La advertencia del P. Charles Coughlin sobre la usurocracia internacional.

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El impacto provocado por la crisis económica de 1929 marcó un hito en el pensamiento económico hasta ese entonces, se empezó a cuestionar sí la doctrina neoclásica realmente era la mejor elección para llevar a cabo la vida económica de las naciones. La elección de Franklin Roosevelt como presidente de los Estados Unidos significó una transformación para el modo capitalista de producción, cimentando lo que sería la ideología dominante en lo que restaba del siglo XX: el neo-liberalismo, socioliberalismo o keynesianismo (Aunque las ideas de Keynes se desarrollarían tiempo después de la implementación de estas políticas).

En el tema que nos interesa en este articulo hemos de señalar como el New Deal del presidente Roosevelt establecía una política de gasto publico para formar un Estado de Bienestar que recuperara a las empresas y bancos nacionales. Para ello dio a la Reserva Federal, respaldado por el Federal Reserve Act de 1916, la misión y libertad de expedir el papel moneda suficiente para satisfacer las necesidades del gobierno a costa de la inflación y la depreciación.

La Reserva Federal es un organismo privado y descentralizado controlado por los bancos particulares del país, con la facultad de utilizar instrumentos financieros para controlar la masa monetaria y el interés del dólar estadounidense. Todas sus acciones pueden resumirse que el FED imprime dinero sin respaldo para generar liquidez para las instituciones financieras, para que estas puedan operar continuamente sin las restricciones del dinero real.

Esto va en contra hasta de la propia constitución estadounidense, la cual declara que el control y emisión de la moneda debería ser propiedad del Congreso, bajo el escrutinio de servidores públicos ajenos a cualquier negocio o trato relativo a particulares. El debate entre Jefferson vs Hamilton sobre cómo y quienes debían controlar el banco central de nación puede abreviarse en estas dos realidades: una escrita sujetando al dinero para servir al pueblo y otra presente donde el dinero existe a expensas del pueblo. El Padre Coughlin manifestaba que esta manera de manipular la moneda por el FED imponía un impuesto invisible a los ciudadanos estadounidenses, cuyos ingresos se veían mermados gracias a la inflación. A día de hoy nos vemos obligados a recurrir a los instrumentos financieros, y con ello favorecer este circulo vicioso, si no queremos que nuestro patrimonio se reduzca a nada en el largo plazo.

La usura practicada por estas instituciones, el FED y los bancos, se perpetua a través del crédito. La mayoría del dinero que estas organizaciones contabilizan en sus libros y títulos es realmente inexistente, producido gracias al interés obtenido a través de los prestamos conseguidos. Es esta promesa de dinero, que el banco asegura obtener de sus deudores, lo que mueve la maquinaria productora de papel obtiene y presenta ante la Reserva para obtener un “préstamo” en papel. Así los bancos pueden prestar dinero que no tienen a nuevos deudores gracias a los otros que ni siquiera han comenzado a pagar, pero cuya obligación legal mercantil certifica al banco para contar con este para realizar otros movimientos. Por ello no es nada raro que la inflación parezca no detenerse, incluso con algunos defendiendo tales practicas y efectos argumentando que la producción y el consumo se benefician con ellos, aunque las estadísticas históricas digan otra cosa.

El Padre Charles Coughlin advocaba por una reforma que aboliera la Reserva Federal y devolviera el control del dinero al Congreso. Bajo esta premisa manifestaba la necesidad de detener la impresión de papel moneda sin respaldo, la especulación del mismo y expulsar a la banca internacional de las decisiones sobre la moneda nacional. Pugnaba por una emisión limitada por el crecimiento de la producción nacional, manteniendo los precios constantes evitando la inflación en el mínimo posible. La máxima defendida por este personaje, y por otros que también seguían al sentido común, es que la moneda debe mantener su valor constante respaldado por el valor de los bienes y servicios existentes. El dinero debe servir a la economía y la economía al pueblo.

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