Cardenal Robert Sarah estará en México; encuentro con sacerdotes y laicos, su objetivo

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

Líder religioso influyente, sus obras y escritos han encontrado buena recepción entre fieles, intelectuales y público interesado en conocer el pensamiento de quien encabezó la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos hasta 2021, el principal organismo de la curia romana vigilante de ortodoxia de la liturgia católica, hoy bajo diversas controversias. El cardenal Robert Sarah viene a México en su primer viaje Latinoamericano con una agenda particular en la arquidiócesis de México como orador principal en el influyente Curso Internacional de Actualización Teológica organizado por la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, asociado al Opus Dei.

En entrevista, el padre José Guillermo Gutiérrez Fernández, uno de los principales organizadores y actual director del Centro de Estudios de Familia Bioética y Sociedad de la Universidad Pontificia de México, explica las razones de la presencia del influyente purpurado que parece estar lejos del discreto retiro. No sólo será una visita para formar a clérigos. El punto principal será el encuentro de quien fue arzobispo de Conakri con laicos en el evento “Testigos de la verdad en un mundo de crisis”, encuentro en el que el cardenal guineano converso al cristianismo ofrecerá la esencia de su pensamiento cuando el Iglesia católica se encuentra en una seria encrucijada que definirá su futuro. A decir de Gutiérrez Fernández, la presencia del Robert Sarah será “una sacudida espiritual” a través de las diversas actividades de una atractiva agenda a desarrollarse en junio próximo.

Padre Guillermo, agradecemos la disposición para esta entrevista. El cardenal Robert Sarah estará en México en el encuentro “Testigos de la verdad en un mundo en crisis”. ¿En qué consiste este evento, cómo nace esta iniciativa y quiénes la impulsan?

-Conocí al Cardenal Sarah durante mis años de servicio en el Vaticano y conviví con él en varias oportunidades. Me di cuenta entonces de que es un hombre de una gran cultura, pero sobre todo con una experiencia de Dios muy fuerte y una vida espiritual vibrante poco común que se ve reflejada en sus numerosos escritos. Un gran pastor y teólogo como fue Benedicto XVI, le tenía en gran estima. Por esta razón al volver a México, nutrí el anhelo de traer al cardenal para compartir con los sacerdotes de nuestro país que, al igual que muchos sacerdotes de la mayor parte del mundo, se encuentran desalentados y a veces confundidos sobre la pastoral que deben impulsar en el mundo de hoy, ya que pareciera que la doctrina inmutable de Cristo estuviese superada e incluso, en ocasiones, ven maltratada su propia identidad de ministros sagrados, reducida a un trabajador eclesial o un promotor social. Estoy convencido de que el amor del cardenal por Cristo, por la Iglesia, por el Papa, será un gran aliciente y una motivación para el clero. Además su profunda mirada teológica del momento actual nos ayudará a renovar la triple fidelidad o “cercanía” que todo sacerdote debe vivir en su vida, como ha dicho el Papa Francisco a un grupo de obispos mexicanos recientemente: a Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre; a la Iglesia y al Papa, en esa comunión profunda que es a la vez sincrónica y diacrónica, más allá de planteamientos sociológicos y eslogans de moda y en tercer lugar al pueblo santo de Dios, a todos y cada uno de los hombres en sus concretas circunstancias, a partir de las cuales hemos de acompañarles en su recorrido hacia su plenitud en Cristo, Redentor de todo el hombre y de todos los hombres.

Hablando con el director de Encuentros Sacerdotales, iniciativa de los presbíteros de la Prelatura del Opus Dei y del clero diocesano que formamos parte de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, que se dedica a promover actividades de formación integral en comunión con las distintas autoridades diocesanas, surgió la idea de invitar al cardenal. El padre Andrés Arce se entusiasmó con esta posibilidad y comenzamos a planearlo hace ya tres años y medio. ¡Bendito sea Dios, el cardenal aceptó la invitación a pesar del esfuerzo nada indiferente que comporta a su edad venir hasta México, en su primer viaje a América Latina! Participará en el XXXVI Curso Internacional de Actualización Teológica que organiza Encuentros Sacerdotales en la Casa Eclesial de México, en Lago de Guadalupe, la sede de la CEM.

