¿Y cómo son las santas del siglo XXI?
“Así, como Guadalupe. Normales. Tan normales que pasan desapercibidas y, ciertamente, el mundo sería distinto si no estuviesen. Son santas que descubren a Dios entre los libros, en la escuela, en el metro, en el cine o a través de un microscopio”.
«Son conocidas Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, María de Maeztu, Clara Campoamor, Victoria Kent, … como pioneras que contribuyeron a cambiar el rol social femenino. Otras ocupan un segundo lugar, aun participando casi sin saberlo en ese movimiento imparable y progresivo hacia la ampliación del espacio público femenino, gracias al tesón que cada una de ellas puso. Sin levantar la voz, pero, por la vía de los hechos, ayudaron en este cambio y es aquí donde situamos a Guadalupe Ortiz de Landázuri, siendo adolescente con sus estudios de bachiller en un colegio de chicos en África y, ya joven, cursando los estudios universitarios».
Trayectoria de Guadalupe Ortiz de Landázuri
La beata Guadalupe y su familia se trasladaron a Tetuán, África, en el año 1927. Su padre era militar y fue destinado a esta ciudad, donde convivían musulmanes, judíos o españoles trasladados allí por trabajo, como era el caso de la familia Ortiz de Landázuri:
«El único centro escolar, el Pilar, era más bien para varones, pero se hizo una excepción y pudo estudiar desde los 11 a los 16 años. En el curso 32-33, cuando por fin vuelven a Madrid, finaliza el bachillerato en el instituto Miguel de Cervantes».
En 1944 conoció a san Josemaría y comenzó a formar parte del Opus Dei, impulsando iniciativas apostólicas en diversas ciudades de España. Más adelante viajará a México a llevar esta nueva realidad de la Iglesia.
La revista PROA también destaca la trayectoria profesional que Guadalupe siguió a lo largo de su vida, realizando un doctorado y dedicándose a la enseñanza en una época en la que no era habitual que las mujeres accedieran a este tipo de formación.
Con 42 años y una enfermedad de corazón, haría posible un sueño de juventud: el doctorado y la investigación en Ciencias Químicas, a la vez que imparte clases de Física y Química en el instituto Ramiro de Maeztu y, posteriormente, en la Escuela Industrial Femenina, hoy IES Santa Engracia.
En 1963 Guadalupe concretó el tema de tesis doctoral, con su directora Piedad de la Cierva, premio extraordinario de licenciatura UV, miembro del Instituto Rockefeller y pionera en investigación. Participa en los trabajos de su directora, se presenta a los premios “Juan de la Cierva,” hasta que, finalmente, defiende su tesis doctoral el 8 de julio de 1965. Se presentó, y superó, a las oposiciones de Enseñanzas Medias y de Enseñanza Profesional. Asimismo, colaboró en la puesta en marcha de los estudios de licenciatura en Ciencias Domésticas.
En los años venideros dedicará su labor profesional a la enseñanza y la investigación. Desde 1973 el corazón de Guadalupe, que hasta ese momento había respondido bien, comenzó a dar problemas, siendo atendida en la Clínica Universitaria de Navarra, necesitando en julio de 1975 ser operada. Falleció el 16 de julio.
Foro PROA.
extracto.