Captan robo en iglesia, a luz del día y enfrente de todos

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En México se ha visto de todo. Y lo peor es que nunca hay una forma de acabar con el asombro (para lo chusco, triste y trágico). Cada escenario puede ser utilizado para padecer las consecuencias de la inseguridad. Hasta en una iglesia puede pasar. Así lo evidencia este penoso caso que se dio en la Parroquia de San Isidro, Querétaro. Todo estaba muy bien calculado, por lo que se ha podido ver en redes sociales, en donde se difundió el video del momento y de cómo era el modus operandi de los rateros, que no han sido capturados.

Lo primero que hicieron los dos sujetos que participaron en el hurto fue hacerse pasar por feligresesAsí, mientras fingían estar atentos a la homilía, en realidad estaban buscando una oportunidad para jalar objetos o bolsos de los demás asistentes. Y eso fue exactamente lo que hicieron con las pertenencias de una señora de la tercera edad. En un momento del clip, se puede observar cómo un hombre de camisa negra y lentes jala un bolso que se encontraba en las bancas que se usan para sentarse. No estaba solo, pues alguien le esperaba afuera para la escapada inmediata.

Su acción es muy rápida, porque nota que una mujer en ese preciso momento pasa por ahí, entonces simplemente jala el bolso y se lo pasa a su cómplice, que le esperaba afuera de las instalaciones. En una grabación posterior, se puede ver la forma en la que ambas personas avanzan rápidamente, ya afuera del recinto, para alejarse lo más rápido posible y finalmente así es como consumaron el robo.

Del mismo modo, en la secuencia en la que toma el bolso, se ve que el hombre voltea a todos lados, previamente, para percatarse de no ser visto. Incluso amaga un par de veces con tomarlo, pero da marcha atrás, hasta ver la oportunidad ideal. Y hubo algo de «suerte», si se le puede llamar así, porque cual escena de telenovela, la mujer que aparece en el lugar, como si estuviera buscando su asiento tras haberse levantado, pasa apenas un segundo después de que el sujeto tomara el bolso. Un parpadeo más y pudo haberlo agarrado con las manos en la masa.

La huida fue tan rápida que evitó cualquier tipo de reacción. Las imágenes ya han sido difundidas y, ciertamente, el rostro de una de las personas, la que ejecuta el robo, es bastante visible en la cámara de seguridad —el de la segunda persona no se puede detectar, pues en una toma sale incompleto y en otra sale totalmente de espaldas—. De cualquier modo, la evidencia está ahí y puede servir para reparar este robo en las más particulares circunstancias. Vaya, hasta para eso imprimieron ingenio: fingir que asistían a misa como cualquier persona normal y ubicar a la persona y el momento ideales para robar.

Se podría pensar que dos factores inhibirían a los delincuentes. El primero, desde luego, estar en un recinto que, respetando la fe de cada persona, invita a la serenidad, a guardar los modos y la compostura. Pocas vergüenzas pueden ser tan grandes como robar en una iglesia y enfrente de tanta gente, que es el otro aspecto a tomar en cuenta. Si antes se creía que la noche era el peor horario para estar en la calle, esa teoría se ha derrumbado a punta de hechosAhora se hace a la luz del día, sin ningún pudor y hasta sin miedo. Cosas que sólo pasan en México.

Omar Peralta

Por Omar Peralta.

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