Dos años y medio después de ser capturado en México, el exvocero de la Iglesia Católica de Costa Rica recibe la sentencia por uno de los cuatro casos de jóvenes que dijeron ser víctimas en parroquias de Tres Ríos y Desamparados.
El sacerdote Mauricio Víquez Lizano fue condenado a 20 años de prisión este miércoles por violar y abusar sexualmente a un niño de 11 años en el 2003, al prosperar la única de las cuatro acusaciones que no fue considerada prescrita por el Tribunal Penal de Desamparados.
Dos años y medio después de ser capturado en México, a donde había huido al conocerse en el país las denuncias por abuso sexuales, el exvocero de la Iglesia Católica recibe la sentencia por violación y abuso sexual por pruebas que los jueces consideraron suficientes.
La víctima, de apellido Alvarado, tiene ahora 30 años, pero en 2003 era un niño que servía como monaguillo y ayudante en la parroquia que dirigía Víquez, en Patarrá de Desamparados.
Alvarado presentó la denuncia a finales de 2018, al enterarse de las acusaciones contra Víquez de otros tres hombres, quienes aseguran haber sufrido abusos sexuales de Víquez en distintos momentos, como relataron a UNIVERSIDAD en 2019. https://semanariouniversidad.com/pais/el-expediente-oculto-de-mauricio-viquez/
Las denuncias de Michael Rodríguez, Anthony Venegas y Carlos Muñoz fueron consideradas prescritas, a pesar de criterios legales que las consideraban vigentes por una reforma legislativa llamada “ ley del tiempo”, con la intención de que esos casos llegaran a juicio.
Pese a ello Venegas, Rodríguez y Muñoz acompañaron a Alvarado en todo el proceso y se hicieron presentes en la sala de juicio en la mañana de este miércoles, por considerar un triunfo esa sentencia, al menos.
Al escuchar la sentencia, la víctima lloró y se abrazó con los otros denunciantes. «Me han sostenido mi esposa y mis dos hijos. Hoy sentí una liberación total. El fantasma que acarreaba desde los 12 años desapareció», dijo a la prensa Alvarado tras conocer el fallo penal.
La acusación de la Fiscalía señalaba que Víquez empezó dándole dinero a la víctima a cambio de mandados o tareas pequeñas en la parroquia, debido a las necesidades económicas de su familia. Sin embargo, conforme fue ganándose su confianza, lo abordó sexualmente hasta que en una ocasión lo violó, constataron los jueces, que sin embargo descartaron un segundo delito de violación.
«La Fiscalía demostró que Víquez se aprovechó de su posición de poder, autoridad, relación de confianza con la víctima y de su condición de sacerdote, para cometer las agresiones sexuales, en perjuicio de la persona ofendida», expresó el Ministerio Público en un comunicado posterior.
Víquez habría sido encubierto por las autoridades de la Iglesia Católica, por lo cual el arzobispo de San José, José Rafael Quirós, enfrenta también un juicio que podrá ser resuelto en próximos días. Los denunciantes aseguran que Quirós estuvo enterado de los actos de Víquez, pero dilató las denuncias internas y eso permitió que pasaran los años hasta ahora, cuando prescribieron varios casos.
Por Álvaro Murillo |
COSTA RICA.
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