En este contexto es que junto con un grupo de laicos amigos míos, asiduos lectores de las obras del cardenal Sarah, surgió la idea de este evento dirigido especialmente a los laicos. El Encuentro está pensado como una velada de familia. El cardenal dirigirá algún discurso y estará salpicado de momentos musicales haciendo un recorrido por la historia de la música sacra hasta nuestros días, para evidenciar la unidad diacrónica de la espiritualidad cristiana y de la comunión en la Iglesia. Habrá algunas preguntas de los asistentes sobre temas de doctrina y espiritualidad en el contexto actual, sobre el empeño que se espera de los fieles cristianos laicos en este momento de cambio de época como lo ha definido el Santo Padre Francisco. Es, como te digo, un encuentro de familia. La Iglesia que está en África, regaló a toda la Iglesia, justamente esta categoría de la Iglesia como familia de Dios. Qué mejor que un cardenal africano presida un encuentro de esta familia para alentarnos a vivir bien radicados en Cristo, en la Iglesia, unidos al Santo Padre y a nuestros obispos, ayudándonos todos a vivir este espíritu y fidelidad al Señor en el momento actual.

¿Por qué precisamente el cardenal Sarah, especialmente en estos momentos en los que se nota incertidumbre en México?

-Como te digo, el interés no partió del cardenal Sarah, sino de un servidor y cuando empecé a trabajar en esta iniciativa he descubierto que en México hay mucha gente que sigue sus escritos y, permíteme decirlo, que lo admira por su sencillez y firmeza e incluso han ido a visitarlo a Roma donde reside habitualmente. Estoy seguro de que este Encuentro será providencial y comportará una sacudida espiritual para quienes tengan la oportunidad de escuchar su testimonio. México vive transformaciones profundas y algunos hipotizan el abandono de la fe cristiana que ha proporcionado hasta ahora la linfa vital a este pueblo y a esta gran nación. Quienes así piensan promueven ideologías y antropologías averiadas y, en un esfuerzo loable de “construir puentes” y mantener los canales de diálogo abiertos, quizás a la Iglesia le ha faltado én los últimos tiempos contundencia para anunciar integralmente a Jesucristo, el único Redentor del hombre. A veces se nota en los católicos y en los ministros sagrados un cansancio, un cierto desaliento y falta de lucha. Considero que el cambio de época nos sitúa ante grandes desafíos y muchas veces aún la leadership eclesial se encuentra como perpleja acerca de los caminos que hay que seguir. Evidentemente la respuesta no está en lo que el Papa Francisco ha llamado “indietrismo”, una suerte de miedo ante el futuro y un enfermizo apego a formas ya superadas de las manifestaciones de la vida cristiana. Pero tampoco en ese prurito superficial y acrítico de seguir las modas del tiempo desconociendo la rica tradición eclesial. La palabra y el testimonio de una persona con una fe tan viva y vibrante como el cardenal Sarah puede ofrecer a los católicos –laicos y sacerdotes- y a los hombres de buena voluntad una luz y una brisa refrescante en medio de un momento difícil del camino.

Ayúdanos a comprender mejor la personalidad del cardenal Sarah ¿Qué decir de las posturas que lo ubican en el sector de los “ultraconservadores” de la Iglesia?

-Comprendo tu pregunta pero te digo de inmediato que esas caracterizaciones de «progresista», «liberal», «conservador», «ultraconservador», no corresponden a la realidad de la Iglesia y hacen mucho daño. La Iglesia es la familia de Dios que camina en la historia entre luces y sombras guiada por el Espíritu Santo, haciendo presente a Cristo de quien es sacramento. Es normal que en una familia haya distintas sensibilidades, preocupaciones y acentos pastorales y teológicos, la communio catholica implica todo esto. Conozco al Papa actual con quien conviví en varias oportunidades desde que era arzobispo de Buenos Aires, conocí muy bien a Benedicto XVI y conozco al cardenal Sarah, es verdad que tienen acentos y sensibilidades distintas pero todos ellos son hombres de Dios, pastores del pueblo Santo de Dios que buscan la mejor manera, con la asistencia del Espíritu Santo, de responder a los desafíos que el mundo de hoy presenta a la acción evangelizadora de la Iglesia. De manera específica conozco el amor que el cardenal Sarah profesa por el Papa, el que la Providencia nos regala en cada momento, ahora en la persona de Francisco. Me apena cuando leo por ahí que hay quienes con la mejor intención o con mucha maldad y superficialidad pretenden identificar bandos y colocan a hombres tan santos como el cardenal Sarah en banderías humanas con las que en nada se identifican.

