Una carta al editor publicada en el New England Journal of Medicine titulada «Escuelas abiertas, Covid-19 y morbilidad infantil y docente en Suecia» encontró que:
“A pesar de que Suecia mantuvo abiertas las escuelas y los preescolares, encontramos una baja incidencia de Covid-19 severo entre los escolares y los niños en edad preescolar durante la pandemia del SARS-CoV-2 … Ningún niño con Covid-19 murió … Entre los 1,951,905 millones de niños que tenían entre 1 y 16 años de edad, 15 niños tenían Covid-19, MIS-C o ambas afecciones y fueron admitidos en una UCI, lo que equivale a 1 niño de cada 130.000 «.
Fue publicado por Jonas F Ludvigsson, pediatra del Hospital Universitario de Örebro y profesor de epidemiología clínica en el Instituto Karolinska.
El estudio también mostró que “menos de 10 maestros de preescolar y 20 maestros de escuela en Suecia recibieron cuidados intensivos para Covid-19 hasta el 30 de junio de 2020 (20 por 103,596 maestros de escuela, lo que equivale a 19 por 100,000).
En comparación con otras ocupaciones (excluidos los trabajadores de la salud), esto correspondió a riesgos relativos ajustados por sexo y edad de 1,10 (intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,49 a 2,49) entre los maestros de preescolar y 0,43 (IC del 95%, 0,28 a 0,68) entre los maestros de escuela.
En un comunicado de prensa del Instituto Karolinska , Ludvigsson indicó que tenía esperanzas sobre los resultados.
“Es muy gratificante que el COVID-19 grave, definido aquí como que necesita tratamiento en una unidad de cuidados intensivos, sea tan poco común entre los niños a pesar de que las escuelas estuvieron abiertas durante la pandemia”, dijo.
“El siguiente paso será hacer un seguimiento de los niños que fueron tratados en una unidad de cuidados intensivos por COVID-19 para ver si se han recuperado por completo. Mi intuición es que los niños que han estado gravemente enfermos debido a MIS-C parecen recuperarse por completo con el tiempo «.
Tras la publicación de este artículo, un artículo publicado en el British Medical Journal el 18 de febrero por Ingrid Torjesen afirma lo siguiente:
El gobierno sueco ha dicho que fortalecerá las leyes sobre libertad académica después de que un destacado académico sueco anunció que abandonaba su trabajo sobre covid-19 debido a una avalancha de comentarios intimidantes de personas que no estaban de acuerdo o que no les gustaban los resultados de su investigación….
Después de la publicación de la carta, fue bombardeado con mensajes enojados a través de las redes sociales y el correo electrónico criticando el estudio e infiriendo que él y Ludvigsson eran representativos de la estrategia de contención del covid-19 del país.
La experiencia ha pasado factura a Ludvigsson. Le dijo a la revista de la Asociación Médica Sueca (Lakartidningen) que durante una semana se despertaba a las 3 am todas las noches y no podía volver a dormirse y que ahora había perdido el apetito por el covid-19, tanto cuando se trataba de hablar e investigando. Ha decidido dejar de investigar y debatir sobre el covid-19.
Está tratando de dejar atrás la experiencia y ha dicho que no hablará con los medios de comunicación sobre lo sucedido. Sin embargo, le dijo a The BMJ que, aunque los hallazgos se publicaron en una carta de investigación, se trataba de «un estudio real» que se sometió a una revisión externa formal por pares, incluida una revisión estadística por pares, y el manuscrito se revisó cuatro veces antes de su publicación.
La intimidación y las amenazas contra los académicos han aumentado con el crecimiento de las redes sociales, y las incertidumbres y opiniones diversas sobre covid-19 se han sumado a la situación. En respuesta, Suecia tiene previsto brindar un mayor apoyo a la libertad académica mediante una enmienda a su Ley de educación superior.
Matilda Ernkrans, ministra sueca de educación superior e investigación, le dijo a The BMJ:
“Es profundamente preocupante cuando los académicos se ven amenazados hasta el punto de que no tienen el coraje de seguir haciendo su trabajo.
“Este no es un fenómeno nuevo, pero hemos visto un aumento de las amenazas contra los académicos relacionadas con la investigación sobre el coronavirus. Cuando se silencia a la gente, es una amenaza contra la libertad de expresión y nuestra democracia.
«Para fortalecer la libertad académica, el gobierno sueco ha propuesto una nueva enmienda que señala que la educación y la investigación deben ser protegidas para permitir que las personas descubran, investiguen y compartan conocimientos libremente«.
Ole Petter Ottersen, presidente del Instituto Karolinska, dijo a The BMJ que encontraba muy preocupante el aumento de las amenazas y el acoso hacia los investigadores.
“Un debate duro y una diversidad de opiniones basadas en hechos y pruebas son elementos necesarios de la ciencia y el discurso público, pero no se pueden tolerar acusaciones odiosas y desdeñosas y ataques personales.
“Ya vemos que los investigadores se retiran del debate público después de haber sido amenazados o acosados, y en mi propia institución un destacado investigador decidió abandonar su investigación sobre el covid-19 por la misma razón”, agregó, refiriéndose a Ludvigsson.
Dado que el Instituto Karolinska parece ser el centro de atención aquí también, pensé en mencionar que la profesora Anna-Mia Elkström , epidemióloga del Instituto y el profesor Stefan Swartling Peterson, han revisado los datos de UNICEF y ONUSIDA, y han venido a la conclusión de que al menos tantas personas han muerto como resultado de las restricciones para luchar contra el COVID, como han muerto directamente por el COVID.
Arjun Walia (extracto).
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