Tras conocerse la muerte de dos agentes de pastoral mujeres triquis de la diócesis de Huajuapan de León, Oaxaca, Gertrudis Cruz de Jesús y Cliserina Cruz Merino, diversas organizaciones civiles mostraron su rechazo e indignación por la emboscada que les arrebató la vida.
Según las indagatorias de la Agencia Estatal de Investigaciones, Gertrudis y Cliserina iban en un vehículo emboscado por desconocidos acribillando la parte trasera del vehículo en donde viajaban las mujeres.
Además de colaborar en acciones pastorales en Huajuapan, eran militantes del Movimiento de Unificación y Lucha del Pueblo Triqui -MULT– cuyos militantes realizaron una serie de movilizaciones en la capital del Estado para demandar el gobernador del Estado, Salomón Jara, el esclarecimiento de los hechos. Los líderes del MULT responsabilizan a otro grupo del ataque, mismo que se ha deslindado.
En redes sociales, diversas muestras de repudio se han dado denunciando, además, que las dos mujeres ya habían sido blanco de agresiones. El Bloque Comunitario del Sur envió un mensaje a la opinión pública señalando: “Dos mujeres se alzaron con valor y convicción, portando en su pecho el clamor de su pueblo y la demanda justa por los caídos en la región triqui. Gertrudis Cruz de Jesús y Cliserina Cruz Merino, nombres que hoy resuenan en nuestros corazones, han sido arrancadas de nuestro lado en la tierra sagrada de Copala. Su misión era urgente, buscando atención médica en medio de la adversidad, acompañadas por aquellos en el poder, cuya obligación era proteger su ser”.
La Red Estatal de Víctimas de Oaxaca “Tomás Martínez” publicó el testimonio de Gertrudis Cruz, quien denunció el hostigamiento y acoso del cual fue objeto su familia en agosto pasado y en la que perdió la vida su primo. Con voz entrecortada, quien fue asesinada el 15 de junio, reclamó hace 10 meses a las autoridades: “Quiero justicia para las hermanas caídas, las personas desaparecidas. No sé si el gobierno está con el pueblo o está con los asesinos. Por eso quiero que el gobierno entienda esto: el dolor que estamos sufriendo en nuestro pueblo”.
El Grupo “Jóvenes con Cristo” también dio sus condolencias ofreciendo sus oraciones ante el deceso “de nuestras hermanas y amigas en Cristo Jesús Gertrudis Cruz de Jesús y Gliserina Cruz Merino. Que Dios en su infinito amor les conceda el eterno descanso y la recompensa prometida por Dios por su servicio a la iglesia. Y le conceda a sus familias la paz y el consuelo para su corazón por este dolor tan grande”.
Justo vísperas de las acciones por la paz en recuerdo de los jesuitas en Cerocahui, la violencia escala en México. Dos mujeres, activas colaboradoras de la lucha social del pueblo triqui y agentes de pastoral en la parroquia de San Juan Bautista Copala, Juxtlahuaca, diócesis de Huajuapan, caen en una fatal coincidencia que hace un año consternó a la Iglesia y dio la vuelta al mundo.
En un mensaje al pueblo de México, la Conferencia del Episcopado Mexicano expresó que cada muerte violenta es una tragedia y señala: “Como Iglesia de México elevamos nuestras oraciones por todas las personas que han perdido la vida, especialmente por nuestros hermanos sacerdotes jesuitas Javier y Joaquín a un año de su asesinato en la Sierra Tarahumara… y por quienes han trabajado incansablemente por el bien común y han sido víctimas de la violencia como nuestras hermanas catequistas asesinas en la diócesis de Huajuapan de León…” sin mencionar sus nombres.
Finalmente, la diócesis de Huajuapan lamentó estos asesinatos elevando sus oraciones “para que Dios, Nuestro Señor, conceda la paz y el consuelo a sus familias, a ellas el eterno descanso y la recompensa por su servicio a la Iglesia”.