* Siete años después del anterior, comienza la reunión cardenalicia casi completa, sobre la reciente redefinición de la Curia, que ya ha entrado en vigor.
* Y quizás sobre la sucesión del Papa Francisco, según los crecientes rumores de los medios.
* Bocas cosidas entre los electores del futuro Papa, muchos de los cuales tienen la oportunidad de conocerse por primera vez.
La esperada reunión de los cardenales sobre la nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium se abre esta mañana en el Vaticano . La reforma de la Curia, sin embargo, podría ser marginal en estas dos jornadas que llegan más de siete años después de la anterior. Fue el 12 de febrero de 2015 cuando Francisco reunió por última vez a todos los cardenales e incluso en ese momento el objetivo era reflexionar sobre las orientaciones y propuestas para la reforma de la Curia.
Una reforma que, sin embargo, ya ha entrado en vigor el pasado 5 de junio y sobre la que poco habrá que debatir ya que -como adelanta la web de Dagospia- ya se ha comunicado a los miembros del Colegio que no se harán preguntas ni intervenciones. Se esperaba al final la lectura del informe redactado por el secretario del C9, Monseñor Marco Mellino. Ante esto, en los últimos días se ha afianzado cada vez más la hipótesis de que esta reunión podría ser utilizada para otra cosa y tal vez versar sobre la cuestión de la sucesión.
Un rumor que se está extendiendo en los círculos anglosajones y que también ha sido relanzado por el fichaje de The Spectator Damian Thompson incluso querría que el Papa estuviera listo para nombrar un obispo coadjutor de Roma destinado a sucederle. Un escenario sensacional que podría encontrar la oposición de una parte sustancial (pero apenas mayoritaria) del Sacro Colegio, aunque hasta 112 de los 226 vivos (pero los presentes en el Vaticano serán poco menos de 200) fueron creados por Francisco. Alberto Melloni, punta de lanza de la llamada escuela de Bolonia, que en Repubblica reveló: «Se sabe que Francisco está haciendo redactar una reforma del Cónclave: muy necesaria después de que la Iglesia de Roma se ha impuesto a sí misma un justicialismo que hace vulnerables a todos los cardenales e indistinguibles de las revelaciones y calumnias».
Los rumores, en todo caso, no son confirmados por los cardenales que llegaron a la Ciudad Eterna y que el sábado participaron en el consistorio para la creación de veinte nuevos cohermanos. Bocas cosidas entre los protagonistas que son cuestionados sobre el tema y un lacónico «será visto» hasta por uno de los más experimentados. En cualquier caso, la ceremonia del sábado por la tarde sirvió para que los casi doscientos cardenales se reencontraran tras la larga pausa marcada también por la pandemia y para fraternizar.
La imagen que se desprende de los pequeños grupos que se han creado en la basílica de San Pedro es la de un Sagrado Colegio muy diverso en función de la época y pontificado de la creación. Un gran deseo de hablar y discutir entre los veteranos de las temporadas wojtyliana y ratzingeriana por un lado, y entre los cardenales bergoglianos más influyentes por otro (los estadounidenses Donald Wuerl y Wilton Gregory y el alemán Reinhard Marx entre los más locuaces). Menos cómodos, sin embargo, se encuentran los cardenales elegidos por Francisco de las «periferias del mundo» pero que serán decisivos en un posible cónclave futuro.
Tras la invitación telefónica del Papa que él mismo reveló en Cerdeña, el cardenal Giovanni Angelo Becciu también hizo su reaparición en la basílica y fue recibido con cariño por sus hermanos. Unas filas más atrás se encontraba el australiano George Pell, que nunca había sido tierno con el ex Suplente pero que últimamente parece haber comenzado a expresar dudas sobre el trato que ha recibido su antiguo contrincante de la Curia.
Tras recibir el birrete y el anillo, los diecinueve nuevos cardenales presentes -ausente el ghanés Richard Kuuia Baawobr, hospitalizado nada más aterrizar en Roma por problemas cardíacos- se dirigieron en minibús al Monasterio Mater Ecclesiae para el ya tradicional encuentro con Benedicto XVI en la que también participó Francesco. El Papa Emérito, asistido por el secretario Monseñor Georg Gänsweinm, los saludó uno a uno, conversando y luego reuniéndose en oración con ellos. La jornada concluyó con visitas de cortesía al Palacio Apostólico y al Aula Pablo VI, donde los nuevos cardenales saludaron a familiares, amigos y conocidos. La delegación más festiva fue la del nigeriano Peter Ebere Okpaleke que también destacó por la ropa preparada ad hoc para la ocasión y que retrataba la foto del obispo de Ekwulobia. El arzobispo de Esztergom-Budapest, Péter Erdő, considerado uno de los llamados papables a un futuro cónclave, le rindió homenaje a él y a los demás nuevos cardenales durante sus visitas de cortesía.
El hecho de que la mayoría de los miembros del Colegio no se conozcan hace que estos días romanos sean muy importantes para establecer relaciones e intercambiar sus respectivas ideas sobre la Iglesia, especialmente con nombres menos sonoros. Siempre que los rumores sobre un posible cambio en las reglas del cónclave no se reflejen entre hoy y mañana.
Por NICO SPUNTONI.
CIUDAD DEL VATICANO.
LUNES 29 DE AGOSTO DE 2022.
LANUOVABQ.