Elecciones en México: profesionales de las candidaturas, contra líderes naturales; el caso de Nicthe-há Aguilera en Campeche

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A prácticamente unas horas de que se celebren elecciones generales en México, la confrontación realmente más profunda entre los aspirantes a obtener un asiento como congresistas. será entre los llamadas «políticos profesionales» y los auténticos luchadores y líderes sociales del país.

Es decir: o los Congresos se volverán a llenar de hombres y mujeres que se la pasan saltando de un Partido político a otro; que solo se afanan en buscar el beneficio personal de su reelección, o que bien llevan décadas brincando de la Cámara de Diputados a la de Senadores –y viceversa–…o por fin tendrán espacios de participación legislativa, dirigentes naturales y conocedores de la temática social, regularmente menospreciados y anulados por los dirigentes partidistas.

En otras palabras, la lucha de fondo en México se libra no entre los partidos políticos, sino entre la sociedad misma…y los partidos políticos, que bajo el supuesto de «representar» a los mexicanos, solo usan a los electores para mantener cobrando en los Congresos a una minoría de «políticos» que garantiza su permanencia en las Cámaras con solo quedar registrados en una lista que garantiza de antemano su acceso a las curules bajo el rubro de «plurinominales».

Estos «políticos profesionales» resultan, más bien, «profesionales de las candidaturas».

Décadas, sí, décadas llevan pasando de una Cámara a otra, sin ser electos por el pueblo.

De esa manera, no solo aseguran un jugoso ingreso mensual con cargo a los impuestos de los mexicanos, sino que además impunidad, la protección jurídica a pesar de la comisión de delitos. Es decir, tienen «fuero«.

Y así, elección tras elección, hacen campaña entre la gente, arropados por meros membretes que supuestamente representan a la denominada «sociedad civil».

Sin embargo, lo cierto es que el término «sociedad civil» se ha prostituido. Más bien, lo han prostituido.

Los partidos políticos han convertido ese concepto en un mero paraguas para simular la escucha de las demandas populares.

Han creado multitud de membretes que fingen representar a diversos sectores de la sociedad, pero que solo emplean a conveniencia y con fines estrictamente ideológico-electorales. En el fondo, tales «agrupaciones», «frentes», «uniones», etc, carecen de vida propia, auténtica. Solo son nombres de organizaciones fantasmales. Pero que usan los partidos para revestir candidaturas de sus incondicionales.

El problema para los partidos políticos es que la gente sabe de la inexistencia real de tales agrupaciones y, por lo tanto, de la ilegitimidad de quienes son presentados como «candidatos ciudadanos».

Prácticamente todo el proceso electoral electoral que ha vivido nuevamente México, ha reproducido la misma práctica: el empleo de membretes y la simulación de candidaturas «ciudadanas».

Uno de los casos más cristalinos del fenómeno lo podemos ejemplificar con lo que vivimos, por ejemplo, en el estado de Campeche: concretamente en el VI Distrito del municipio del mismo nombre que, casualmente, tuvimos la oportunidad de conocer durante una estancia con motivos de trabajo: tres mujeres se disputan la diputación, la representación en el Congreso local.

Ese caso, como el del resto de los que se han vivido en México, se ha presentado en dos planos:

  • En el primer plano, la propaganda de cada una de las candidatas cubrió todos los elementos básicos: exhibieron desde su trayectoria profesional, su base de conocimientos académicos, hasta propuestas concretas, visitas, mítines, fotografías con ciudadanos en casasa, calles,. etc.
  • El segundo plano es, sin embargo, el que no se ve, pero que determinará el voto de la gente: ¿por qué voy a votar por esta candidata, si junto con todas las demás ha hecho lo mismo durante su campaña? Y en este segundo plano, lo determinante es el conocimiento de la candidata, el identificarla como la persona que ha participado en infinidad de luchas sociales durante larga data.

Las tres aspirante del VI Distrito del municipio de Campeche realizaron recorridos, efectuaron mítines, imprimieron propaganda, se publicitaron en las redes sociales, etc. La diferencia la descubrimos, sin embargo, en una de las aspirantes: Nicthe-há Aguilera.

La fuerza Nicthe-há Aguilera de no se la dio el partido que la postula. Ha sido al revés. Es una mujer ampliamente conocida a nivel popular, por su participación cotidiana en la presentación de demandas legítimas, en la defensa derechos justos, en la búsqueda de soluciones.

Liderazgo social, pues. Esa es la diferencia.

CAMPECHE, CAMPECHE.

MIÉRCOLES 29 DE MAYO DE 2024.

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