¿Qué está pasando con las misas en Francia?

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El 29 de octubre pasado, el gobierno socialista francés decretó un nuevo encierro de la población, obligando también el cierre de todas las actividades consideradas por el estado “no esenciales”, entre ellas, las misas.

Algunas congregaciones y asociaciones intentaron un recurso ante el Consejo de Estado francés (tribunal supremo del orden administrativo) aduciendo que la privación de misa constituía una violación de la libertad fundamental de culto.

Cabe destacar que diez obispos (sobre los aproximadamente 120 obispos franceses), entre los cuales estaba el representante de la Conferencia episcopal francesa, se unieron a la demanda judicial.

El sábado 7 de noviembre por la noche, el Consejo de Estado rechazó todas las demandas reafirmando que, en tiempos de recrudecimiento de Coronavirus, no estaba autorizada la asistencia de los fieles a las iglesias.

Salvo dos o tres honrosas excepciones, la mayoría de los obispos consideró que los católicos debían mostrarse “pacientes y solidarios” (Mgr Dubost – Lyon) y que los “sacerdotes y fieles deben respetar la decisión” (Conferencia episcopal francesa). Mgr Aupetit, arzobispo de Paris, afirmó en una entrevista en la radio que la culpa de la ausencia de misas la cargaban aquellos católicos que “hacían sus pequeños business (negocios) egoístas” rechazado la comunión en la mano y exigiéndola en la boca … Hasta ahí los obispos y su coraje.

Algunos laicos, no lo entendieron de la misma manera.

Resulta que, en la decisión del Consejo de Estado, el juez reafirmó la posibilidad para cada sacerdote de celebrar la misa en su iglesia, a condición de que no haya laicos, ni asamblea.

Uno de los pocos derechos individuales que no fueron vulnerados en Francia con el segundo episodio del encierro, es el derecho de manifestarse en las calles y en los espacios públicos. Francia tiene desde la fronde hasta la toma de la Bastilla y el mayo del ’68, una tradición laica revolucionaria que se arraiga en las sucesivas manifestaciones, generalmente de izquierda, exceptuando La Manif Pour Tous del 2013.

A algunos juristas se les ocurrió pedir a los sacerdotes que celebren sus misas en iglesias vacías, dejando abiertas de par en par las puertas. Al mismo tiempo, organizaron en los atrios manifestaciones silenciosas para pedir y rezar por el pronto retorno del culto público.

Jurídicamente, había una brecha ya que, respetando la interdicción de penetrar en el templo, se podía manifestar afuera y asistir a misa sin que el gobierno tenga algún instrumento jurídico para impedirlo. Algunos artículos fueron publicados en revistas y blogs católicos junto con modelos preestablecidos de declaraciones y para el fin de semana del domingo 15 de noviembre, más de 40 manifestaciones habían sido declaradas en todas las ciudades más importantes de Francia.

Al verse desbordado, el ministro del interior anunció días antes del 15 de noviembre que el gobierno no toleraría ningún acto de culto en los espacios públicos y que los católicos serían sancionados de mantenerse tales reuniones. Al mismo tiempo, todos los organizadores, de manera simultánea y sistemática, fueron convocados por las autoridades administrativas y presionados para que se desistan de mantener las manifestaciones, pese a hallarse estas declaradas bajo la forma exigida por la ley francesa.

En varias ciudades, se llegó al paroxismo de listar lo que era posible hacer y decir en las manifestaciones. Se prohibieron las “oraciones en la calle”, curioso en Francia país en el cual los musulmanes oran sin reparo alguno desde hace años todos los viernes en varias calles francesas, sin ser inquietados… e incluso, en Paris, el prefecto llegó a prohibir, antes de retractarse, todo “signo religioso aparente”. Se dijo que no se toleraría ver fieles arrodillados, dicha postura siendo únicamente aceptable para … Georges Floyd…

Viendo la determinación de los organizadores y al darse cuenta que las manifestaciones se mantendrían, el gobierno, de manera demoníaca, les prohibió, en la mayoría de las ciudades, reunirse delante de las iglesias a causa del… elevado riesgo terrorista que pesa sobre ellas y sobre la comunidad católica. “Tenemos la obligación de asegurar la seguridad de los católicos” afirmó uno de los responsables de la administración a los organizadores de Lyon…

No importa. Las manifestaciones tuvieron lugar, reuniendo numerosos fieles en todas las ciudades de Francia para reclamar por la libertad de culto y rezar, pese a las restricciones, para que puedan volver a celebrarse misas públicas.

Ayer, hubo de nuevo más de 60 manifestaciones de laicos e incluso 3 corajudos obispos fueron espontáneamente a rezar con sus fieles.

Será tal vez la pusillus grex de la que habla el Evangelista. La Iglesia fiel. Que será poca. Pero que no desfallece y no quiere perecer.

Santiago Muzio

Con infromación de InfoVaticana

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