El cardenal Leopoldo Brenes llamó al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a detener todo acto de violencia contra la iglesia, sacerdotes y feligreses, luego que la policía sandinista asaltaron violentamente la capilla Niño Jesús de Praga en el municipio de Sébaco, Matagalpa.
“Que detenga todo acto de violencia contra la iglesia, los sacerdotes y la feligresía. Nosotros no somos enemigos del gobierno: la iglesia predica el Evangelio, el amor, La Paz y la reconciliación. Todos estos actos contra la iglesia son expresiones de violencia y nosotros responderemos con la Palabra de Dios” dijo Brenes en declaraciones al periodista Emiliano Chamorro, director y reportero del diario digital Portavoz Ciudadano.
Las declaraciones del arzobispo ocurren luego que la policía cometió un “acto de sacrilegio” al penetrar a una parroquia en Sébaco, donde golpearon y detuvieron a feligreses que se encontraban rezando en la capilla.
El pasado 31 de julio, se cumplieron dos años del atentado contra la Iglesia católica en la capilla de la Sangre de Cristo ubicada en la Catedral Metropolitana de Managua.
En una misa conmemorativa, Brenes habló de compasión, perdón, misericordia, la familia, la amistad y el amor, como valores de la fe, frente a la riqueza y el poder.
“El poder, adquirir poder, más poder, más poder, pero al final desaparece, el poder no da la felicidad, sino que muchas veces lleva a la tristeza, lleva a la frustración”, dijo el cardenal, que también recordó la escena bíblica de las tentaciones de Satanás a Jesucristo.
Diferentes obispos nicaragüenses, incluyendo Brenes, han insistido en que la Iglesia Católica es perseguida en Nicaragua, un país donde el 58,5 % de sus 6,6 millones de habitantes se considera católico.
“Personas que desde un corazón enfermo han atentado contra ella, y han querido atentar contra nuestra fe, pero más bien ha crecido nuestro amor a Jesús Sacramentado y su sangre nos cubre, su sangre nos anima a seguir adelante y es nuestra fortaleza”, dijo Brenes durante la misa ofrecida “en reparación de la ofensa”.
La ceremonia recordó el 31 de agosto de 2020, cuando la capilla que guarda una imagen de la Sangre de Cristo que permanece en Nicaragua desde 1638 y ante la cual, en 1996, el papa San Juan Pablo II se arrodilló y oró, se incendió luego que un desconocido le “arrojó una bomba”, según informó la Arquidiócesis de Managua.
A pesar de que todo dentro de la capilla quedó calcinado, la antigua imagen de la Sangre de Cristo, tallada en madera, quedó en pie, junto con un copón y una hostia que contenía en su interior.
NICARAGUA.
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