Hasta en la Iglesia es dificil escucharse, dice Francisco

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Resumen de las palabras del Papa tras el Regina Caeli:e
– El Papa recuerda la beatificación, ayer en Perú -en San Ramón-, de la mártir María Agustina de Jesús Rivas López, conocida como Aguchita, religiosa de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, asesinada el 27 de noviembre de 1990 por la guerrilla de ‘Sendero Luz’.
Como siempre, el Papa pide un aplauso para el nuevo beato.
– Francisco también recuerda la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. El Papa saluda a un nuevo sacerdote ordenado hoy en la Basílica de Roma.
– Ricarda también el día dedicado a la Súplica de la Virgen de Pompeya.
– Pide a Nuestra Señora de Pompeya la paz para los pueblos que viven en guerra. Pide oraciones especiales por el pueblo de Ucrania.
– Pide oración por las víctimas de la explosión en un hotel de La Habana, Cuba, y lo hace también por los familiares de estas personas, entre ellos numerosos heridos.
 « Espiritualmente arrodillado ante la Virgen [de Pompeya], le encomiendo el ardiente deseo de paz de tantos pueblos que en diversas partes del mundo sufren la insensata tragedia de la guerra. Virgen Santa te presento en particular los sufrimientos y las lágrimas del pueblo ucraniano. Ante la locura de la guerra, sigamos, por favor, rezando todos los días el Rosario por la paz. Quien quiere la paz y sabe muy bien que las armas nunca la llevan . «
. Francisco saluda a los refugiados ucranianos presentes en la plaza.
– Por último, recuerda el Día de la Madre que se celebra hoy en muchos países del mundo.
Texto del discurso del Papa.
El signo (…) indica palabras pronunciadas de improviso:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de la liturgia de hoy nos habla del vínculo que existe entre el Señor y cada uno de nosotros (cf. Jn 10, 27-30). Para ello, Jesús se sirve de una imagen tierna y hermosa, la del pastor que está con las ovejas. Y lo explica con tres verbos: «Ovejas mías -dice Jesús- oyen mi voz y yo las conozco y ellas me siguen» (v. 27).
Escucha, conoce, sigue. Veamos estos tres verbos.
En primer lugar, las ovejas escuchan la voz del pastor. La iniciativa siempre viene del Señor; todo parte de su gracia: es él quien nos llama a la comunión con Él. Pero esta comunión nace si nos abrimos a la escucha. Escuchar significa disponibilidad, docilidad, tiempo dedicado al diálogo.Hoy nos abruman las palabras y la prisa de siempre tener que decir y hacer algo.(…)¡Qué difícil es escucharse a uno mismo! (…)¡En la familia, en la escuela, en el trabajo, hasta en la Iglesia!
Las palabras del Papa al recitar el “Regina Caeli”, 08.05.2022

Prima de la Reina del Cielo

Después del Regina Caeli

A las 12.00 horas de hoy, cuarto domingo de Pascua, el Santo Padre Francisco se ha aparecido en la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano para rezar el Regina Caeli con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

Estas son las palabras del Papa al presentar la oración mariana:

Prima de la Reina del Cielo

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de la liturgia de hoy nos habla del vínculo que existe entre el Señor y cada uno de nosotros (cf. Jn 10, 27-30). Para ello, Jesús se sirve de una imagen tierna, una imagen hermosa, la del pastor que está con las ovejas. Y lo explica con tres verbos: “Ovejas mías -dice Jesús- oyen mi voz y yo las conozco y ellas me siguen ” (v. 27). Tres verbos: escuchar, saber, seguir. Veamos estos tres verbos.

En primer lugar, las ovejas escuchanla voz del pastor. La iniciativa siempre viene del Señor; todo parte de su gracia: es él quien nos llama a la comunión con Él. Pero esta comunión nace si nos abrimos a la escucha; si permanecemos sordos no puede darnos esta comunión. Abrirse a la escucha porque escuchar significa disponibilidad, significa docilidad, significa tiempo dedicado al diálogo. Hoy nos abruman las palabras y la prisa de siempre tener que decir y hacer algo, en verdad cuantas veces dos personas están hablando y una no espera a que la otra termine el pensamiento, él la corta a medias, le contesta… Pero si no la dejas hablar, no hay escucha. Este es un mal de nuestro tiempo. Hoy nos abruman las palabras, la prisa de tener que decir siempre algo, le tenemos miedo al silencio. ¡Qué difícil es escucharte a ti mismo! Escuchándonos hasta el final, que el otro se exprese, que se escuchen en la familia, que se escuchen en la escuela, que se escuchen en el trabajo, ¡y hasta en la Iglesia! Pero para el Señor ante todo es necesario escuchar. Él es la Palabra del Padre y el cristiano eshijo de la escucha , llamado a vivir con la Palabra de Dios a mano. Preguntémonos hoy si somos hijos de la escucha, si encontramos tiempo para la Palabra de Dios, si damos espacio y atención a nuestros hermanos y hermanas. Si sabemos escuchar hasta que el otro pueda expresarse hasta el final, sin cortar su discurso. Quien escucha a los demás también sabe escuchar al Señor, y viceversa. Y experimenta algo muy hermoso, a saber, que el mismo Señor escucha: nos escucha cuando le rezamos, cuando confiamos en él, cuando le invocamos.

