* Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández, nombrado por su amigo y compatriota Francisco arzobispo de La Plata, ha declarado en su catedral que la obligación de estar en gracia para comulgar es cosa del pasado, alineándose así con el neocardenal Robert McElroy.
Monseñor Schneider tiene razón: declarar herejías no tiene coste en la Iglesia hoy. Lo decía, según lo contamos aquí, a cuenta del artículo escrito por el neocardenal de San Diego, Robert McElroy, en la revista jesuita America, en el que, en nombre de la ‘misericordia’, vino a decir que las relaciones homosexuales no eran pecado y, por tanto, no impedían acercarse a recibir la Eucaristía.
La afirmación herética tuvo su oportuna contestación por parte de su colega de Springfield, Thomas Paprocki, a quien luego se han sumado otros compatriotas.
Quien no ha tenido aún contestación y ha ido más lejos ha sido el amigo y compatriota del Papa Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández, arzobispo de La Plata y presuntamente ‘negro’ de Su Santidad en Fratelli Tutti. Porque para Fernández no se trata tanto de si los actos homosexuales son o no pecaminosos como de si hace falta estar en gracia para comulgar.
“Sin darse cuenta”, la Iglesia desarrolló durante siglos una doctrina llena de clasificaciones que establecían que sólo pueden comulgar aquellos bautizados que están en gracias de Dios y no pueden hacerlo quienes están en pecado mortal, y que sólo pueden recibir la absolución sacramental quienes están arrepentidos de sus pecados y muestran propósito de enmienda”, predicó el prelado en su catedral.
Pero esos tiempos, aclara, quedaron atrás. Sí, sí, es “terrible que nos haya pasado eso en la Iglesia”, añade. “Gracias a Dios, el Papa Francisco nos ayuda a liberarnos de esos esquemas”.
Eso es una herejía. Sin más. El Papa no nos “libera” de esos esquemas, que son doctrina católica asentada y perenne, ni podría hacerlo.
Y oyendo esto, como leyendo a McElroy o siguiendo las conclusiones del ‘camino sinodal’ alemán o las opiniones del cardenal Hollerich, recién nombrado miembro del exclusivo Consejo de Cardenales, la ‘junta’ con la que Francisco gobierna la Iglesia, uno no puede dejar de concluir que hay dos religiones en el seno formal de la Iglesia, y una de ellas no es católica.
Pero el escándalo no es tanto la confusión, que siempre ha existido en algún grado en la Iglesia, como que se tolere por parte, precisamente, de aquel cuya misión es, precisamente, la de confirmar a los hermanos en la fe y aclarar la doctrina.
Por CARLOS ESTEBAN.
INFOVATICANA.
