“Hay mucha plata y amiguismo” para proteger a obispo argentino condenado por abuso homosexual, asegura una victima

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  • M.C., uno de los dos abusados por el obispo emérito Gustavo Zanchetta, condenado a cuatro años y medio de prisión, asegura que no logra levantar cabeza dada las últimas noticias.
  • Según contó, apenas duerme, después de saber el beneficio de la prisión domiciliaria que se le otorgó al religioso, y que la investigación canónica preliminar que lleva a cabo nada más ni nada menos que Javier Belda Iniesta, el abogado que defendió a Zanchetta en el proceso canónico.
  • Aseguró que “están repartiendo mucho dinero, van por quienes nos apoyaron”, advirtió. 

El joven denunció la complicidad y protección con la que cuenta el religioso, incluso luego de la condena. En este sentido apuntó desde el papa Francisco -a quién acusó directamente por hacer oídos sordos a pesar de las advertencias previas-, y al actual obispo de Orán, Luis Scozzina.

 

¿Cómo transcurrió el tiempo luego de la sentencia?
Difícil, en cierta forma la sentencia generó tranquilidad, pero fue un momento que tuvimos que remarla solos, no solo yo, sino todos los que pasamos por esta experiencia. Después de todo esto la Iglesia no brindó ningún apoyo. Tenemos que ir superando algo que nos marcó para toda la vida.

 

¿Alguno siguió en el seminario?
La mayoría nos aportamos de la Iglesia. Hay tres que siguieron, que están esperando la ordenación, pero nunca les llega porque fueron testigos a favor nuestro en la denuncia. Pasaron tres años y siguen esperando la ordenación sacerdotal.

 

¿Cómo tomaste la prisión domiciliaria?
Genera impotencia, intranquilidad, malestar. Creo que los jueces no tuvieron en cuenta lo que decía el informe psicológico de él, que es manipulador, que no percibe la realidad como es, sino como quiere. Se le concede la prisión domiciliaria en un convento donde acuden niños y gente mayor que son vulnerables. Es algo que la Justicia no está prestando atención, que a donde está yendo Zanchetta es un lugar que puede ir gente manipulable.

 

Si se garantizara que no tenga contacto con nadie, ¿igual te opondrías a la domiciliaria?
Sí, porque el juicio fue en un pueblo chico, Orán, donde nos conocemos todos y donde todos, mal que mal, nos debemos favores, porque nos conocemos o sabemos secretos de la otra persona. Esos favores, de gente de mucho poder, movió cielo y tierra para que desde el primer día de la sentencia la pase bien. No fue a la cárcel, cuando fue estuvo una semana y de ahí estuvo en una clínica privada. Saquemos cuenta de los gastos de un mes en una clínica privada.
La gente reprocha de que la iglesia y Scozzina se hagan cargo de un preso que no le compete. Además, va a la casa que el padre Diego construyó para curas ancianos retirados, no para recibir un preso con domiciliaria. Entonces no es solo por la prisión domiciliaria.

 

Calvisi fue uno de los 5 sacerdotes que denunciaron a Zanchetta ante la Iglesia.
Sí, él apoyó todo el proceso canónico, no solo con su testimonio, sino económicamente, porque había que ir a Buenos Aires, había que viajar, ese solvento lo hizo el padre Diego. Por eso me parece tan paradójico y tan bajo que se ceda el lugar de una figura tan importante de Orán, como Diego Calvisi, a un sinvergüenza como Zanchetta.

 

¿Qué se sabe del proceso canónico por abuso que mandó a abrir el Papa y de la investigación que pretende abrir ahora el abogado canónico de Zanchetta, Belda Iniesta?
Nuestra denuncia canónica nunca tuvo respuesta de nada, no sabemos nada, si está en curso, encajonada, nada, simplemente, la única palabra que usan es que “esto es secreto pontificio”. Me sorprende que a esta altura a Zanchetta no se lo haya reducido al estado laical, hay ejemplos como Rosi, Lamas que sí se les redujo, y ¿por qué Zanchetta sigue con su cargo de obispo?

¿Por qué?
Porque hay muchos acomodos y amiguismos y viene de parte del papa Francisco, que actualmente dice unas cosas en su homilía y hace otras, cuando desde años atrás sabía todo lo que se estaba haciendo, había pruebas, fotos que se le presentaron a Zanchetta.

