* Otros jesuitas encubrieron al cura Alfonso Pedrajas, quien abusó a 85 niños en Bolivia
Pedro Lima, exjesuita, llegó a Santa Cruz esta tarde, proveniente de la capital de Paraguay, para denunciar a 11 sacerdotes de la Compañía de Jesús en Bolivia, por pederastia y encubrimiento a este delito. Dijo tener pruebas contundentes contra estos sacerdotes y que existen varias víctimas que presentarán sus denuncias en las próximas horas.
“Después de 21 horas de viaje, llegué a Santa Cruz desde Asunción. Dejé mi trabajo y vendí algunas cosas para poder reunir recursos económicos y venir a denunciar estos casos para que se sancione a los acusados y así evitar más víctimas de abusos”, dijo a los medios.
Lima dijo que solo llegó con una mochila al país y que permanecerá el tiempo que sea necesario. “Unas semanas, un mes, un año, estaré el tiempo que sea suficiente y buscaré trabajo para sostenerme mientras dure el proceso, porque también debo mantener a mi familia que está en Paraguay, pero por seguridad no diré en que zona exacta está”, comentó.
Pedro Lima denunció públicamente a 11 sacerdotes de la Compañía de Jesús en Bolivia en una entrevista en la Red Bolivisión, entre ellos se encuentra el reconocido jesuita Francisco P., quien asumió como director nacional de una importante iniciativa educativa.
Según el exjesuita, este sacerdote conocía de los abusos sexuales cometidos contra menores de edad y sabía quiénes eran los curas que incurrían en este delito, pero decidió encubrir todo sin denunciar a la Policía.
Otro de los sindicados es el padre Alfonso Pedrajas (fallecido), alias ‘Pica’, quien habría abusado a 85 niños según contó en su diario personal, que fue publicado por el periódico El País de España. «Él era amigo íntimo de ‘Pica’ y siempre lo encubrió», detalló.
Lima relató que ‘Pica’ fue el primer jesuita que conoció en el año 1992 cuando ingresó al noviciado, pues este fue su profesor de la materia Ética y Moral, y en ese entonces creyó que era un cura ejemplar. Sin embargo, después se fue enterando de los vejámenes sexuales que cometía contra los varones, menores de edad, y lo denunció ante la Iglesia, pero el caso no avanzó.
“Con ‘Pica’ tengo los peores y tristes recuerdos de mi noviciado, porque él decía que cuando se comete abusos (sexuales) o pedofilia, bastaba con confesarse a Dios para ser perdonado y que no era necesario denunciar a la justicia”, comentó indignado.
El tercer denunciado es Francesc Peris, alías ‘Chesco’, a quien “la Compañía de Jesús en Bolivia está protegiendo porque no dice si está vivo o muerto”, señala Lima y agrega que este abusó de las estudiantes de un colegio católico. “’Chesco’ abusaba de las niñas y ‘Pica’ de los varones”, lamenta el denunciante.
El padre Carlos Villamil, que murió este año y es conocido como ‘Vicu’, es otro de los denunciados. El exjesuita boliviano que llegó de Paraguay dice que ‘Vicu’ fue su párroco en una Iglesia de Cochabamba y en ese momento creía que era una persona ejemplar y hablaba bien de él hasta que se enteró de los abusos que cometía.
“Yo daba retiros espirituales y estaba poniendo de ejemplo al padre ‘Vicu’ hasta que veo a una persona llorar y me le acerco para preguntarle qué le pasaba y me comenta que este sacerdote abusó a un familiar suyo. Por este caso y otros ‘Vicu’ tiene denuncias ante la justicia, pero la Compañía de Jesús en Bolivia dice que no hubo denuncias penales”, lamentó.
Luis María Roma Padrosa es el quinto sacerdote sindicado por Lima. “Roma abusó de niños guaraníes humildes en Charagua y tomaba fotos de sus violaciones, las cuales fueron presentadas como pruebas en la denuncia que se hizo en la Iglesia, pero pese a eso murió con grandes homenajes en Cochabamba, como uno de los mejores jesuitas”, cuestionó.
Lima dice que el padre Roma fue investigado por la Compañía de Jesús en Bolivia y que en la conclusión de su caso se determinó que hay “verosimilitud” en las pruebas presentadas en su contra, pero no se hizo nada más, porque quienes lo investigaron eran sus mismos amigos jesuitas.
