La alegría de la fe conduce a todo bautizado, no sólo a estar cerca de Jesucristo, sino también a actuar como él actuó para comunicar la vida nueva a todos los que creen en él. Cristo, Buen Pastor, ha dado su vida por todos para vivir con dignidad y alcanzar la meta celestial. Todo bautizado en Cristo debe promover la vida digna para todos practicando la acción política, pues «la política en su sentido más amplio, mira al bien común y le corresponde precisar los valores fundamentales de toda comunidad». (Mensaje de participación ciudadana 2024 de los obispos veracruzanos). La acción política en este sentido amplio es un derecho y deber intransferibles del discípulo misionero de Cristo.
La acción política de todo bautizado en Cristo no es un derecho y un deber vacíos o sin contenido específico. Para que el bautizado participe consciente y activa en la cultura democrática debe recordar que: «La vida cívica requiere: Estar informado; buscar la verdad; intercambiar ideas con otros; formarse una opinión objetiva de la situación del país y de lo que es necesario hacer para construir una patria mejor; organizarse en partidos políticos y asociaciones cívicas; ayudar a otros a educarse políticamente, negarse a apoyar los intereses egoístas y, sobre todo, procurar el bien común». (Mensaje de participación ciudadana 2024 de los obispos veracruzanos). La acción política de los bautizados tiene metas claras que se convierten en una esperanza de vida digna para todos.
Actuar como Jesucristo, llevando la alegría de su amor resucitado a todos los ámbitos de la vida, no debe separarse nunca de las cuestiones sociales de nuestra sociedad veracruzana, de la defensa de los derechos humanos tan pisoteados por todos y del cuidado de nuestra casa común tan abandonada por todos. El servicio a la sociedad al estilo de Jesucristo nos dará la fuerza y condiciones fundamentales para conseguir el progreso integral de todos y para todos, que cura todas las heridas sociales, económicas y políticas causadas por la superficialidad y el engaño de falsas promesas hechas sin el menor atisbo de honestidad a nuestra sociedad.
Pbro. Juan Beristain de los Santos