En la peregrinación anual a Basílica de Guadalupe, clero y fieles de la diócesis de Cuernavaca, encabezados por el obispo Ramón Castro Castro, dieron gracias a la Virgen morena poniendo a sus pies logros, retos y desafíos en tiempos particularmente difíciles de violencia e incertidumbre.
Como momento de esperanza y fraternidad, de oración y fe, Castro Castro puso a la Iglesia de Cuernavaca bajo la mirada de María tomando las palabras del Papa Francisco, “Dejarnos ver por Ella, cuánto podemos meditar lo que esto significa, verla a Ella, pero sobre todo, que Ella nos vea nos vea con ese amor de Madre, con ese amor que tiene un poder de intercesión tan extraordinario y que sabemos que cuando Ella nos ve todos nuestros gozos, carismas, alegrías tristezas, caídas, pecados y que su amor crece cada día como Madre”.
El obispo señaló que la Iglesia de Cuernavaca ha peregrinado de diversas formas, agradeciendo a los asistentes y ausentes sin ignorar que son momentos difíciles de crisis política, económica y social, de creciente violencia e inseguridad por las que a “veces se pierden las fuerzas y la esperanza”.
Advirtió a fieles y clérigos para estar alertas ante ideologías “en el mercado de la vida” ya que algunos son engañados por “charlatanes, embusteros, abusadores que usan a Dios, que se aprovechan de las necesidades y del miedo de las personas para llevarlos a falsas doctrinas a doctrinas equivocadas sobre Dios y su proyecto de salvación en Cristo” y animó a los presbíteros a cuidarse ellos mismos, a sus comunidades y salir con valentía en búsqueda de las ovejas perdidas “con su presencia activa, amorosa, aconsejándolos, viviendo con ellos sus gozos y esperanzas, cuidándolos de los lobos… hay hermanos y hermanas que han dejado de ser parte de nuestras comunidades porque han escuchado voces perversas que les han confundido, que les han alimentado ideas falsas y equivocadas, han sido extraviadas por lobos rapaces” exhortando a tomar la actitud del Buen Pastor y arriesgarse por una Iglesia en salida que, como afirma el Papa, “esté accidentada, herida, manchada por salir a la calle antes que una iglesia enferma por el encierro y la comodidad…”
Advirtiendo que los fieles de Cristo son odiados por el mundo, el obispo enfatizó la obligación de los bautizados de realizar el Reino de Dios, defender la verdad y ser profetas. Esto dio pauta para recordar al trágicamente desaparecido cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, obispo de Tijuana en 1982, quien ordenó sacerdote a Ramón Castro: “Hoy, al estar celebrando el 30º aniversario del asesinato el cardenal Posadas Ocampo, octavo obispo de Cuernavaca, un ejemplo perfecto que encuadra a lo que hoy la palabra de Dios nos está recordando y enseñando…” Castro actualizó el mensaje que el Papa san Juan Pablo II, el 27 de mayo de 1993, envió para las exequias del entonces arzobispo de Guadalajara al tenerlo como un pastor ejemplar que “con generosidad y abnegación dedicó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia…
El sucesor de Posadas Ocampo en la diócesis de Cuernavaca señaló que la figura del cardenal abatido en el aeropuerto de Guadalajara era de respeto ante los hombres de buena voluntad “menos, obviamente, de aquellos a quienes tocó sus intereses; las trágicas circunstancias de su muerte, junto con otras seis, personas han de ser un apremiante llamado a todos para erradicar tan execrable violencia, causa de tanto dolor y muerte como es el caso del abominable crimen del narcotráfico”, palabras de Juan Pablo II que, no obstante el paso del tiempo, no han impedido que “ las cosas sean peor y que en manos del narcotráfico esté gran parte de nuestro territorio y sometidas las autoridades”, sentenció el obispo Castro
El obispo confió al Señor derramar en los corazones de los mexicanos, sentimientos de paz y fraternidad para que los valores cristianos que han fundado este país “impulsen un renovado empeño por construir una sociedad más justa fraterna y acogedora” a ejemplo del cardenal Posadas al que estimó como evangelizador cuyo aniversario luctuoso coincidió, este miércoles 24 de mayo, con el de la peregrinación anual de la diócesis de Cuernavaca misma que celebra 10 años de la preconización de Castro Castro cuando, el 15 de mayo de 2013, el actual Papa dispuso su traslado a la Iglesia de Morelos: “Pido a Dios que los 8 años que me faltan sea fiel a lo que Él me pide”, imploró.
En la conclusión de su homilía, el XII obispo de Cuernavaca llamó a los fieles a estar atentos para no perder el camino pidiendo a Dios por quienes han sido engañados por los lobos o se han dejado seducir por intereses políticos o económicos sostenidos “por aquellos que, disfrazados de ovejas, son lobos rapaces que buscan sólo sus intereses. ¡Qué triste!”, rogando así por la conversión de los gobernantes “para que, desde la verdad y la justicia, trabajen, ¡Ya con eso nos conformaríamos! Que trabajen. Ya si pueden eficazmente, ¡Pues mejor!” finalizó.