Junto a los sacerdotes ordenados el pasado 22 de febrero, Fiesta de la Cátedra de san Pedro, ahora también recibieron el sacramento del Orden, pero en el primer grado (diaconado), cinco jóvenes. Aquí las expresiones de sus padres y padrinos por tan bello regalo para la Iglesia local.
Con gran júbilo y alegría, la comunidad diocesana recibió como un regalo de Dios en este tiempo de pandemia, a cinco nuevos diáconos transitorios el pasado 22 de febrero en el templo El Señor de la Misericordia.
Los cinco nuevos diáconos recibieron el don del sacramento del Orden, en la Eucaristía en la que también el obispo don Guadalupe Torres Campos impuso las manos sobre cinco nuevos sacerdotes para la Iglesia particular de Ciudad Juárez.
La celebración contó con la presencia de un grupo reducido de familiares y amigos de los ordenandos, así como de varios miembros del presbiterio, que concelebraron con el obispo este bello acontecimiento.
Anunciar a Cristo
Durante la homilía, el obispo recordó a los ordenados que Dios los amó desde el vientre de su madre y en ese conocimiento profundo de amor, los llamó a la vida.
“Damos gracias a los papás de estos próximos ordenados, por regalarnos a sus hijos. Ellos tendrán la misión de anunciar a Cristo, predicar el Evangelio y ser profetas de la Palabra que da vida”, dijo el obispo.
En su momento, los nuevos diáconos declararon su deseo ferviente de servir a Dios “viviendo como cristianos y ahora como diáconos”.
“Dios los envía a una misión y les confía una tarea. Ustedes, en esa confianza a Dios han respondido ‘aquí estamos para hacer tu voluntad’, dando la disponibilidad de su respuesta”, agregó el obispo, quien motivó a los jóvenes a ejercer su ministerio con humildad, amor y caridad.
Rito de ordenación
Durante el rito, los cinco aspirantes al diaconado recibieron la imposición de manos y la plegaria de ordenación por parte del obispo don José Guadalupe.
Acto seguido, en la postura corporal que es signo claro de humildad, penitencia y súplica ante Dios, los candidatos recibieron -rostro en tierra- la oración que el pueblo dirigió en las letanías.
Enseguida, los recién ordenados diáconos recibieron el libro de los evangelios y como signo de bienvenida, el señor obispo dio un abrazo fraternal a cada uno de ellos.
Al concluir el rito de la ordenación, los cinco diáconos asistieron al obispo en la Eucaristía y recibieron el certificado de su ordenación, mientras la comunidad presente les brindó un fuerte aplauso.
Papás y padrinos de cada uno de los cinco ordenados, compartieron su sentir y sus deseos para esta nueva etapa de la vida vocacional de cada uno de los nuevos diáconos transitorios.
Diácono Francisco Javier Bueno Guillén
Francisco Javier Bueno Mendoza y Marta Guadalupe Guillén (papás):
Estamos muy emocionados y nos sentimos muy bendecidos por Dios, porque ha elegido a nuestro hijo para dirigir a su pueblo, estamos muy contentos.
A ejemplo de los discípulos, Dios lo llamó para su servicio y él lo ha dejado todo para seguirlo, y por eso toda la familia se siente agradecida con Dios. Que Dios le siga dando esa fe y esa fortaleza para guiar al pueblo que se la ha confiado.
Deseamos que el Señor sea su luz y su fortaleza para todos los momentos de su vida. Él sabe que con el señor todo se puede. Y queremos que viva en santidad, que sea un discípulo caritativo y que tenga esa fe dispuesta en el Señor.
Pbro.René Murillo (padrino): Dios me permitió invitarlo al Seminario desde primero de prepa, fue monaguillo ocho años y luego ahí vi que tenía vocación y lo invité al Seminario. La semilla ha dado fruto hasta el día de hoy recibiendo el diaconado. Esperemos y el día de mañana pueda recibir el orden sacerdotal y también, al mismo tiempo, él pueda promover más vocaciones con ese testimonio y esa vocación que tiene. Yo lo invito a vivir la prudencia sacerdotal, la prudencia en la vida diaria, porque hoy vivimos tiempos más difíciles, cualquier situación de hablar de más te afecta al ministerio sacerdotal y al testimonio de la Iglesia, entonces, mucha vida de autenticidad.
