“Estimado lector: en pocas partes del mundo los libros de texto son gratuitos y llegan a las manos de todas las niñas y los niños. En México, se ha luchado porque todxs tengan acceso a la cultura…”, así es el prólogo del libro de sexto año “Nuestros Saberes” de la colección de textos gratuitos de la controvertida Nueva Escuela Mexicana impulsada por el gobierno de López Obrador y que ha nacido en medio de la controversia, bajo la judiacialización y rechazo de miles de padres de familia, no sólo por la reducción del número de materias, sino por el sesgo ideológico que imprimen sus páginas.
A unas semanas de iniciar el curso 2023-2024, millones de estudiantes podrían carecer de estos textos debido al rediseño de los planes de estudios envueltos en la polémica. ¿Qué son estos libros de texto mismos que se convirtieron en ejemplo y han formado parte del acervo cultural de miles de generaciones?
Como una conquista del derecho a la educación que robusteció los derechos de la niñez, en 1959, bajo la presidencia de Adolfo López Mateos, la creación de la Comisión Nacional de Libros de texto Gratuito -CONALITEG- indicó el propósito de este organismo para crear materiales didácticos y libros cuya edición “tiendan a desarrollar armónicamente las facultades de los educandos, a prepararlos para la vida práctica, fomentar en ellos la conciencia de la solidaridad humana, a orientarlos hacia las virtudes cívicas y, muy principalmente, a inculcarles el amor a la patria, alimentado con el conocimiento cabal de los grandes hechos históricos que han dado fundamento a la evolución democrática de nuestro país”.
Muchas generaciones sostuvieron su educación gracias a los libros de texto gratuito, materiales no exentos de ser blanco del capricho político e ideológico manipulando la educación como de las principales vetas de adoctrinamiento con marcados sesgos que, por un lado, pretenderían poner la historia de México a favor de los detentadores del poder inoculando verdades parciales y manipuladas convirtiendo a los textos en instrumentos sexenales, no en herramientas educativas.
Las presiones políticas no son nuevas en la creación de los contenidos. Grandes polémicas suscitaron, por ejemplo, la exclusión en la historia de los movimientos estudiantiles o de información relativista en cuanto a los procesos de desarrollo biológico o bien para desestimar los valores de la familia.
Sin embargo, la polémica ahora es preocupante y desata una judicialización inédita concediendo a organizaciones de padres de familia la razón debido a lo precario de los planes de la llamada Nueva Escuela Mexicana y de polémicos personajes que, sin un mínimo de formación normalista, pero ostentado inflados datos curriculares, intervinieron en la confección de los libros complaciente al pensamiento unilateral del presidente de México.
Los problemas, dicen padres de familia, son evidentes: Una acentuada perspectiva de la ideología de género, la concentración de varias materias y disciplinas en un solo texto, escasa fudamentación al ofrecer la recopilación de información sin análisis cualitativo, pedagógico o didáctico; los padres de familia que han interpuesto juicios de amparo no conocen o saben, de forma certera, cómo se logró la integración de los textos que se basan en criterios ideologizados marxistas y de colectivismo adoleciendo de una secuencia precisa con fuerte reduccionismo y parcialidad de los procesos de aprendizaje.
Así, el futuro de la educación de las próximas generaciones se enfrenta a tener un carcomido conocimiento, blando, líquido y ideologizante. En el pasado cuando un niño tenía en sus manos un libro de texto gratuito era puerta hacia un nuevo mundo, ahora, señalan los especialistas, la eufemística Nueva Escuela Mexicana impone un modelo débil que, en suma, sólo aporta información a la manera de un diccionario y, peor aún, bajo un esquema anquilosado del pensamiento marxista y materialista. Lo peor es que apenas se asesta un golpe. La manipulada transformación de generaciones acríticas que verá en la escuela un lugar para poner “más ladrillos en la pared” favoreciendo al sistema autoritario que comienza a mostrar sus intenciones.
