La Misión. En este día, 11 de julio de 2021, celebramos el Domingo 15 del Tiempo Ordinario, Ciclo B, en la liturgia de la Iglesia Católica. El pasaje evangélico de hoy es de San Marcos (6, 7-13): “Jesús llamó a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica. Y les dijo: -Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos. Los discípulos se fueron a predicar la conversión. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban”. Jesús envía a sus Apóstoles a misionar por las aldeas de Galilea. Deben ir de dos en dos porque para dar fe de un hecho se necesitan dos varones adultos como testigos. Los Apóstoles reciben la potestad de hacer los mismos signos que hacía Jesús, los cuales se sintetizan en expulsar a los demonios y en sanar a los enfermos ungiéndolos con aceite.
Las instrucciones. Los Apóstoles han de comunicar su propia experiencia acerca del Reino de Dios, con plena conciencia de que se ha hecho presente en la persona de Jesús. Por eso deben vivir al día, confiados en la Providencia del Padre. No deben acobardarse en el momento de predicar, sino ser conscientes de su misión y del poder que se les ha otorgado. Jesús les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para liberar a los que estuvieran dominados por el diablo, para promover un mundo más sano, liberado de las fuerzas malignas que esclavizan y deshumanizan a los seres humanos. También recibieron la fuerza sanadora de Jesús en favor de los enfermos. Se abrirán paso en la sociedad no con un poder dominador sino humanizando la vida, aliviando el sufrimiento y haciendo crecer la libertad y la fraternidad. Sólo llevarán bastón y sandalias pues Jesús los envía como caminantes nunca instalados, que no estén atados a nada y a nadie, que posean solamente lo imprescindible. No llevarán ni pan, ni alforja, ni dinero para no estar obsesionados por su propia seguridad. Ellos llevan consigo algo más importante que es el Espíritu de Jesús, su Palabra y su Autoridad para evangelizar a los oyentes. Jesús no piensa en lo que han de llevar para ser eficaces, sino en lo que no han de llevar para que no se olviden de los pobres ni vivan preocupados por su propio bienestar. No llevarán túnica de repuesto sino que vestirán con la sencillez de los pobres para andar siempre ligeros de equipaje. Aceptarán el hospedaje de personas honorables hasta terminar la misión. En caso de no ser aceptados ni escuchados deberán realizar un signo de advertencia para esas gentes.
La Vocación. El grupo de los Doce Apóstoles fue instituido por Jesús: “Jesús subió al monte y llamó a los que él quiso. Cuando estuvieron junto a él, instituyó un grupo de Doce, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios” (Mc 3, 13-15). Marcos menciona los nombres de los Doce como los jefes del nuevo pueblo elegido, así como antes habían sido elegidos los hijos de Jacob como cabezas de las Doce tribus. Ellos lo han acompañado durante varios meses, han escuchado sus enseñanzas y han recibido explicaciones especiales sobre el significado de las parábolas. También han presenciado de manera privilegiada sus milagros y la expulsión de los demonios. Ahora les toca comprender mejor su vocación para continuar la misión evangelizadora de Jesús. Jesucristo les ha enseñado una forma de vivir y de convivir que servirá de modelo a la Iglesia de todos los tiempos. Jesús asoció a los Doce Apóstoles a su propia misión recibida del Padre y les enseñó que, así como él depende absolutamente del Padre, ellos dependerán totalmente de su Maestro, a quien deberán estar unidos como los sarmientos a la Vid.
+Hipólito Reyes Larios
Arzobispo de Xalapa