Diácono Jesús Iván Flores Romero
Raúl Flores y María Romero (papás): Estamos felices porque concluyó este tiempo en el Seminario y muy contentos porque es lo que él quería. Agradecidos con Dios porque pudimos llegar a este día, porque esto llena de felicidad a nuestro hijo. Esperamos que siempre trate de ser el mejor, que si va a hacer algo, que lo haga bien. Que sea humilde en su vocación para que llegue a ser un sacerdote santo.
Pbro. Alberto Castillo (padrino): Espero que se disponga a dejarse mover por la gracia y el amor inmenso que Dios nos muestra, es Cristo el diácono, el servidor de todos con el amor más inmenso y nos regala esa gracia de poder amar y servir como Él. En ese amor y en ese servicio está nuestra más grande felicidad y el mayor bien de nuestros hermanos.
Diácono Víctor Pineda
Víctor Pineda y Ma. Dolores Álvarez (papás): Nos sentimos muy felices y agradecidos con Dios por este inmenso regalo que nos ha dado. Tenemos una alegría inmensa, un gozo y un agradecimiento a Dios por permitirnos estar aquí en la ordenación de Víctor.
Le deseamos que Dios lo bendiga y lo fortalezca, que cada día tome la decisión de seguir amando a Dios. Que disfrute su servicio, su amor a Dios que tanto hemos visto que le gusta y que viva día a día a favor del servicio de Dios y a favor de todo el pueblo.
Pbro. Héctor Aguilar (padrino): A Víctor tuve la oportunidad de conocerlo en la parroquia de San Martín y trabajamos juntos. Él es muy aficionado a la Palabra de Dios y yo le diría que se agarre de esa Palabra que siempre fortalece el corazón, que siempre guía nuestros pasos y que siempre nos ayuda a responderle al Señor. Yo creo que ese será el camino seguro para poder avanzar en la voluntad del Padre.
Diácono Diego Guadalupe García Camacho
María Dolores Camacho (mamá): Me siento muy bendecida y agradecida. No tengo palabras porque este día era muy esperado para nosotros y es mucha la emoción. Más que nada siento agradecimiento porque Dios entre tantos hijos lo escogió a él y ahora nos permitió que llegáramos a este día.
Pbro. Roberto Ramos (padrino): Me siento muy contento y honrado en que me haya pedido ser su padrino y mi compromiso es acompañarlo en su ministerio, estar orando mucho por él para que sea un sacerdote santo. El mensaje que le doy es invitarlo a disfrutar con mucha alegría este gran don del orden del diaconado y que disfrute mucho su servicio, su entrega, su amor a toda la gente, que es ahí donde se va a encontrar con Cristo nuestro Señor y que Dios lo bendiga muchísimo.
Diácono Andrés Villalobos Cisneros
Leticia Cisneros e Ignacio Villalobos (papás): Estamos muy agradecidos y nos sentimos muy bendecidos. Nos alegra que nuestro hijo siga cumpliendo su sueño y le deseamos que Dios le dé el entendimiento y el corazón para poder servir a todo el pueblo y principalmente que sepa entregarse por completo al designio de Dios, con todo su corazón. Esperamos que logre todas sus metas y que ayude mucho a la comunidad y al pueblo de Dios.
Pbro. Omar Alejandro Gutiérrez (padrino): Deseo que disfrute mucho esta etapa, en el inicio de su ministerio, ya en este primer grado del sacramento, sobre todo en esa entrega que él siempre ha dado y que ahora lo hará de manera especial a través de este ministerio. Que Dios lo bendiga, lo fortalezca y siga con esa alegría que lo caracteriza.
Diana Adriano.
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