En la primera parte de este artículo pusimos de relieve el significado que presenta actualmente el reconocimiento hecho por el arzobispo Carlo Maria Viganò, entre otras cosas ex nuncio papal en Estados Unidos al presidente estadounidense Donald Trump, como mandatario que encarna en su país y en el mundo el liderazgo de una batalla contra el proyecto globalista, diseñado e impulsado por el Poder Financiero Internacional, de constituir un único gobierno mundial al que estén sometidos todos los gobiernos del planeta.
Terminábamos el anterior análisis planteando cuáles eran las posibilidades que tiene el pueblo italiano para derrotar en su país a ese proyecto siniestro.
Hay que considerar si el presidente Trump puede hacer colapsar la dictadura globalista en Italia con la infame historia del llamado spygate. Se trata del caso de espionaje internacional en el que estuvieron involucrados servicios secretos italianos y agencias de investigación estadounidenses, con la abierta intención de sabotear primero la anterior campaña electoral del presidente Trump y después su presidencia, intentando acusarlo de una fantasmal e inexistente colusión con el Kremlin.
El Informe Mueller, llamado así por el fiscal especial que coordinó la investigación sobre el complot fantasma del Rusiagate -Robert Mueller, fue presentado en abril de 2019 y eximió a Trump de toda responsabilidad en el supuesto espionaje ruso en las elecciones que lo ungieron como presidente de Estados Unidos.
No sólo eso, sino que además posteriormente ha ido saliendo a la luz un elaborado esquema internacional que, por un lado, mostró el papel central del presidente Obama -el autor intelectual de este intento de golpe-, y por otro lado, el papel ambiguo y oscuro de los servicios secretos italianos dirigidos en ese momento por dos ex primeros ministros: Matteo Renzi y Paolo Gentiloni.
Los caminos de esta intriga conducen finalmente a Roma y a su rol en el presunto sabotaje contra el actual presidente de Estados Unidos. En este contexto, hay que tener presente un elemento importante.
En Estados Unidos se investiga el papel de Italia, investigación que podría poner bajo la lupa las posibles responsabilidades de Renzi y Gentiloni. Y si en Estados Unidos se sigue adelante con la investigación, las consecuencias para el escenario internacional serían literalmente devastadoras.
Para entender el alcance del plan subversivo en cuestión, hay que recordar las palabras del ministro de Justicia de Estados Unidos, William Barr, quien definió el caso como “lo más parecido a un golpe de Estado” que se haya llevado a cabo en Estados Unidos desde el asesinato del presidente Abraham Lincoln en 1865, cuya muerte, como se descubrió más tarde, fue producto de la voluntad de poderosos lobbies bancarios internacionales.
Si el spygate explota con todas sus fuerzas, tanto Renzi como Gentiloni podrían ser llamados a Estados Unidos para dar cuenta de todo lo que sucedió en el 2016-2017.
El alcance de esta investigación es tal que podría cambiar el rumbo emprendido por Italia y provocar un terremoto político cuya fuerza podría hacer colapsar todo el sistema.