A sus 56 años, el sacerdote mexicano Ángel Espinosa de los Monteros es un referente mundial en asesoramiento religioso, espiritual y matrimonial: ha impartido más de 4000 conferencias en todo el mundo y es autor de multitud de libros, entre ellos, El anillo es para siempre.
Actualmente se dedica por completo a viajar e impartir sus consejos por todo el continente americano, así como por Italia, España o Francia.
Recientemente ha reflexionado sobre las 20 mentiras del demonio más extendidas entre católicos y no católicos y advierte sobre cómo hacerlas frente:
1º Eso no es pecado
A lo largo de las advertencias, el sacerdote alerta sobre el auge de la «dictadura del relativismo» y cómo esta ha penetrado en las conciencias hasta generar un «buffet libre religioso» en el que predominan planteamientos como «esto no es pecado«, «no hago daño a nadie«, «solo Dios lo sabe», «¿quién dijo que esto estuviese mal?» o «todos lo hacen».
2º Todo depende de las circunstancias
En este sentido, menciona la importancia de la mentira del demonio sobre la ausencia de verdades absolutas: «El no robarás, no fornicarás… Ya que no hay verdades absolutas, todo depende de las circunstancias y a veces incluso es necesario hacerlo».
3º Jesús es una relación y no una religión
Otra de ellas es que «la religión no salva» y ya que «con Jesús te puedes relacionar personalmente» a través de la oración, «no debes vivir una religión, conocerla, participarla, estudiarla o ni si quiera ayudar a extender el reino de Cristo». «Dios y yo nos entendemos, Jesús es una relación y no una religión», por lo que no pasa nada si «me alejo de la Iglesia y sus obras y únicamente me siento unido a Dios», recoge.
4º El demonio no existe
En numerosas ocasiones tanto este como otros sacerdotes han alertado sobre la importancia de que no se crea en el demonio para precisamente servir mejor a sus fines. Así, es común escuchar que «eso de que el mal que te tienta, te persigue y quiere perder tu alma lo inventó el Papa» o que el mismo Jesús nunca habló de ello. Nada más alejado de la realidad, explica, pues son numerosos los casos evangélicos en que Jesús expulsó demonios de los cuerpos de otras personas.
5º Y por eso, el infierno está vacío
De Los Monteros expresa que, siguiendo este engaño, no han sido pocos los teólogos que han llegado a evocar la «gran sorpresa al final de nuestros días», cuando «encontremos un infierno vacío». Algo que a juicio del sacerdote es «precioso» para desciribir la misericordia de Dios pero que, sin embargo, no tiene ningún sustento: «Entonces, ¿dónde quedan las afirmaciones del camino estrecho y ampuloso de la salvación? Habrá un juicio, Nuestro Señor separará a los buenos de los malos y según Dios todos iremos al cielo o al infierno».
6º Todas las religiones llevan a Dios
Consciente de la multitud de divisiones religiosas existentes, De Los Monteros menciona que «no todas llevan a Dios», incluso sectas que pueden «tomar nombres tan bonitos como La Luz del Mundo, porque Jesús dijo eso de sí mismo» y, sin embargo, sus dirigentes estén condenados o en prisión por diversos hechos. «Que los juzgue Dios, pero qué manera de distorsionar el Evangelio decir que todas las religiones son iguales y te llevan a Dios», lamenta el sacerdote. En todo caso, matiza, «pueden acercarte de forma incompleta», pero en ningún caso son equiparables.
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7º ¿Para qué seguir la verdad si puedes tener a un Dios buffet?
Y es que surgen multitud de aburridos «inconvenientes» como leer y seguir la Biblia o el catecismo: «No tiene sentido, invéntate tu propio Dios, que no exista el infierno, que Dios nos salve a todos, que el aborto en caso de necesitad seguro que esté permitido y lo mismo con la eutanasia», describe. Al final, concluye, «estamos ante una especie de Dios Buffet, en el que coges lo que te interesa y rechazas lo que no«.
8º «Los dogmas te atan a la ignorancia»
De Los Monteros observa la extensión de esta mentira en torno a los «poquísimos dogmas que realmente tiene la Iglesia», así como a los mandamientos «cuando dicen que no es obligado ir a Misa los domingos porque [cuando se fijaron los mandamientos] ni si quiera existía la Misa». De este modo, el sacerdote no alerta sobre esta mentira ya que, de hecho, las discusiones de los dogmas generaron profundas reflexiones y debates intelectuales durante siglos-.
9º «¿De qué sirve confesarse?»
Otra de las más extendidas es la inutilidad «de confesarse con un hombre que puede ser incluso más pecador que tú mismo», con las que el mal no solo consigue acabar con no pocas confesiones, sino que también hace creer que «los curas son peores, que es mejor pedirle perdón directamente a Dios o incluso no pedírselo», con tal de que «no te preocupes».
