durante la pandemia del coronavirus para aportar plantas de oxígeno y materiales a hospitales y comunidades.
Recuerdan también que el Papa Francisco se refirió a Perú enseñando que «la violencia apaga la esperanza de una solución justa a los problemas, y por ello, animó a todas las partes involucradas a emprender el camino del diálogo entre hermanos y hermanas que somos de la misma nación».
Al Congreso y al Ejecutivo
“Hacemos un llamado a todos los miembros del Congreso de la República, para que pueda dar una solución inmediata al pedido que realizan nuestros hermanos y hermanas, y así, impedir mayores acontecimientos que puedan generar pérdidas humanas, evitar personas heridas, agresiones a las entidades públicas y privadas”, escriben los obispos.
«Como verdaderos seguidores de Cristo y el amor inmaculado de nuestra Madre la Virgen María de la Candelaria patrona de este altiplano puneño y en compañía de la Diócesis de Sicuani – Cusco, hacemos un llamado a las autoridades de turno del Poder Ejecutivo y especialmente con mayor atención, al Poder Legislativo, a tener presente los pedidos de nuestros pueblos de manera respetuosa y humilde, que clama por ser escuchado», insiste el texto.
También tienen una petición para el pueblo: «No dejarse engañar por diversas publicaciones falsa en algunas redes sociales que, lo único que generan, es división entre nosotros mismos, ya que la Iglesia siempre se pone al servicio con la verdad que nos hace hombres libres».
En los últimos seis años, Perú ha acumulado cinco gobiernos que han destacado por su brevedad, inestabilidad y por haber estado salpicados por escándalos de corrupción. Muchos peruanos reclaman reformas estructurales que ayuden a cambiar esta dinámica.
El mensaje de los obispos de todo Perú
Ya el 9 de enero la Conferencia Episcopal Peruana difundió un mensaje común pidiendo que volvieran la paz a las calles, con el título «No matarás» (Ex 20,13), cuando ya se habían contabilizado 17 víctimas mortales en las manifestaciones y disturbios.
Lamentaban estas muertes “como consecuencia de desnaturalizar el derecho a la protesta, recurriendo a la ilegalidad; y, por otro, por el uso desmedido de la fuerza». Pedían identificar los “justos reclamos» de la sociedad mediante un diálogo racional.
«Invocamos al Gobierno a detener, urgentemente, la violencia y las muertes vengan de donde vengan; al Ministerio Público y al Poder Judicial a investigarlas y sancionarlas; y al Congreso, a tomar las decisiones que exige la coyuntura y la paz social del país», exigían los obispos hace 16 días.
El contexto internacional
El secretario general de Naciones Unidas, Antònio Guterres, ha llamado a las autoridades peruanas a que «garanticen el respeto de los derechos humanos» y a que velen porque se lleve a cabo una investigación «diligente, independiente, imparcial y transparente» sobre las denuncias del uso excesivo de la fuerza en la represión de las protestas.
Desde la Unión Europea se ha pedido al Gobierno peruano tomar «medidas urgentes» para restaurar la calma, al tiempo que lamentan el «gran número de víctimas mortales» que están dejando a su paso las protestas.
Miércoles 25 de enero de 2023.
ReL.