 

¿Aún con condena lo protegen?
Sí, no solo Francisco. Además hay una orden firmada por el Papa para que haga esta investigación preliminar canónica en Orán. Iniesta pregunta por cuestiones económicas, piden que presenten facturas que se extraviaron a curas que estuvieron después que Zanchetta, insinúan que curas que testificaron tienen hijos, y de esa forma buscar abrirles una causa y denunciarlos canónicamente. Esta investigación, entre comillas “preliminar”, es centralizar todo ahí y dejar de lado lo bien que lo está pasando Zanchetta. Con esta investigación buscan algún otro culpable y limpiar la imagen de Zanchetta.

 

De tu caso salieron otros, como el del cura Páez, ¿qué se sabe de eso?
La Iglesia sola se deschava en su complicidad, porque hay otros curas que recibieron denuncias por abuso y están suspendidos. En cambio Páez, que también fue denunciado y será llevado a juicio, no. La diferencia entre esos dos curas es que el que está suspendido está en contra de Zanchetta. A Páez hasta le pusieron dos abogados, y al chico que lo denunció, no. El obispado no le preguntó si necesitaba algún apoyo, él se la rebusca como puede y llegará al juicio con defensor oficial. Cómo será que la Iglesia se deschava en la complicidad, que se hace cargo de todos los gastos de Zanchetta, su estadía en el monasterio, la clínica privada, los abogados.

 

¿Los abogados canónicos Belda Iniesta y Francesco de Angelis son parte de ese financiamiento?
Ellos siguieron buscando hacer la apelación, Iniesta se quedó en Orán buscando la forma que Zanchetta no llegue a prisión o todo esto sea más leve. En este tiempo se quedó en un hotel de 5 estrellas, y todos esos gastos los abogados no lo hacen por amor a la verdad o devoción, lo hacen para limpiar la imagen de Zanchetta y sacarlo de la cárcel.

 

En este contexto, ¿cómo ves el futuro próximo de la causa?
Da desaliento bastante grande, hay mucha plata en el fondo, refiriéndome a los abogados. Hay jueces que lo justificaron por una hipertensión. Eso es sencillamente presión alta, se lo puede controlar. Es decir, después de un mes controlado, con una dieta que en teoría es para esa enfermedad, ¿no pudieron bajarle la presión?

 

Si pudieras, ¿pagarías abogados para apelar esta decisión?
Si tuviera los recursos sí, pero hay que reconocer que del otro lado es una institución pesada, fuerte, que maneja mucha plata, que la gente le colabora pensando que es para bien. Esa limosna que ponen la usan para esto.

 

¿Cómo transcurrís tu camino de sanación?
Es un proceso muy largo, con la sentencia hubo tranquilidad, de poder realizarse y formarse como persona en cualquier estado de vida que se elija. Pero esto de la prisión domiciliaria desestabiliza emocionalmente y pareciera que no termina nunca. Parece que no hay un punto que uno diga, listo, la Iglesia reconoció que se lo condenó, que debe ir a prisión, que la Iglesia se hace cargo de su error. Pero le cuesta reconocer que un obispo fue juzgado y condenado y lo hace pasar lo mejor posible. Es algo que parece que nunca termina, que vuelve a arrastrase, a llevarte, que vuelve darte dolores de cabeza, preocupación.

 

¿Estás pasando días de angustia con estas noticias?
Si, anoche no podía dormir, me quedé hasta las 5, genera preocupación y angustia, no solo por las decisiones que se están tomando, sino por la persecución que hay de fondo hacia la misma gente que están dentro de la Iglesia, hacia curas que denunciaron a Zanchetta y que hoy los están persiguiendo, apretando, manchando de alguna forma para que la gente crea que los culpables son ellos.

 

¿Temés que quede libre?
Sí, no solo por mi, sino por su próxima víctima. Lo que pasamos, vivimos, experimentamos no se lo deseamos a nadie, pero la Iglesia parece que busca que quede libre y siga haciendo lo que quiere.
Quería enviarle un mensaje a Scozzina para que realmente reflexione sobre lo que está haciendo, y como dijo en su homilía para los mártires del Zenta, que escuche el clamor del pueblo, la gente se está manifestando para que vuelva a una cárcel común. Como obispo, que escuche realmente el clamor del pueblo, que no permanezca escondido cómo está haciendo, sin explicar nada. Ayuda a Zanchetta, pero se olvida de las víctimas. Y a los curas que defienden a Zanchetta, que tengan algún tipo de vergüenza, porque después se van a parar en un atril y se van a creer gran cura porque están en la Catedral, que sean más conscientes.Y a los fieles, que no se dejen cegar por estos curas, porque la Iglesia en definitiva terminan siendo ellos, porque estos curas con olor a oveja buscan su propio interés, el bolsillo, no está siendo gratis.

 

Por Silvia Noviasky.

ARGENTINA.

EL TRIBUNO.

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