La evolución de los hechos en Nicaragua, ha convertido en polémicas las palabras del Papa en torno al «diálogo» que asegura sostiene con las autoridads civiles de ese país centroamericano.
El agravamiento del acoso oficial contra obispos y sacerdotes provocó que desde distintas instancias se demandara una condena papal abierta, pública, que no se produjo. Por el contrario, el Papa aludió al «diálogo» entre las partes. Dirigentes de agrupaciones civiles y religiosas manifestaron que éste no era imposible.
Ahora, al término de su visita a Kazajstán, Francisco insistió en el «diálogo» y aseguró que se lleva a cabo entre el Vaticano y el gobierno que encabeza Daniel Orttega.
Quizá, como exponen algunos analistas, deba establecerse una diferencia muy clara entre lo que es un mero «diálogo» y «negociciones».
Francisco ha aludido a «diálogo» con el régimen socialista, pero ciertamente no a «negociaciones» concretas, que pudieran traducirse en acciones prácticas.
Así las cosas, al optar el papa por el «diálogo», las respuestas en Nicaragua han sido variadas, como precisamente ha expuesto ARTÍCULO66:
De la misma manera se exponen comentarios de diversos de analistas, para concluir así:
ACN/ARTÍCULO66