10º Todos los sacerdotes son unos violadores
Extendida la mentira de que «los curas son peores» que los que acuden a la confesión, no es difícil sugerir que «todos los curas son violadores y que están ahí [en el sacerdocio] por dinero». «Esto es lo que quiere meter el demonio en el alma para que no te acerques por ningún motivo a los sacerdotes cuando sin embargo dijo Jesús que `quien a vosotros recibe, a Mi me recibe´». «A través de los sacerdotes Dios quiere nuestra humildad, pues nadie dice que seamos santos infalibles, tratamos de esforzarnos, pero el demonio no puede inculcar que todos los sacerdotes son malos», añade.
11º «Es mi cuerpo, yo decido»
El sacerdote experto en moral conyugal da por zanjada esta extendida mentira afirmando que «no puede ser tu cuerpo una persona con su propio ADN, sus cualidades y su alma querida por Dios. No puedes decidir si eres o no eres madre porque lo eres. Lo que si puedes decidir es si ser una asesina o no serlo, pero no puedes decidir si ser madre o padre de un niño de dos años o dos meses de gestación: el tiempo para decidir era antes y ahora ya sois padres».
12º No le bautices, tiene que decidirlo cuando crezca
Y entonces, se plantea el sacerdote, ¿por qué enseñarle a hablar? Déjale que crezca y ya aprenderá hablar en el idioma que quiera, porque si no le vas a condicionar. Mejor no hagas nada y que decidan qué quieren ser cuando crezcan», se dice. Algo que el sacerdote refuta de forma simple pero convincentemente dirigiéndose a los católicos: «Yo creo en Dios, vivo mi fe y quiero lo mejor para mis hijos, también la fe«.
13º «El purgatorio es un invento de la Iglesia»
De forma semejante a la mentira del mal, del demonio del infierno sea extendido que «el purgatorio es un invento de la Iglesia para sacar dinero», lo que sin embargo el mismo Evangelio se encarga de refutar: «Métanlo en la cárcel, os aseguro que no saldrá hasta que pague el último centavo», reza el texto sagrado. «La Tradición de la Iglesia ve aquí una alusión clarísima al purgatorio y deseamos a todos la misericordia de Dios, pero el purgatorio existe«.
Aquí puedes consultar más información sobre la realidad del purgatorio.
14º Dios ha muerto
Uno de los mayores impulsores del ateísmo, Nietzsche, anunció la muerte de Dios tras culminar sus postulados ideológicos pero pronto el filósofo asistió a su propia muerte mientras «Dios sigue vivo». «Él es la visa y no puede morir. Aunque estemos en un momento complicado, también en la Iglesia, sabemos que volverá con una fuerza tremenda para reinar en los corazones de todas las personas».
15º El infierno, otro invento
Y concretamente medieval. «¿Quién irá? Ojalá que nadie, pero el Evangelio dice que muchos por desgracia van. ¿Soy yo más sabio que Jesús para negar algo de lo que Él dijo?», plantea.
16º No hay que ir a Misa por estar llena de hipócritas
«Precisamente porque tenemos dentro muchos defectos, tenemos que ir mucho a Misa, esperando la conversión definitiva por Dios Nuestro Señor. A más defectos tengas, más necesitas ir a Misa», explica.
Descubre aquí los motivos por los que los católicos dejan de ir a Misa.
17º Disfruta de la vida
Y si quieres peca, ya que al final de podrás arrepentir. ¿Seguro? «No sabemos si despertaremos mañana. Hay gente que vive con una muerte anunciada, pero hay otros casos, caídas, atropellos, muertes repentinas, pero siempre se oye el «mejor peca y disfruta y después te confiesas. «Insensato, esta misma noche te reclamarán el alma«, reza el Evangelio.
18º Y aún así, ¿para qué hacerlo si vas a volver a pecar?
De entre las muchas razones que podría dar, el sacerdote escoge la necesidad del perdón y el amor en los hombres: «La confesión es un don maravilloso. Imagínate que no volviese a haber más perdón o, ¿para qué pedirle perdón a tu esposa si vas a volver a ofenderla? La alternativa es no hacerlo, vivir en el rencor sin daros la razón ni expresar cariño. ¿Qué ofendes? Pues levántate, pide perdón y perdona«.
19º El amor libre, mucho mejor que el del matrimonio
«¡Qué tremendo debe ser decirle a alguien que no quieren casarse con el por la Iglesia porque así es posible el divorcio!»exclama el sacerdote. En todo caso, «el amor libre» es amor «mientras dure», siendo la realidad el «te amaré mientras pueda o mientras quiera». «Es un insulto: el amor, si es verdadero, es para siempre», exclama.
20º «No tienes remedio ni perdón»
De las muchas otras que Espinosa podría escoger del «Príncipe de la Mentira», decide por concluir con su listado con la desesperación posterior al pecado, haciendo entonces propio el mensaje de que «Dios nunca te va a perdonar». «Quiere hundirte en la desesperación, por eso hay suicidios y depresión absoluta» como le pasó a Judas. Y para desmentirlo, acude a Pedro: «Es mejor lo que le pasó a él. Negó a Jesús tres veces, pero qué diferencia», concluye.
ReL.
Viernes 16 de septirmbre de 2022,