Veamos más allá con los ojos de un verdadero Cristiano

Psic. Octavio Escobar
Psic. Octavio Escobar

Estamos viendo como en todo el mundo los gobiernos están siendo cada vez más feroces en fomentar el aborto y la eutanasia como método para disminuir el crecimiento poblacional.  Esto se debe a que, según indicadores económicos, estamos consumiendo más recursos de los que podemos producir. Esa sería una de las tesis sobre la cual se justifica el asesinato a gran escala de seres humanos. Sin embargo, para nosotros que conocemos el oscuro plan del maligno y sabemos lo que hay detrás de estas medidas económicas para “salvarnos” de la sobrepoblación, es necesario comprender que el enemigo contra el que luchamos no es el gobierno, sino aquel que goza con el asesinato de niños sin nacer.

Muchas veces pensamos este problema como si fuéramos ateos, sin entender quiénes son los que mueven los hilos de nuestra política, con bolsillos llenos de dinero para cumplir sus cometidos. Es por eso que si bien es importante tener un pensamiento crítico y lógico, es necesario, para nosotros, tener fe en que tenemos un Dios con el poder para hacer grandes cosas, de lo contrario la realidad y las métricas económicas pueden bajarnos la moral fácilmente.

 

La nueva amenaza

Así como muchos países tienen su foco puesto en el aborto, hoy en día está en la agenda de todos los gobiernos, sin excepción, vacunar a toda costa a la población mundial contra el COVID, sin reparo de las posibles consecuencias de usar vacunas que no han tenido la debida aprobación de los organismos de control. Es así como las farmacéuticas se han salido con la suya y muchos gobiernos están tomando la responsabilidad por las posibles consecuencias que las vacunas existentes puedan provocar.

Pareciera lógico que entendiéramos la necesidad de vacunarnos contra un virus que, según datos oficiales, ha matado a millones de personas. Sin embargo, la falta de transparencia, el uso de tácticas de miedo por parte de algunos medios y la coacción de las grandes corporaciones para que sus empleados se vacunen, hace que muchos cuestionen los reales motivos por los que quieren inmunizar a la población.

Muchos podrían pensar que el objetivo de la vacuna podría ser el dinero, sin embargo, recordemos que los verdaderos enemigos de la vida son los dueños del dinero por lo que tener más, no es su fin mayor. Por el contrario, les interesa influenciar la forma en que pensamos para que seamos siervos de sus verdaderos objetivos. Por eso los grandes poderes económicos invierten sus fortunas en la industria del entretenimiento y los medios masivos de comunicación, para que de a poco normalicemos la violencia, el aborto y las drogas como parte de nuestras vidas.

No podemos asumir o probar a ciencia cierta que existe un plan para que, con la vacuna, desarrollemos problemas de salud, de fertilidad en nosotros o en nuestra descendencia. Eso no sería lógico. Pero sí podemos intuir desde nuestra razón que hay un objetivo de control por parte de los poderosos, para que estemos limitados por una vacuna para viajar, salir a comer a un restaurante o para mantener nuestros trabajos, y eso debería llamar nuestra atención.

 

El pensamiento debe estar inspirado por Cristo

Tener un pensamiento crítico es importante, pero tener fe lo es aún más. Es por eso que, a sabiendas de que los poderosos y los dueños del mundo están buscando que sigamos nuestras vidas siendo útiles a sus fines, debemos buscar la iluminación del Espíritu Santo y la protección de nuestra madre, la Virgen María, para que el enemigo no pueda entrar en nuestro corazón.

Recordemos que nuestro objetivo es ser santos, por lo que si nuestro enemigo hace que nos enfermemos de COVID, debemos transformarlo en instrumento de santificación para que no cumpla su efecto en nuestras vidas. Por eso quiero invitarte a que reces conmigo el rosario EN VIVO  todas las noches a las 9:00 p.m. Bogotá, Lima, Houston, para que obtengamos la gracia de transformar cualquier ataque en un arma para nuestra purificación en Cristo. Suscríbete a mi canal de YouTube y acompáñame todas las noches a orar por la santificación de tu alma antes que la del cuerpo.

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Psicólogo Clínico de Colombia