La Persona, reducida a cosa: su cuerpo, simple objeto de experimentación ‘certificada’ por reglas de la Unión Europea

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La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) ha expresado su preocupación por una propuesta de regulación que busca igualar, en el plano jurídico, los fetos y embriones a cualquier otro tejido humano. Se trata, según la Iglesia Católica en la Unión Europea, de una «degradación de la vida prenatal».

La nueva regulación pretende establecer las normas de calidad y seguridad para las sustancias de origen humano (SoHO) destinadas al uso humano, adoptada por el Parlamento Europeo en su sesión plenaria del 12 de septiembre de 2023.

El embrión humano no es simplemente una sustancia de origen humano, está dotado de dignidad humana independiente, expone la COMECEComisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea

La regulación SoHO tiene como objetivo principal asegurar un alto nivel de salud para los ciudadanos de la UE a través de normas de calidad y seguridad para las sustancias de origen humano.

Sin embargo, y aunque la COMECE acoge la necesidad general de esta regulación y su alineación con el principio de donación voluntaria y no remunerada de sustancias de origen humano (basada en el altruismo del donante y la solidaridad entre donante y receptor), se ha mostrado profundamente inquieta por la definición de embriones humanos que incluye la propuesta.

La definición de «SoHO» en la regulación es muy amplia, incluyendo no solo células germinales no fertilizadas, sino también embriones y fetos. Esto podría beneficiar, por ejemplo, la extracción y uso de embriones y fetos fallecidos o abortados, así como el uso alternativo de embriones supernumerarios producidos in vitro.

Además, la COMECE ha señalado que el diseño de la protección de los receptores de SoHO y la descendencia de la reproducción asistida médicamente propuesta en el capítulo VII de la regulación SoHO plantean más preguntas, ya que obligaría a las instalaciones de SoHO a excluir la transmisión de enfermedades genéticas a los receptores y a la descendencia, lo que solo sería posible mediante la prueba de embriones o fetos para dichas enfermedades.

La COMECE insta a los Estados miembros de la UE a llevar a cabo un análisis exhaustivo del proyecto de ley y a debatir en profundidad sobre el manejo de los óvulos fertilizados, así como de los embriones y fetos, y la relación de la regulación SoHO con las normativas nacionales cuando se involucren cuestiones éticas.

La FAFCE (Federación de Asociaciones de Familias Católicas de Europa) ha señalado que los embriones y los fetos constituyen vida humana y que incluirlos en la lista de sustancias de origen humano y como «descendientes no nacidos» no solo los reduce a células comunes, sino que abre peligrosas puertas a su utilización con fines de investigación e industriales, lo que va en contra del respeto de la dignidad de la vida humana.

La COMECE agregó que sería preferible dar el derecho y la libertad a los estados miembros para que puedan decidir sobre estas cuestiones y trasladarlas a sus legislaciones nacionales, asegurando así el respeto por la vida desde la concepción.

Leticia Batista

Por Leticia Batista Cabanas.

EL DEBATE.

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