El sexto acusado es el fallecido jesuita Antonio G.C. Según Lima, este cura ni siquiera podía caminar por su vejez, pero sus amigs les enviaban niños para que lo cuiden y este aprovechaba para abusarlos en las noches.
“En esos años, él era capellán de la Corte Suprema de Justicia, tenía de amigos a fiscales y jueces de todo el país, es decir, él manipulaba la justicia a su antojo y no pude denunciarlo penalmente por temor a que me inculpen a mí, puesto que ya me había amenazado con expulsarme de los jesuitas”, lamentó.
Además, Lima sindica al padre Alejandro M., pero dice no tener pruebas suficientes en su contra, como las tiene contra los anteriores jesuitas mencionados. Sin embargo, aclara que conoce de manera indirecta, que cometió varios abusos a menores.
Marcos R., es el octavo sacerdote acusado por Lima, a quien señala de ser el principal encubridor de los casos de pederastia, pues señala que llegó a ser el segundo hombre, a nivel mundial, que estuvo a cargo de la Compañía de Jesús y que desde el Vaticano, Roma, nombró al padre Alfonlso Pedrajas, ‘Pica’, como la segunda persona encargada de los jesuitas en Bolivia.
“Marcos R. es el principal encubridor y está vivo en una casa de la Iglesia en Cochabamba. Él encubrió a su amigo ‘Pica’ al ponerlo en un cargo donde tuvo acceso a todas las denuncias que había en su contra. Fue así que ‘Pica’, antes de morir, destruyó todas las denuncias que había recibido la Iglesia contra él”, señaló.
Aparte de ser el noveno cura sindicado de pederastia, Oscar U. F. es el hombre que expulsó de la orden jesuita a Pedro Lima, porque este realizaba constantes denuncias hacia sus colegas que violaban a menores de edad.
“Yo soy un exjesuita con votos, aunque ellos (Compañía de Jesús en Bolivia) dicen que solo fue un noviciado. Fue Oscar U. F., uno de los novios del Padre ‘Pica’, que me expulsó por hablar mal de los jesuitas y me recriminó diciendo que me iba a aplastar y otras palabras irreproducibles”, recordó.
Ramón A., es el décimo de está en la lista de curas acusados de encubrimiento y pederastia. Lima dice que este fue director en colegios de La Paz y que encubrió a sus amigos abusadores. “Por denunciar varios casos, me dijo que los trapos sucios se lavan en el interior de la Iglesia y no hable mal de los jesuitas”, lamentó.
El español Luis T., es el último sindicado de Lima y cuestiona a la Compañía de Jesús en Bolivia por ponerlo como párroco en La Paz para que se relacione con niños, pese a que este había sido sentenciado por la justicia boliviana.
“La Compañía de Jesús niega que lo relacionó con menores, pero a él se lo nombró párroco y daba catequesis. Yo fui testigo de los abusos que cometió contra niños aymaras”, lamentó.
Pedro Lima dice que ha recibido amenazas de muerte por las denuncias que ha realizado y admite que tiene miedo, pero comenta que regresó a Bolivia para que estos hechos “no queden en la impunidad, para que se sancione a los encubridores, para que se repare a las víctimas y para evitar que se repitan los abusos”.
Además, dice que salió del país en 2012 porque sufría persecución política por algunos dirigentes del partido del Movimiento al Socialismo (MAS), debido a que él había sido asambleísta por Cochabamba en ese tiempo.
Lima dice que en Paraguay estuvo trabajando de profesor y cerrajero y que «volvió como exjesuita» para denunciar todos los casos de pederastia porque cree que hoy la justicia será más imparcial, a diferencia de años anteriores donde “los jesuitas tenían amigos fiscales y jueces y podían manipular la justicia a su favor”.
Asimismo, señala que tiene un CD con pruebas de las denuncias que realizó y que existen víctimas que denunciarán los vejámenes que sufrieron ante la Fiscalía. También señala que se presentará el miércoles en la Fiscalía de Santa Cruz para declarar como testigo y que después piensa hacer lo mismo en La Paz y Cochabamba.
Indica que no cree en la actual administración de la Compañía de Jesús en Bolivia, puesto que él conoce que un colega suyo hizo una denuncia recientemente por pederastia, pero el caso no avanzó y quedó archivado.
Por Ariel Melgar Cabrera.
Miércoles 17 de mayo de 2023.
LA PAZ, BOLIVIA.