Este 21 de agosto, la Iglesia católica de México dedica oraciones por las víctimas de extorsiones, uno de los delitos de mayor impacto que han afectado a miles de mexicanos. En 2021, México registró una cifra récord de 9.407 víctimas de extorsión, incrementándose un 12,3% respecto al 2020 con 8.380 afectados, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Las historias son diversas. En ellas hay engaños, se juega con la vida y la seguridad de seres queridos, amenazas y el cobro de derechos de piso. En 2020, comenzó a funcionar una base nacional de números telefónicos ligados a la extorsión o fraudes, eran más de 220 mil. Y a todos nos ha tocado alguna vez. Desde las llamadas de madrugada donde se simula el llanto de un hijo secuestrado hasta las agresivas y violentas del crimen organizado que han estudiado los movimientos de empresarios y personas de negocios exigiendo derecho de piso a cambio de trabajo libre o respeto a la integridad personal y de seres queridos. Así, las pérdidas económicas son millonarias. Se calcula que el delito de extorsión cuesta más de 20 mil millones de pesos.
El clero mexicano no está exento. Obispos y sacerdotes han denunciado los frecuentes intentos de extorsión. En 2021, el Centro Católico Multimedial contabilizó 850 casos de extorsión. Obispos del país han denunciado en redes sociales o ante medios de comunicación, extorsiones criminales usando los nombres de los prelados para engañar o defraudar a párrocos y fieles pidiendo dinero por un falso accidente o urgencia inexistente.
El padre Marcelo Pérez, defensor de los derechos humanos en Chiapas, sufrió un intento de extorsión y amenazas contra su integridad y vida el 6 de abril de 2020. Al otro lado del teléfono, un individuo, quien se identificó como miembro de un cartel en el Estado, pretendió amedrentar al activista amenazando a su familia. La voz quiso envolverlo para que el sacerdote respondiera justo lo que él quería, pero los diálogos cortos y las preguntas de la víctima cancelaron el intento para poderle defraudar.
Gracias al padre Marcelo Pérez, quien en entrevista a la ACN dio cuenta de la existencia de este audio, es que hoy se publica para conocer, de primera mano, cómo un sacerdote puede ser víctima de un intento de extorsión. Sin temor alguno, el activista permite la publicación sin restricciones. En ocasión de esta jornada, es oportuno para reconocer esas voces intimidatorias y quizá sea una lección para impedir que otros más caigan en estas lamentables situaciones y hacer sincera oración por las víctimas y la conversión de los extorsionadores.
Aquí el audio facilitado a este medio por el padre Marcelo Pérez Pérez.