«Fe y razón: volvamos a la lección de san Juan Pablo II»

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* «Juan Pablo II sostuvo que la razón sin fe corre el riesgo de caer en el nihilismo. Mientras que la fe sin razón puede deslizarse hacia el fanatismo.»

Del 26 al 29 de noviembre tuvieron lugar en Roma las Jornadas de San Juan Pablo II , organizadas conjuntamente por la Fundación Juan Pablo II, la Universidad Pontificia Juan Pablo II de Cracovia y la Iglesia y Hospicio de San Estanislao de la Ciudad Eterna, bajo el patrocinio del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede. Fue un momento precioso y muy actual de reflexión sobre el pensamiento teológico del pontífice polaco. El evento se inspiró en las Jornadas de Juan Pablo II en Cracovia, donde desde hace casi veinte años se organizan anualmente conferencias dedicadas a las enseñanzas del Papa Wojtyła.

El tema de esta primera edición «italiana» fue: Fe y razón en el pensamiento de San Juan Pablo II . Cuatro intensos días de debates y simposios contaron con la participación de diversas universidades pontificias como la Gregoriana, la Angelicum (Santo Tomás de Aquino) y la Santa Cruz. Entre los ponentes, el profesor Don Mariusz Kuciński, director del Centro de Estudios Ratzinger, miembro de la Academia Kuyavia-Pomerania de Bydgoszcz. La Nuova Bussola lo entrevistó.

Profesor Kuciński, ¿cuál era el significado de la fe para san Juan Pablo II?


San Juan Pablo II veía la fe como el corazón palpitante de la vida humana, no sólo como un acto individual de confianza en Dios, sino como el fundamento mismo del ser humano. En su encíclica Fides et ratio , subrayó que la fe y la razón son «las dos alas con las que el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad». Esto indica cómo la fe está profundamente conectada con la búsqueda humana de la verdad. La fe, por tanto, es esencial para la realización del hombre.

Y si hablamos de fe, no podemos dejar de hablar también de teología.


Sí, ciertamente. Para Juan Pablo II la teología estaba estrechamente vinculada a la pastoral y la evangelización. Vio la teología como una herramienta para responder a las preguntas profundas del hombre contemporáneo. En él encontramos una teología que debía estar cercana al pueblo. Además, Juan Pablo II llevó el mensaje teológico directamente al pueblo: podemos hablar así de una teología en acción.

El papel de la cultura era muy importante para el Papa Wojtyła. ¿Por qué es un papel tan fundamental para el diálogo entre fe y razón?


La cultura fue muy importante en el pontificado de Wojtyła: en ella, según Juan Pablo II, el hombre puede expresar su humanidad y buscar el sentido de la vida. En su enseñanza tenemos la oportunidad de comprender cómo la fe cristiana puede enriquecer cada cultura y, al mismo tiempo, enriquecerse con la diversidad cultural. Juan Pablo II, en Fides et ratio , un documento hermoso y muy actual, sostuvo que la razón sin fe corre el riesgo de caer en el nihilismo. Mientras que la fe sin razón puede derivar en fanatismo. Para él, la filosofía y la teología deben dialogar para responder a las preguntas fundamentales del hombre. Además, abordó cuestiones morales complejas, como la bioética, la familia y la sexualidad, poniendo siempre en el centro la dignidad de la persona.

¿Qué dio Juan Pablo II a la Iglesia de todos los tiempos, al mundo entero?


Juan Pablo II ofreció al mundo una visión profunda y multifacética de la relación entre fe, teología y cultura. Insistió mucho en la necesidad de un diálogo sincero entre la Iglesia y el mundo contemporáneo, para responder a los desafíos de la modernidad. Punto central de todo: la dignidad humana. En su enseñanza encontramos un perfecto equilibrio entre fe y razón, entre tradición y apertura al diálogo, entre identidad cristiana y respeto a otras culturas y religiones. Debemos mirar todo esto como una fuente de inspiración para los creyentes y para todos aquellos que buscan respuestas a los grandes interrogantes de la existencia humana. 

Hoy vivimos en una época en la que parece que varios aspectos de la sociedad niegan la verdad. Y sabemos bien hasta qué punto Juan Pablo II tenía en mente este tema. ¿Cómo puede ayudarnos la encíclica Fides et ratio en este momento histórico?


Vivimos en una época en la que la sociedad niega la verdad. Pienso sobre todo en el entorno universitario. Se dice: la verdad, aunque exista, no la podemos conocer como hombres y por eso no tiene sentido buscarla. Yo hablaría de cierta desconfianza: «No me importa», eso es lo que dicen hoy. En este momento histórico realmente parece que la ciencia no ayuda a buscarlo: ¡estos ambientes no quieren buscarlo! La encíclica nos ayuda a ver que Dios es quien da fundamento a la dignidad humana y para ello son necesarias las dos alas que se subrayan en el documento pontificio: la fe y la razón.

Siempre en el contexto actual, un cierto debate sobre la inteligencia artificial (IA) está actualmente muy extendido en la sociedad y en la Iglesia. ¿Puede Fides et ratio ayudarnos a comprender el potencial y los riesgos de la propia IA?


Obviamente la encíclica no hablaba de IA, pero consigue darnos una ayuda preciosa para avanzar en este mundo moderno que ofrece estas diferentes posibilidades de desarrollo humano. Hay un documento sobre las nuevas tecnologías escrito por Juan Pablo II unos meses antes de su muerte, la carta apostólica Desarrollo Rápido (2005): en este documento el pontífice nos dice que los nuevos medios de comunicación son regalos de Dios. Es cierto: son regalos de Dios. El Señor nos da la posibilidad de vivir con la IA de una manera diferente y puede, en principio, ayudarnos a vivir mejor.

Pero para aprovechar al máximo la IA es importante conocer su naturaleza: debemos conocer este don de Dios que por el momento todavía no conocemos bien. Y es necesario aprender a utilizar la IA de una manera que pueda generar desarrollo y no destruir o dañar porque podría traer, al mismo tiempo, enormes riesgos

Fides et ratio nos da como fundamento la dignidad humana: un medio de desarrollo tecnológico que no la reconozca sólo puede ir contra el hombre.

Si tenemos una visión del hombre como un robot, entonces se le quita la dignidad humana. Cualquier medio que quite o niegue la naturaleza humana es un medio que va contra el hombre.

Juan Pablo II nos enseñó a poner siempre al hombre en el centro: entonces, basta estar atentos a la evolución de este gran fenómeno que es la inteligencia artificial.

La Iglesia puede y debe indicar su dirección en este campo. Y la dirección es la que nos indicó Juan Pablo II en su magisterio petrino. La obra de Juan Pablo II representa un tesoro de sabiduría y humanidad, una invitación a no temer los desafíos del presente, sino a afrontarlos con confianza, sabiendo que la fe ilumina la razón y la cultura enriquece la experiencia humana de la búsqueda de Dios.

Por ANTONIO TARALLO.

MARTES 3 DE DICIEMBRE DE 2024.

ROMA, ITALIA.

LANUOVABQ.

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