“¿Hay dolor como mi dolor?” La Iglesia conmemora los 7 Dolores de Nuestra Señora

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En la vida de la Madre de Dios la espada del dolor atravesó siete veces su corazón.

Una semana antes del Viernes Santo, la Iglesia nos invita a reflexionar sobre su sufrimiento. Al pie de la cruz, María participó de manera especial en la Redención de la humanidad.

Los Siete Dolores de Nuestra Señora incluyen los siguientes eventos de su vida:

1) La profecía de Simeón (Lucas 2:34-35)

2) La huida a Egipto (Mt 2,13-21)

3) La pérdida de Jesús en el templo (Lucas 2:41-50)

4) Jesús cargando la cruz (Jn 19,17)

5) La crucifixión de Jesús (Juan 19:18-30)

6) Jesús es bajado de la cruz y puesto en los brazos de su Madre (Jn 19,39-40)

7) El entierro de Jesús (Juan 19:39-42)

De 1814 a 1960, la Iglesia honró los Siete Dolores de María dos veces.

  • La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores –o de sus Siete Dolores– es muy popular y se celebra el 15 de septiembre, aunque anteriormente era movible y caía el tercer domingo de septiembre.
  • La segunda vez que conmemoramos los dolores de María es el viernes de la semana de la Pasión del Señor, es decir, exactamente una semana antes del Viernes Santo, día de la Pasión y Muerte de Jesús.

La tradición de esta festividad se remonta al año 1423 y al territorio de la actual Alemania, pero inicialmente se celebraba allí el tercer viernes después de Pascua. La fiesta se hizo muy popular, principalmente como respuesta a las herejías protestantes respecto a María. En el siglo XVII comenzó a celebrarse el viernes anterior a la Semana Santa, y en 1727 el Papa Benedicto XIII la extendió a toda la Iglesia Occidental.

En sus inicios también se llamaba Transfixio , o «Fiesta de la Traspasación» [del Corazón de la Santísima Virgen María]. El anciano Simeón había profetizado a María el día de la Presentación de Jesús: Y una espada traspasará tu misma alma, y ​​serán revelados los pensamientos de muchos corazones (Lc 2,35). Por eso, en muchos cuadros los artistas representan el corazón de María atravesado por hasta siete espadas.

Liturgia de la Santa Misa No menciona los siete dolores individualmente, sino que se centra en la contemplación de la Madre de Dios de pie bajo la cruz y sufriendo con su Hijo. Lo vemos principalmente en el Evangelio, pero también en la hermosa secuencia del Stabat Mater del siglo XIII.

Recordar a Nuestra Señora sufriendo con su Hijo toca una cuestión teológica muy importante, es decir, el mérito del de congruo . María nos obtuvo la salvación al pie de la cruz, pero no por justicia (de condigno) –como Cristo–, sino por su especial cercanía a Dios y su plena obediencia a su voluntad (de congruo). Ella tiene, pues, derecho al título de Corredentora.

La Santísima Virgen, en razón de la plenitud de gracias recibida, mereció de congruo la salvación del género humano – explica Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica.

También San Juan Pablo II en su encíclica Salvifici Doloris escribe que María, con su sufrimiento maternal, participó de modo único en la Redención de la humanidad .

VIERNES 11 DE ABRIL DE 2025.

newliturgicalmovement/catholicus.

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