La siguiente oración, cuya autoría se adjudica a monseñor Rolando Álvarez (hecho preso la mañana de este viernes por la policía de Nicaragua), comenzó a difundirse a partir del cerco montado contra dicho obispo por parte del gobierno socialista que encabeza Daniel Ortega.
Primero, a monseñor Álvarez se le impuso una especie de «arresto domiciliario», toda vez que no se le permitió salir de las instalaciones oficiales de la Curia de Matagalpa.
Y después, violentamente fue sacado del lugar.
Ambas cosas (el arresto domiciliario y su posterior desalojo violento del lugar donde se le había confinado), estuvieron a cargo de elementos de la policía nicaragüense.
Artículo 66 se ha encargado de reproducir la oración: