Pedofilia , la víctima de mayor edad acaba de cumplir 80 años, su nombre es Dietmar Achleitner y de niño asistió a un internado religioso donde fue abusado regularmente cuando era niño, durante siete largos años. El más joven tiene unos cincuenta años, también corrió la misma suerte. Son una veintena las víctimas de los sacerdotes católicos alemanes y austríacos, que han decidido organizar una larga marcha en bicicleta desde Alemania, cruzando la cordillera de los Apeninos, hasta el Vaticano, para protestar en San Pedro por la falta de una estrategia coherente y clara erradicar el fenómeno de la pedofilia en la Iglesia.
Se espera su llegada a mediados de mes. Durante las distintas paradas programadas rezan, visitan a las autoridades religiosas del lugar y cuentan a todos su historia. Quieren reflexionar y dejar claro que ya no es posible quedarse callados y que el daño que han sufrido debe obtener una reparación tanto material como moral.
Hay entre ellos, por ejemplo, quienes han sido violadas repetidamente en la piscina de la escuela dirigida por los sacerdotes, otros mientras desempeñaban la función de monaguillos, otros más cuando estaban involucrados en diversas actividades parroquiales. Naturalmente todos eran menores de edad en el momento de los hechos. En este último año la Iglesia en Alemania se ha comprometido masivamente a pasar página, poniendo cara a los agresores y reconociendo el gravísimo daño a las víctimas que han sufrido (obviamente previendo indemnizaciones).
La semana pasada los ciclistas, tras despedirse y recibir la bendición del viaje por parte del vicario de la archidiócesis de Munich y Freising, partieron en bicicleta desde la Marienplatz de Munich hacia Roma.
Los peregrinos se reunirán con el Papa el 17 de mayo para entregar un mensaje y una edición de la obra de arte «Corazón» del artista Michael Pendry, que simboliza su compromiso. El ‘viaje’ no es fácil dado que tendrán que recorrer una distancia de 720 kilómetros (y 4.500 metros de desnivel). Naturalmente todo está marcado por etapas continuas y descanso. Durante el viaje, los participantes se reunirán en muchos lugares con representantes de la iglesia y el estado para iniciar un diálogo sobre el tratamiento y la prevención del abuso sexual.
Los gastos de viaje fueron cubiertos en su totalidad por la Arquidiócesis de Mónaco.
Junto a las víctimas, otros ciclistas se unieron al grupo para expresar su solidaridad y apoyo. Los promotores Dietmar Achleitner, de 80 años, y Robert Köhler, de 59, explicaron que la protesta en bicicleta, aunque pintoresca y extraña, sirve para hacer pensar a la gente y resaltar los encubrimientos de la Iglesia.
«La sociedad no quiere permitir una Iglesia incapaz de reconciliarse con el pasado. Se lo diremos al Papa Francisco: esa falta de consistencia debe ser severamente castigada. La Iglesia necesita corazón y empatía por los afectados».
Todo es muy simbólico para los participantes, empezando por la mochila que cargan, llena de efectos personales y por supuesto traumas.
Achleitner cuenta haber sufrido acoso sexual desde los diez hasta los diecisiete años, como monaguillo, por parte del sacerdote de Salzburgo. “Fue una especie de asesinato espiritual y mental. Lo he llevado conmigo toda mi vida».
Por FRANCA GIANSOLDATI.
LUNES 8 DE MAYO DE 2023.