La escucha de Jesús se convierte así en el camino para descubrir que Él nos conoce. He aquí el segundo verbo, que concierne al buen pastor: Él sabesus ovejas Pero eso no significa sólo que él sepa mucho de nosotros: conocer en el sentido bíblico también significa amar. Significa que el Señor, mientras nos “lee por dentro”, nos ama, no nos condena. Si lo escuchamos, descubrimos esto, que el Señor nos ama. La manera de descubrir el amor del Señor es escuchándolo. Entonces la relación con él ya no será impersonal, fría o fachada. Jesús busca una cálida amistad, una confianza, una intimidad. Él quiere darnos un conocimiento nuevo y maravilloso: el de saber que siempre somos amados por él y por lo tanto nunca dejados solos a nosotros mismos. Estando con el buen pastor se vive la experiencia de la que habla el Salmo: «Aunque vaya a un valle oscuro, no temo mal alguno, porque tú estás conmigo » ( Sal .23.4). Sobre todo en los sufrimientos, en los esfuerzos, en las crisis que son las tinieblas: Él nos sostiene atravesándolas con nosotros. Y así, precisamente en situaciones difíciles, podemos descubrir que somos conocidos y amados por el Señor. Preguntémonos entonces: ¿Me dejo conocer por el Señor? ¿Le hago lugar en mi vida, le aporto lo que vivo? Y, después de tantas veces en las que he experimentado su cercanía, su compasión, su ternura, ¿qué idea tengo del Señor? El Señor está cerca, el Señor es un buen pastor.

Finalmente, el tercer verbo: las ovejas que escuchan y se descubren siguen : escuchan, se sienten conocidas por el Señor y siguen al Señor, que es su pastor. Y quien sigue a Cristo, ¿qué hace? Va donde Él va, por el mismo camino, en la misma dirección. Va a buscar a los que están perdidos (cf. Lc 15, 4), se interesa por los que están lejos, se toma en serio la situación de los que sufren, sabe llorar con los que lloran, tiende la mano a su vecino, lo pone sobre sus hombros. ¿Y yo? ¿Solo me dejo amar por Jesús y de dejarme amar paso a amarlo, a imitarlo? Que la Virgen Santa nos ayude a escuchar a Cristo para conocerlo cada vez más y seguirlo por el camino del servicio. Escucha, conócelo y síguelo.

 

Después del Regina Caeli

Queridos hermanos y hermanas,

ayer en San Ramón (Perú) fue beatificada María Agostina Rivas López, conocida como Aguchita, monja de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, asesinada por odio a la fe en 1990. Esta heroica misionera, aunque sabía arriesgando su vida, se mantuvo siempre cerca de los pobres, especialmente de las mujeres indígenas y campesinas, dando testimonio del Evangelio de justicia y paz. Que su ejemplo suscite en todos el deseo de servir a Cristo con fidelidad y valentía. Un aplauso para el nuevo Beato.

Hoy es la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones , que tiene como tema «Llamados a construir la familia humana». En todos los continentes, las comunidades cristianas invocan del Señor el don de las vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada, a la opción misionera y al matrimonio. Este es el día en que todos nos sentimos, bautizados, llamados a seguir a Jesús, a decirle sí, a imitarlo para descubrir la alegría de dar vida, de servir al Evangelio con alegría y entusiasmo. En este contexto, deseo expresar mis mejores deseos a los nuevos sacerdotes de la diócesis de Roma, que han sido ordenados esta mañana en la basílica de San Juan de Letrán.

Precisamente a esta hora, numerosos fieles se reúnen en torno a la venerada Imagen de María en el Santuario de Pompeya, para dirigir la súplica que brotaba del corazón del Beato Bartolo Longo. Espiritualmente arrodillado ante la Virgen, le encomiendo el ardiente deseo de paz de tantos pueblos que en diversas partes del mundo sufren la insensata tragedia de la guerra. A la Santísima Virgen presento en particular los sufrimientos y las lágrimas del pueblo ucraniano. Ante la locura de la guerra, sigan rezando el Rosario por la paz todos los días. Y oremos por los líderes de las naciones, para que no pierdan “el olfato del pueblo”, que quiere la paz y sabe muy bien que las armas nunca la llevan, jamás.

Oramos también por las víctimas de la explosión que tuvo lugar en un gran hotel de la capital de Cuba, La Habana. Que Cristo Resucitado los guíe a la casa del Padre y dé consuelo a sus familias.

Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de muchos países. En particular, saludo a los fieles de los Estados Unidos de América, de Polonia y de la diócesis de Nantes (Francia). Saludo a la Familia Pasionista, que celebra el Jubileo del tercer centenario de su fundación; pacientes con fibromialgia, que espero reciban la asistencia necesaria; así como los fieles de Nápoles, Pomigliano d’Arco, Reggio Calabria y Foggia, los Confirmadores de Zogno (Bérgamo) y los de San Ferdinando en Roma. Un saludo especial al grupo de refugiados ucranianos ya las familias que los acogen en Macchie, cerca de Perugia. Saludo también a los responsables de la Comunidad de San Egidio de América Latina.

Hoy, en muchos países, se celebra el Día de la Madre . Recordamos con cariño a nuestras madres – un aplauso a las madres – incluso a las que ya no están aquí abajo, pero viven en nuestros corazones. Para todas las madres es nuestra oración, nuestro cariño, nuestro deseo.

¡Feliz domingo a todos! Por favor, no olvides orar por mí. Que tengas un buen almuerzo y adiós.

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