Nicaragua, Taiwán y los silencios vaticanos

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El régimen tiránico de Nicaragua arremete contra los católicos y llega a mantener cautivo a un cardenal, y el embajador de Taiwán ante la Santa Sede alerta de los preparativos de China para invadir la isla. La respuesta en el Vaticano, tan pródigo en defender indígenas canadienses muertos y oscuras tribus del Sudeste Asiático, es el silencio.

En los últimos años, la persecución de la dictadura nicaragüense contra los católicos se ha recrudecido, y según una investigación realizada por la abogada Martha Molina Montenegro, desde 2018 a la fecha se han registrado 190 ataques y profanaciones contra edificios religiosos.

En los últimos días, el gobierno ha cerrado cinco emisoras de radio católicas en el departamento de Matagalpa, lo que se suma al cierre de la televisión de la Conferencia Episcopal y a la retirada de permisos para operar a un centenar de ONG católicas.

Pero la imagen que está dando la vuelta al mundo y que se ha convertido en el símbolo de la persecución que se está dando en el país centroamericano proviene de Matagalpa y ve al obispo, monseñor Rolando Álvarez, como protagonista. En la foto se le puede ver con las manos levantadas, arrodillado y rodeado de hombres armados de uniforme.

El pasado jueves la policía le impidió salir de su casa e ir a la capilla de la Curia para celebrar una misa que había anunciado. El prelado, en compañía de seis sacerdotes y seis laicos, quedó atrapado en el interior del edificio custodiado por policías antidisturbios mientras los fieles le esperaban para la celebración.

Monseñor Rolando Álvarez, conocido por sus sermones denunciando los abusos de poder en Nicaragua, no se dejó intimidar y salió a las calles para bendecir a los fieles y a los propios agentes con el Santísimo Sacramento expuesto en la custodia. «Estamos aquí solo con nuestro único poder, que es Jesús en el Santísimo Sacramento», dijo el obispo, desafiando las armas de la milicia de Ortega.

Y en esta dramática situación desconcierta el silencio del locuaz pontífice, recién llegado, de pedir perdón por cuestionables crímenes presuntamente cometidos en siglos pasados por los misioneros contra los indígenas canadienses.

Tampoco ha denunciado Francisco el acoso bélico de la tiranía china contra Taiwán. Su embajador ante la Santa Sede, Matthew Lee, denuncia en entrevista concedida a La Nuova Bussola Quotidiana que estas maniobras son «un intento unilateral de crear una crisis».

El gigante asiático ha desplegado aviones de combate, buques de guerra y misiles balísticos alrededor de Taiwán: para algunos, puede parecer una advertencia de bloqueo e invasión de la isla. «En respuesta al ejercicio militar comunista, todos los niveles de mando de nuestras tropas han intensificado su estado de alerta», confirmó Matthew Lee, embajador de la República de China (Taiwán) ante la Santa Sede.

Cuando un pontificado ha tomado sobre sí la responsabilidad de denunciar todos los desmanes que se producen en el planeta, opinando a tiempo y a destiempo en conflictos enquistados y cuestiones complejas, es inevitable que destaquen sus selectivos silencios.

Por CARLOS ESTEBAN.

LUNES 8 DE AGOSTO DE 2022.

INFOVATICANA.

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