Una vez aclarado esto, te puedo decir que el cardenal Sarah es un hombre de una gran fe, un eclesiástico, ese sí, venido de las periferias del mundo y de la Iglesia, Guinea Conakry, con una amplia experiencia eclesial, por las distintas responsabilidades que ha tenido del más alto nivel en la Iglesia, primero como obispo en su país de origen y luego en la Santa Sede en los ámbitos de las Misiones, de la Caridad y del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Pero, sobre todo, es un gran pastor y testigo de Cristo Jesús, Señor nuestro. Un converso en su infancia, ya que nació en el seno de una familia con una religión tradicional africana que abrazaron la fe como buena nueva liberadora. De ahí que efectivamente tenga una posición firme con respecto a la verdad que nos ha sido revelada y en general con la verdad. Pero no es en absoluto un hombre incapaz de diálogo o de comprender al mundo contemporáneo. Justamente cuando lo conocí me impresionó su nivel cultural, tanto teológico como filosófico, y su profunda comprensión de las derivas del pensamiento y de la cultura contemporánea. No tengo dudas del porqué el Papa Benedicto XVI lo tenía en tan alta estima.

¿Se conoce más de la agenda del cardenal en México? ¿Tenemos detalles de otras actividades además de las que describiste?

-Básicamente, del 26 al 30 de junio intervendrá en el XXXVI Curso Internacional de Actualización Teológica en la Casa Lago de la Conferencia del Episcopado Mexicano donde tendrá tres lecciones y predicará una meditación. El 26 de junio por la tarde tendrá este Encuentro «Testigos de la Verdad en un mundo en crisis”. Celebrará la santa misa en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, el 28 de junio a las 4:00 de la tarde y el lunes 3 de julio a las 11:30 am se reunirá con sacerdotes que quieran asistir al Seminario Conciliar de México en un encuentro del que será anfitrión el responsable del clero de la arquidiócesis de México, monseñor Luis Manuel Pérez Raygoza, obispo auxiliar y rector del Seminario.

Hay una cosa más que debo decir. El cardenal tiene un gran amor por la Virgen María y en una ocasión en que coincidimos en un retiro para eclesiásticos que en ese momento rabajábamos en la Curia Romana, me pidió que le hablara de la Virgen de Guadalupe de quien ya había oído hablar, de inmediato noté que le cobró un gran cariño ya que, como es lógico, se identificó con la historia tan bella de María que eligió a un indígena para mostrar a Jesús a los pueblos originarios del continente americano. Desde ese momento quise ofrecerle al cardenal la oportunidad de visitar a nuestra Madre de Guadalupe y, como a pesar de estar retirado tiene una agenda tan intensa como para pensar en un viaje de placer, es que pensé en organizar un viaje con actividades a las que no pudiera decir que no, por su gran amor por los sacerdotes.

Compártenos las particularidades del encuentro de laicos. ¿A quiénes estará dirigido y cómo realizar la inscripción para participar?

El Encuentro será el lunes 26 de junio a las 6:00 pm en el auditorio Adrian Gilbert de la Universidad La Salle, campus Condesa. Está dirigido especialmente a laicos, pero puede participar quien quiera, también religiosos y sacerdotes. Para inscripciones hay que ingresar al sitio web editorialnun.com.mx/encuentro donde encontrarán todas las informaciones pertinentes. El cupo es limitado por lo que recomiendo hacer la inscripción sin dilaciones.

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